jueves, 26 de julio de 2007

HAY QUE SER ABSOLUTAMENTE MODERNOS



Ich bin ein berliner. Como Kennedy en su momento. Mi vida transcurre apacible entre Alexanderplatz y Potsdamer Platz, la Unter den Linden y la Kurfürstentraße. Me adapto totalmente a las maneras locales y, así, el otro día en el Museo de Pérgamo decidí dejarme llevar por el sistema guiado de auriculares -por primera vez- y cuando alguien me interrumpió por un momento ya no pude proseguir la ruta porque mi esquema de seguimiento se había descabalado. Estoy muy alemán, en realidad es una tendencia que siempre tengo latente, sé que tiene importantes ventajas y desventajas, a veces hay que cuidarse de la propensión a lo absoluto y por eso no me extranó saber que Einstein ensenara precisamente en Berlín, en la antiquísima Universidad de Humboldt, lo relativo. Es verdad que aquí las formas radicales cuajan enseguida -por ejemplo, la cultura de okupación es casi institucional-, pero no confundamos, dentro de una atmósfera de tolerancia y moderación que caracteriza en este momento la vida de Berlín y de Alemania, y prueba de ello es que están gobernando sin mayor problema en coalición los dos partidos principales, o el propio talante de diálogo que caracteriza a Angela Merkel.
Formo grupo con dos Estheres, una de Cantabria y otra de Madrid -estupendas las dos-, y mi habitual Jesús Alegre: nos compenetramos y complementamos muy bien. Nos falta un perrito para ser como los Cinco que se iban de aventuras en vacaciones -hay perros guapísimos por aquí-. Aunque adaptado a los usos locales, soy turista las veinticuatro horas, tanto que el otro día hicimos un recorrido pausado en velotaxi -taxi bicicleta- que nos adentró en el inabarcable Tiergarten, el parque berlinés que dicen es el más grande de Europa, una maravilla forestal donde seguro han morado todas las ranas y sapos de los cuentos de nuestra infancia.
Y luego está la modernidad, no sólo de Berlín, sino de las ciudades de Alemania en general, que yo admiro, porque comparto la máxima de Rimbaud adoptada por Fangoria en Una temporada en el infierno sobre la necesidad de ser absoluta y en todo momento moderno; lo comprobé el ano pasado en Frankfurt, Alemania anticipa los nuevos tiempos, y ensaya arquitectura que podrá ser efímera pero es más que innovadora, es imponente y de alto riesgo y combina además con la tradición de su legado; en realidad este país reanuda así el liderazgo estético que en Europa ya ostentara a principios del XX con la corriente expresionista y futurista que tantas obras de arte dejó en el cine. Y Berlín es además la capital mundial de la música electrónica aunque, queridas amigas y amigos, no he ido ni un día de clubbing, porque mis companeros del club de los cuatro -cinco si contamos el perro que tengo en la imaginación- no son proclives a la movida, ya que son muy de la onda hetero y prefieren los pubs de tipo irlandés con grupos de rock o de country en directo -nadie es perfecto-. Esta noche les convenceré, o me lanzo yo solo al ruedo. Eso sí, el ambiente, por lo poco que he podido ver aquí en Schöneberg, está tan escorado a lo absoluto que es totalmente hard -es la marca de la casa, como en Amsterdam; incluso el alcalde, que es gay, se confiesa adicto a la estética leather-, pero de una manera muy plana y como carente de vida, da la impresión de que en el camino se pierde sin duda algo, la sensualidad por ejemplo, que se derrocha en las latitudes mediterráneas y que Madrid conserva al tiempo que se adapta e introduce a fondo en la nueva escena del fetichismo homo.

Y para compensar esa cierta carencia sensual que percibo, ayer por la noche, cuando regresé al hotel, me encontré con que en la cadena franco-alemana Arte estaban programando el Je t´aime moi non plus del que hablábamos el otro día, con la bellísima Jane Birkin y, sí, nuestro Joe Dallesandro. Hacía siglos que no la veía y, aunque en alemán, la revisé de nuevo hasta el final. Fue el mejor broche imaginable para un día pleno. Y la excusa para proseguir el homenaje a Joe Dallesandro con, por un lado, la letra de la sublime Je t´aime... de Gainsbourg que cantara el propio Serge con Jane Birkin y, por otro, con un montaje sobre escenas de películas suyas que os he puesto en la videoteca. No dejéis de visitarlo, que Joe lo merece. Muchos besos.

JE T´AIME MOI NON PLUS

Je t’aime je t’aime
Oh oui je t’aime
- Moi non plus
- Oh mon amour
- Comme la vague irrésolue
Je vais, je vais et je viens
Entre tes reins
Je vais et je viens
Entre tes reins
Et je me retiens

- Je t’aime je t’aime
Oh oui je t’aime
- Moi non plus
- Oh mon amour
Tu es la vague, moi l’île nue
Tu vas, tu vas et tu viens
Entre mes reins
Tu vas et tu viens
Entre mes reins
Et je te rejoins

- Je t’aime je t’aime
Oh oui je t’aime
- Moi non plus
- Oh mon amour
- L’amour physique est sans issue
Je vais je vais et je viens
Entre tes reins
Je vais et je viens
Je me retiens
- Non ! maintenant viens

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