viernes, 3 de agosto de 2007

HOGUERAS DE AGOSTO -SIN MT-



Agosto es un mes que tiene la facultad de estirarse como un chicle, es la única época del año en que nos podemos permitir el lujo de no mirar el almanaque, de olvidarnos si es martes o viernes y desconocer con precisión el día que marca el calendario; a pesar de que sean vacaciones suele hacerse inusualmente largo pero gozoso -ya, ya sé que muchos no tenéis, pero el curro también es diferente en agosto-, como si hubiera algún día extra de regalo, y la melancolía que producen los días finales del mes es incomparable... Me dispongo a afrontarlo con ánimo y espero que a vosotros os ocurra lo mismo: no habrá parón del blog, escribiré allá donde me encuentre, playa, ciudad o montaña.

Pero antes de proseguir, me he dado cuenta de que tengo que empaquetar algo: quedó pendiente allá por los albores de julio la entrada No digas que fue un sueño, que era partida; el problema es que ahora a todos nos da pereza, por mucho que nos gustara, recordar las andanzas del Europride, así que lo resumo como sigue y le damos carpetazo: para mí fue, por decirlo en una frase categórica, el certificado definitivo de defunción de la cultura heterosexual como tendencia predominante en lo que respecta a ocio y agitación en las ciudades y la confirmación de algo que ya sabíamos hace tiempo: que Madrid no es sólo una de las capitales gay europeas, sino mundiales.
Aparte de la marcha-cabalgata -que tras el colapso sufrido durante varias horas por la afluencia multitudinaria se remontó al final, convirtiéndose en una masiva y desenfrenada rave a lo largo de la Gran Vía-, los días previos y posteriores -el domingo, en que prosiguió la movida, contemplé una escena osuna en Infantas-Vázquez de Mella que jamás pensé llegarían a ver mis ojos, las calles tomadas por una riada de hombretones procedentes de todos los países, alborozados y cómplices por las calles, que eran ya una alucinación onírica, la materialización de los sueños de Nazario y Ralf König unidos.
La anécdota fue el intento de boicot del denominado Bloque Alternativo -auspiciado por un colectivo heterosexual de extrema izquierda: como copiáramos sus "exitosos" métodos, en el movimiento gltb nos hundíamos en la miseria- a través de Fangoria, que fue tan ridículo que no merece mayor comentario, sobre todo teniendo en cuenta que Alaska estaría encantada de ser objeto de semejante honor y que la escena de Mario Vaquerizo atacando a los activistas con la bandera arco iris es digna de pasar a la historia -¿nadie la tiene en vídeo?-. Únicamente diría a estos cachorritos tan mal asesorados por sus mentores hétero que repasen la historia reciente del movimiento gay -no sólo su nacimiento, que surgió precisamente a raíz del intento de represión del culto a una artista, Judy Garland- sino las acciones promovidas en España por la Radical Gay y en general por los grupos asociados a la corriente queer, que realmente sí fueron estimulantes y que, por cierto, nos siguen haciendo mucha falta, ya que hay que reconocer que el impulso reivindicador, tras la aprobación de las leyes de igualdad, estuvo prácticamente ausente de la convocatoria.
Por lo demás, para mí fue una jornada muy emotiva con familiares y amigos y que me proporcionó el reencuentro con el bar Rick´s de mi época universitaria, al que logramos acceder tras casi perecer en el intento, porque no se podía caminar por ninguna callejuela de Chueca -en la foto tenéis a otro de los grupos de chicos que se sumaron a la fiesta y bailaron alegremente por las vías públicas para regocijo de la ciudad entera, y que hicieron un alto en el camino para posar ante nuestro curioso objetivo-.

Más curiosidades: en la foto principal tenéis el cartel de Azuloscurocasinegro en alemán (Dunkelblaufastschwartz) -se está proyectando con éxito en Berlín, y bien que me alegro porque con Quim Gutiérrez la imagen del español medio va a subir unos enteros; en compensación, he visto en casa dos pelis alemanas: Das Leben der Anderen -La vida de los otros-, el gran éxito del cine germano reciente, que casi todos conocéis, y Tormenta de Verano, Sommersturm, una película de temática gay adolescente muy bonita, dirigida por Marco Kreuzpaintner, quien ha reflejado sus propias vivencias.
Y como no hay nada mejor que un clásico ruso para el verano, he comenzado la lectura de la Anna Karenina en su versión inglesa, y ya desde las primeras líneas me ha atrapado. Lo que no compro es el periódico, estoy encantado sin él, está claro que mejora así la calidad de vida, si bien echo de menos a Maruja Torres y sus crónicas, agosto no es lo mismo sin ella, aunque creo que este año de todos modos no escribe.
Y renovamos la videoteca con mi tema favorito de Air, el instrumental Ce matin la, que es como la expresión suma del charme francés.
Muchos besos, pasadlo bien, cuidado con el sol y las medusas.

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