Conservo una revista gay francesa de hace casi dos décadas -os acordáis cómo eran antes, muy poquita información, relatos, erotismo-porno, contactos- con un artículo, acompañado de una foto muy sugestiva, que se llamaba J´aime les Anglais: "Avant, j´pouvais pas les encadrer; j´les trouvais moches, la plupart du temps avec les quenottes en avant, mal foutus, enfin complètement tartes... Mais depuis Pâques, j´te dirais bien que j´ai révisé mon jugement; oh combien! Dis-donc, j´suis tombé sur un mec super! Un Anglais, tu avais compris, grand, musclé ni trop ni trop peu; blond, ça j´adore, viril quand même; de belles dents droites; quand je lui ai demandé si, ado, il avait porté un appareil, il m´a répondu: "Non, je suis né comme ça": c´est bien quand c´est naturel!..."
Bueno, la cosa seguía, pero ya os hacéis una idea, también seguro quienes no sabéis francés: revisamos los juicios que hagan falta cuando nos gusta alguien, y si se tercia cambiar la valoración de una nación entera, pues se hace y santas pascuas. Total, ¿qué hay más importante que el chico o la chica que nos gusta en cada momento?
Y como la cosa va de inglesitos -a mí me ha costado mucho revisar mi opinión, porque aunque casquivano he sido muy anti-british desde la época de Thatcher- damos por iniciado el verano con el príncipe William -como seguro que alguien no lo conoce, ya que el público de este blog es muy selecto y no ve programas del corazón, os diré que es el de la foto de abajo a la derecha-, que se parece a su llorada mamá -aunque en mi opinión el más sexy de ese clan siempre será su tío Andrés-.
Y arriba y presidiendo tenemos a uno de los mejores atletas del mundo, el saltador de trampolín quebequiano Alexandre Despatie, a quien hemos seguido a menudo por TV y de cuyos clavados -así se llama en México a este tipo de salto- somos rendidos fans -oh combien!. Y para que nadie murmure que en Korador no caben los ciudadanos españoles, pues os diré que aparte de mi novio y de los chicos guapísimos que, procedentes de las diferentes realidades nacionales de nuestro Estado ya han ido apareciendo en Tiburones.. -si hacéis un poco de memoria-, hoy mi intención era abrir con el tenista Nicolás Almagro, pero.. todavía no he encontrado en la red ninguna foto a su altura. Os la debo.
((Me cuesta terminar así la entrada cuando es sabido que en Irán se anuncia la próxima ejecución por ahorcamiento de decenas de personas acusadas de adulterio y de homosexualidad. Hace unos meses emitieron en TV las imágenes de unos chicos jovencísimos que fueron ahorcados por esta causa, y es algo que no he podido olvidar, a pesar de que solemos digerir tantos espantos televisados sin apenas inmutarnos. Cuánto quisiera en ocasiones así poder aferrarme a algún credo o convicción espiritual que me confortara pensando que esos jóvenes y esas chicas adúlteras no van a terminar ahí, que pasarán realmente a mejor vida, que su sufrimiento no va a ser en vano, que hay una energía en este universo capaz de equilibrar la balanza ante la desigualdad que provoca esa infinita crueldad. Hoy amo especialmente a los iraníes, a todos -porque a los energúmenos que conforman ese régimen criminal no los considero iraníes, ni nada que pueda calificarse- y a todas, porque he visto sus rostros en las películas de Kiarostami, y sé que son bellos y sensibles, y digo que la cultura y las culturas entendidas como un cúmulo de tradiciones inamovibles son una mentira y una mierda, porque somos todos iguales ante el dolor y el amor)).
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