TRECE REFLEXIONES SOBRE EUROVISIÓN 2008

AHÍ VAN:

-Lo mejor ha sido la oportunidad de recuperar a nuestra gran Raffaella, en los especiales. Ella es una de las contadas personas que aquí suscita unanimidad de simpatías y de adhesiones, y nos ha deparado nuevas anécdotas, como cuando dijo que el día de la retransmisión estarían animando en TVE desde ¡las seis y media de la mañana! Y la oportunidad de verla interpretar el Waterloo.. ¡Viva la Carrá! Per sempre.


¿Cómo es que a nadie se le había ocurrido antes integrar a Alaska en el circo preeurovisivo, sabiendo lo que le gustan esos saraos? Aparte de degustar la versión fangoriana de En un mundo nuevo -pasada por petshopboys y con el regusto a doble y perversa interpretación marca de la casa-, escuchamos decirle en la tertulia: "Llevo dos meses ensayando los pasos del Chiki Chiki"... Seguro que hay hasta quien se lo ha creído.
















-De las distintas crónicas de enviados especiales a Belgrado la que más me ha llamado la atención es la de David Gisau para El Mundo, en la que decía que los eurofans de todos los países -menos de España- se daban de tortas por tocarle el culo al Chikilicuatre (¡¡??). Eso sí que es friquismo y transgresión, una nueva modalidad para el catálogo del marqués de Sade, y no la canción de marras.

-Dicen que ahora no nos votan porque estamos, dentro de Europa, en el grupo de los ricos del oeste. Lo curioso es que cuando durante tantos años los ricos eran quienes cortaban el bacalao, nosotros éramos medio ignorados por engrosar el pelotón de los pobres. Vaya, que geoestratégicamente somos los únicos que siempre estamos en el bando equivocado.

-¡Que boten ya a Uribarri, por favor! O que lo metan en el cuarto ese de escobas del que hablan nuestros amigos de El futuro está en el porno.
Es la retransmisión más piojosa que he oído en mi vida, tanto que se añoraba la indolencia de la Pécker -que tanto le gusta a nuestro senses-. Ha sido su peor festival, se notaba que iba pedo perdido, más salíoquelrabuncazo -babeó con absolutamente todas las participantes y las portavoces de los jurados que, por cierto, se parecían muchísimo unas a otras, como bien comentan en El futuro está...-, y sus predicciones con los votos nos tocan ya las narices y nos importan un pimiento. Hay mil profesionales que pueden aportar el conocimiento, ironía y desenfado que se precisan.


-Este año la profusión de Barbies minifalderas ha sido tal que el sobresaldo ha beneficiado, sin duda, a Dima Bilan, por lo disperso del voto eurofan adicto a este tipo de representación. Claro que puestos a elegir yo también me quedo con la sueca Charlotte Perrelli, de 33, operadísima y que parecía salida de los episodios más desaforados de Dinastía. A las demás las confundo: la ucraniana, la armenia, la albanesa, la griega -bueno, a esta la distingo porque se parecía a la mexicana Fey-.


-En el apartado del estilismo se llevó la palma de oro la representante de Georgia, la invidente Diana Gurstkaya, con el conjunto pesadilla antes de navidad en negro y en blanco -claro que ella no pudo opinar al respecto-, y por supuesto la parejita de Islandia, con los modelos negros de tacones rosa que tanto, parece ser, nos gustaron, pues se llevaron cuatro votos españoles.


-Vamos con los otros tres del big four: la propuesta francesa con Sébastien Tellier -con más de 25 años de carrera musical a sus espaldas, tiene mérito que se haya lanzado aquí sin red- fue lo más cool de la noche -no en vano le han apoyado los sectores indies que ven el festival-, de una sutileza guasona, con un coro a lo Aphex Twin, un poco años 50, toque Air y Lenny Kravitz incluidos. Alemania nos ofreció un grupo que era un cruce entre las míticas Silver Convention -que representaron a ese país a finales de los setenta con la canción Telegram- y las Spice Girls, con las minifaldas más minis del festival, y Reino Unido una canción funky muy digna. Total, para qué. No hay ná que hacer.

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De lo mejor de la noche, para mi gusto, fue el grupo turco Mor ve ötesi, con una propuesta rockera a lo Nine Inch Nails, que quedó en séptimo lugar. Más previsible fue el fracaso de los heavies finlandeses, que no aportaron la frescura comercial de Lordi.

-Lo peor: José Luis Uribarri, insisto. Y el grupo de piratas de Letonia. Y la cantante del año pasado, que tuvo la osadía de colarnos su última canción -nadie nunca había hecho antes eso-, y su mal gusto combinando el traje con las tenis.

-Del Chikilicuatre poco tengo que decir. Nunca me gustó, no me parece mal en absoluto que se presente una canción de coña, pero yo a esta no le he visto la gracia. Con todo, hubo cosas bastante peores que él, otras veces me he sentido más avergonzado -por ejemplo, con Son de Sol o con las Ketchup, que iban en serio-.


-Dima Bilan: me gusta que haya ganado, aunque la canción creo que era peor que la de 2006. Y el chico está más trabajadito en lo que se refiere a musculación que en las fotos que tenéis más abajo -no digo que eso sea bueno ni malo, sólo constato-, y continúa con su incontenible tendencia de quitarse ropa, que me parece muy bien.


-Y lo mejor de la noche, Boaz, el cantante israelí que quedó noveno y que se llevó mi voto -y el de mi hermana, creo que es la primera vez que coincidimos- sin las dudas que todos los años me corroen.
Nunca lo he tenido tan claro.
Me pareció una actuación prodigiosa, es como si a este chico le hubieran pedido que explicara en tres minutos todas las cosas hermosas que reserva y atesora en su interior, que pronunciara una letanía acerca de lo que aguarda a quien se deje cobijar por sus brazos protectores y sus manazas delicadas, los temores expuestos también sin dobleces, limpio y grande el propósito y el resultado de su voz prístina moldeando esta canción sencilla y seductora -no conocía la faceta de autora de Dana Internacional, quien ha compuesto la música-.

BOAZ MAUDA / KE´ILO KAN (The fire in your eyes)


Hasta el año que viene. Mañana, vuelta a la normalidad.