viernes, 24 de agosto de 2007

¡TWO DAYS UNDER!...




Se aproxima la noche -fijada en principio para el 26 de agosto, fecha hermosa para nosotros- en que, a modo de gran gala, en la casa familiar de Albacity veremos el último capítulo de la última temporada de Six feet under, A dos metros bajo tierra. Será una ocasión ciertamente especial, porque llevamos embarcados en la serie varios años, desde que la 2 empezó a emitirla -luego la seguimos viendo en Fox, y finalmente ante el escaso interés de ambas cadenas en programarla en condiciones razonables (¡la 2 ni siquiera la emite en VO con subtítulos, y eso que pasa por ser una TV cultural!), comenzamos a comprar los paquetes de las siguientes temporadas-, y ha sido un seguimiento de veras apasionado; ya he comentado alguna vez que a mí es la serie que más me ha fascinado desde Pippi Calzaslargas, y ya había llovido un rato desde entonces.
Volveremos a ella durante estos días, porque sé que en Korador tiene predicamento, y habrá que pensar bien cómo hacerlo para no herir sensibilidades de quienes no la hayáis terminado de ver. Únicamente os advertimos de que al final nadie va a comer perdices, pero qué os voy a contar, ya sabéis que esta casa de la pradera de la posmodernidad nunca ha sido de hacer concesiones. Y lo mejor de todo, aparte de haber disfrutado de esta maravilla de ficción durante estos años, y de haber conocido a un estupendo grupo de actores y actrices, es que gracias a ella hemos recuperado, y de qué manera, la fe en la cultura audiovisual norteamericana, en el talento y sensibilidad de sus artistas, que ahora parece se vuelca más en la televisión que en el cine, por lo menos en cuanto a las historias para adultos se refiere. En fin, una gozada que además nos ha proporcionado un buen número de conversaciones con familiares y amigas.

((Con cuatro meses ya en cartel en Madrid, fui a ver La Môme, la película que reconstruye la vida de Edith Piaf, y me gustó sólo a ratos, me conmovió mucho la alucinación que ella tiene cuando su amor ha muerto, pero en conjunto la vi acartonada y excesivamente melodramática; eso sí, el trabajo de Marion Cotillard en el papel protagonista es muy bueno.
Y en casa revisé Kika, una de mis películas favoritas de Almodóvar, algunos de cuyos diálogos -entre Rossy de Palma y Verónica Forqué- me aprendí de memoria en su momento, así como la entrevista que hace Francisca Caballero, madre de Pedro, a Peter Coyote como conductora de un programa literario. Me volvió a gustar muchísimo, creo que de todas sus pelis es la más cómic, me parece que el cine de Almodóvar gana al verlo sin la presión del momento, porque parece que le exigimos todo en cada película que haga, y a pesar del linchamiento en toda regla al que entonces le sometió la prensa española, conservo todavía las portadas y los números que a Kika dedicaron las dos revistas de cine más prestigiosas de Europa, Cahiers du Cinema y Sight and Sound, repletas de elogios -¡los británicos, que no suelen mirar más allá del mundo anglo, le llamaban maestro, mientras El País emprendía una campaña desaforada y sañuda en su contra, con artículos de opinión incluidos!-.))

En la videoteca os dejo un clip estupendo de El Cuarteto de Nos, un grupo uruguayo muy experimentado -se formaron en el 80- que vimos el año pasado en Madrid y que nos encanta. Son frescos, inteligentes, divertidos, originales, potentes. La canción la habréis oído muchos: Yendo a la casa de Damián, cuya letra -no tiene desperdicio, puro spanglish- os dejamos también. Un beso fuerte.

Yendo a la casa de Damián / El Cuarteto de Nos

Yendo un weekend a lo de Damián
tenía urgencia de hablar con el man
caminé porque pinché mi van
vi a una mina de la que soy fan
una que sale por el canal Sony
en una serie que está con un pony
y en mi casa del barrio Marconi
siempre la veo tomándome un Johnie

La saludé pero me echó flee
porque el programa era en MTV
hacía un spot de care free
y un jingle de los jeans lee
le dije que a mí me gusta el rock
pero quedó en estado de shock
cuando escribí en una hoja de block
que era más fea que el señor Spok

Y sé que se rellena el sutién
con corned beef y chow mien
y a pesar de que usa Channel
toma un cocktail con nafta de shell
el security se puso heavy
era malo pero usaba levis
y me estrelló desde la limousine
en el ojo un vaso con gin

Ah, ah, ah, ah, yendo a la casa de Damián
Ah, ah, ah, ah, camino por el Boulevard
Ah, ah, ah, ah, yendo a la casa de Damián
No se si es que ya no veo o que ya no entiendo
Porque me cuesta tanto llegar

Cruzando la calle quedé de flash
cuando vi 2 niñas fumando hash
escuchaban trash y The Clash
jugaban a quien tomaba más splash
y como una vez en un vernisage
me dió un ataque de surmenage
cuando dijeron por 10 pesos cash
haciamos juntos los tres un menage.

De los nervios me vino un tic
en el fondo siempre fui un freak
les di fuego con el yesquero bic
pero me pareciò poco chic
que transaran por una crush
con un nerd de medias de plush
que les pintó los labios con rouge
y yo le escupí su t-shirt de Bush

Con mi gargajo en la cara de George
se subió con las chicas a un Porsche
se pensaba que era un tipo VIP
masticando una papa chip
empezó a hacer un strip
y cuando quedaba solo en slip
me clavó en el ojo un clip
y me dijo en tu tumba va a decir RIP

Ah, ah, ah, ah, yendo a la casa de Damián
Ah, ah, ah, ah, camino por el Boulevard
Ah, ah, ah, ah, yendo a la casa de Damián
No se si es que ya no veo o que ya no entiendo
Porque me cuesta tanto llegar

Era Happy hour en el cabaret
era fashion y tenía moquete
como un pub, cool y con pool
el dueño es hincha de Liverpool
y después de un breve impasse
entré a ver el show con free pass
de un master que tocaba Jazz
a pesar de tener un by pass

Me entró a hablar uno medio gay
yo ponía stop y el ponia play
le gustaba el big mac y tupac
vendía crack y tomaba Prozac
y gritó escupiendo un snack
el master hace play back
lo destriparon como hacía Jack
sin poder terminar su cognac

Pero cayeron desde un Pent-house
en mi ojo un teclado y un mousse
ciego y perdido por el stress
peor que un secuestro express
yo que en ingles solo se decir “yes”
pensé en el libro de Heman Hess
grita soy un looser como un boy scout
Y de la vida me declaré out

Ah, ah, ah, ah, yendo a la casa de Damián
Ah, ah, ah, ah, camino por el Boulevard
Ah, ah, ah, ah, yendo a la casa de Damián
No se si es que ya no veo o que ya no entiendo
Porque me cuesta tanto llegar

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