martes, 13 de octubre de 2009

MIEDO A FRANCE TELECOM



Para los meses que residí en Francia me suscribí a una oferta de canales de TV y, lo que más me interesaba, internet ADSL y sobre todo llamadas ilimitadas a España desde teléfono fijo por una cuota de unos 40 euros al mes, en lo que me pareció una oferta interesante. La compañía era la líder allí, Orange, que desde hace un tiempo ha pasado a manos de France Telecom, que viene a equivaler a nuestra bendita Telefónica, es decir, la compañía pública de comunicaciones una vez privatizada.

Pasado un tiempo, descubrí que por parte de ellos no se estaban cumpliendo las condiciones contractuales, ya que me cobraban todas las llamadas a España al margen de la cuota fija de los 40 euros. Desde un principio, el proceso de reclamación fue kafkiano: en la boutique donde tan amablemente me trataron cuando era un incauto a cazar se lavaban las manos, por lo que no me quedaba otra opción que llamar una y otra vez a la compañía, con los resultados que ya os podéis imaginar: comunicaciones de repente interrumpidas, detalladas explicaciones de todo el proceso por mi parte -con la dificultad añadida de tener que hablar y entender en una lengua que no es la mía, hasta que tuve que pedir ayuda, porque me desesperaba-.
Finalmente, conseguí un vago compromiso de que se me reembolsarían las cantidades, eso sí, pasado un tiempo que establecía, no sé en base a qué criterios, Orange.


Durante varios meses me desentendí de las facturas, al ver que efectivamente me devolvieron el dinero. Pero antes de regresar a España me percaté de que había vuelto a suceder lo mismo. El segundo proceso de reclamación fue tan lamentable que creo me llegó a afectar psicológicamente, al ver que tenía que volver a explicar todo desde el principio, que mi palabra era puesta continuamente en cuestión, eso sí, de esa manera tan amable e impersonal que se gastan las personas entrenadas para ejercer esta sofisticada tortura. Tanto fue así que llegué prácticamente a desistir, delegando esta misión en mi pareja y regresando a España sin tener resuelto este asunto, que aún colea.

Al final ya me daba igual el dinero y lo único que deseaba era despertarme de esa pesadilla, no tener que volver nunca a hablar con nadie de France Telecom ni de Orange, que me eliminaran de los ficheros, porque llegué hasta a tener miedo de que falsearan la realidad y me presentaran como moroso o cualquier otra tropelía.

Si por esta peripecia que en realidad es nimia he llegado a estar tan afectado -por los mecanismos tan sutiles que maneja esta gente y que te hacen sentir totalmente indefenso, negado y atropellado como consumidor-, no quiero ni imaginar lo que han tenido que padecer los 24 trabajadores de esa empresa que durante estos meses, en Francia, se han quitado la vida. El último episodio se ha dado la pasada semana cuando un trabajador acudió a su puesto fusil en mano, dispuesto a descerrajar a su superior.

¿Qué no habrán tenido que aguantar estas personas para que suceda algo así, para que opten por esa salida sin retorno, sin plantearse siquiera la posibilidad de dejar la empresa sin más?

¿Por qué estas compañías tienen un poder ilimitado y se sienten a sus anchas para instaurar una política de terror?

¿Cómo el director general de esa empresa pudo tener la desvergüenza de hablar de la moda de los suicidios y nadie le partió la cara por la calle?

¿Era éste el paraíso que nos esperaba tras la privatización de los servicios públicos?

No hay respuestas para todo eso. Aunque si contempláis los rostros de los dos principales responsables de esa empresa monstruosa, uno de ellos ya dimitido -pero con más de 20 muertos a sus espaldas, que no se nos olvide- estaremos algo más cerca de hallar la solución a estas preguntas. Unos rostros que prefiero no calificar porque creo que no encontraría palabras en el vocabulario del horror.

(La estupenda foto de apertura,con trabajadores concentrados tras la muerte de un compañero, es de la agencia AFP).

11 comentarios:

Champy dijo...

De pelicula verdad?

Impresionantes imagenes.

Los medios de comunicación en México, las televisoras para ser más concretos, poseen más poder que los mismos poderes oficiales, México no es un país para ellos, es un botín.

2046

Champy dijo...

Por cierto.

He sabido que se ha inaugurado una exhibición sobre Teotihuacan en Paris.... no te la pierdas....y piensas en tu azteca favorito.... osea moi.

2046

Justo dijo...

Mi querido azteca favorito: ya no estoy en París... imagino que volveré de visita tarde o temprano, pero no de momento.

Un besazo.

Ernesto dijo...

Leí la noticia hace mes y pico sobre los suicidios y me quedé frío. Es espeluznante el poder que pueden ejercer sobre los trabajadores ciertos tiparracos. lo que es aún más lamentable es la poca solidaridad de los ciudadanos. Apuesto a que siguen contratando con France Telecom.

José Angel dijo...

Espero que no te suicides tu también cuando compruebes de nuevo la amabilidad y operatividad de las compañías españolas de telófonos.
Si fuera empleado de France Telecom y tuviera esas tentaciones, antes me como los hígados de tres o cuatro.
Saludos.

Cabriola dijo...

todos los de este tipo de compañías son unos cerdos, si fuera por mí volvería al morse ¬¬'


muchos besotes

Eleuterio dijo...

En Alemania no es de otro modo, pero si protestas mucho y amenazas con abogado pueden suceder cosas a tu favor.

El Deme dijo...

Tal como lo cuentas, debió ser una verdadera pesadilla. El poder de las Grandes Empresas es monstruoso, amenazador, terrible.
Yo soy de Orange, ya me estoy empezando a poner nervioso.

Capri c'est fini dijo...

Ya sabía de esta espeluznante noticia... cuanta desgracia debe reinar en una empresa cuando ocurre eso... Y lo peor de todo es que esta noticia pasará como pasa el viento y no será más que una curiosa anécdota. Qué asco de mundo.

Un abrazo.

Javier dijo...

Cuando leí la noticia de los suicidios me que dé totalmente impactado, cuando leí el informe que publicó El País, no podía dar crédito, la verdad es que los trabajadores y los ciudadanos les importamos un bledo a estas corporaciones ávidas de dinero, pero eso tanto en Francia como aquí, sólo hay que pulsar el ambiente general.

Adolfo dijo...

Creo que estamos viviendo un tiempo de cambio muy fuerte (a muchos niveles, incluido el espíritu y nuestra manera de ver el mundo, ya está ocurriendo), y tenemos que estar preparados mentalmente. Y es precisamente el miedo ese sentimiento que tenemos que erradicar. Algún día despertaremos, y nos daremos cuenta de que empresas, políticos, etc -las mafias que manejan el mundo en definitiva- son los que en realidad deben sentir miedo por nosotros, y no al revés. Un abrazo