miércoles, 6 de junio de 2007
ROCÍO JURADO, COMO LAS ALAS AL VIENTO -HOMENAJE-
En mi casa escuchar a Rocío Jurado o hablar de ella siempre ha sido habitual. Desde sus primeros discos de fandangos y de aproximaciones a la canción moderna -como se decía entonces- mi padre era un gran admirador de la chipionera, aunque con el tiempo mi madre fue tomándole el relevo, y esto es sintomático de lo que pasó con buena parte del público de Rocío, las mujeres tomaron el testigo de los maridos conforme se iba convirtiendo en una señora mayor. A mí siempre me ha gustado y conozco bien todas sus etapas y facetas musicales, aunque nunca me comprara un disco de ella; su muerte, de la que ahora se cumple un año, me produjo tristeza y una gran perplejidad.
He elegido varias canciones de su espléndido repertorio -que ya es un cancionero de la música popular española- para rendir homenaje a esta artista extraordinaria que revolucionó su género y que fue una mujer grandiosa sobre el escenario. Y como colofón, una reflexión sobre Rocío y lo gay.
MI AMIGO (1969) "Por qué tienes ojeras esta tarde, dónde vas amor de madrugada..." Rocío popularizó el bellísimo poema Duda de Rafael de León, y es quizá aquí donde empieza a dibujarse con cierta nitidez lo que sería su estilo propio. Sensualidad aflamencada que no encaja bien en ningún catálogo y una voz señera y sin límite aparente, que se paseaba por cada registro con una naturalidad pasmosa y sin alarde. La canción ha resistido, y seduce ahora, casi cuarenta años después del estreno. La presencia física de Rocío era, sencillamente, arrebatadora.
UN CLAVEL (1971) Fue en el programa "Cambie su suerte" donde se organizó un revuelo de tipo sociológico, aunque aún no se empleaba ese término. La aparición de Rocío primero con un vestido ceñido y transparente y después con el ya inmortal modelo del escote y los claveles no dejó indiferente a nadie e inundó, por lo que se dijo, de cartas de protesta la redacción de TVE. Muchos más serían los que gozaron con este bellezón de mujer que daba a conocer una canción imprescindible en su repertorio, alegre y ligera, que ya nació siendo un clásico.
AMOR MARINERO (1974) En una etapa de transición hacia algo importante que se veía venir, Rocío sonó muchísimo en las radios de la época -onda media todas, acordaros- con esta melancólica coplilla -también con su punto erótico- en la que encandilaba a todos los marineros, aunque ella tuviera uno especial de su preferencia. Besos de ron y de menta, qué guapa Rocío en su último programa cuando nos recordó esta preciosa canción.
MI AMANTE AMIGO (1978) Es, junto con "Como una ola", mi preferida. Del primer disco con Manuel Alejandro, "De ahora en adelante", que la consagró definitivamente, aquí y en América latina, con canciones tan rotundas como "Si amanece" o "Lo siento, mi amor" -cuya letra era de lo más "verde" del momento, aunque también se hablara de que el feminismo había llegado a la canción popular española-. "Mi amante amigo" está dirigida a un confidente más que amante, con el que comparte todo hasta que aparece un amor fuerte que no permite esa complicidad... ¿Se dirigía Rocío a un amigo gay? En cualquier caso, nos emociona siempre oírla: "Mi amante amigo, me he enamorado como nunca te había dicho, y ya no puedo compartir nada contigo..." Aunque nunca fue una canción popular, siempre la acompañó en su repertorio, lo que nos indica su buen gusto.
COMO UNA OLA (1981) Qué más cabe añadir sobre esta copla moderna, que se convirtió en el himno por excelencia de Rocío, y sobre la que aplicó las más diversas variaciones y ensayos experimentales. Entrañable, y ella la dedicaba a su público, "vuestro amor creció como una ola.." Antes de este LP, hubo otro muy importante, "Señora", que también incluía el hit "Como yo te amo".
VIBRO (1985) Del disco "Paloma brava", la canción más sexual de Rocío -y mira que tuvo unas cuantas- en una época en la que ella estaba propensa, ya que se le había roto el amor con su Pedro. Hubo un vídeo increíble y unas letras que se nos grabaron a fuego -"porque contigo vibro cuando tu boca se calla lo que tus ojos me gritan, cuando por fin se realiza lo más grande y lo más bello..-" y que Bisbal confundió cuando tuvo el gran privilegio de cantarla con ella a dúo en su último programa.
QUÉ NO DARÍA YO (1990) Una canción inadvertida, la última, en el disco que José Luis Perales escribió para la diva, y que fue un completo fracaso, "Rocío de luna blanca". Con el tiempo, ella la recuperó y le dio un aire flamenco, hasta que poco a poco se fue convirtiendo en un éxito. Favorita de mi madre, la canción -y su interpretación- nos pone los pelos de punta, en el buen sentido.
COMO LAS ALAS AL VIENTO (1993) Sólo artistas como ella pueden acometer con éxito canciones tan difíciles e inclasificables como ésta, que cambia de tercio a cada momento, que no se sabe si es un blues, un espiritual, un fandango o una rumba. Una canción indómita e inmensa, como era esta artista, que emociona porque la religiosidad de Rocío Jurado era sincera, y ella se entregó a este tema, antes y sobre todo después de conocer su enfermedad.
ROCÍO Y LO GAY
Como toda artista que se precie, Rocío Jurado siempre ha tenido una legión de seguidores gay -casi cabría hablar de pre-gays, porque entonces la categoría se estaba aún conformando- pero en su caso hubo ciertas peculiaridades de avanzadilla y una predilección mutua y especial que ella siempre cultivó y que le llevó a tener preciados admiradores como Antonio Gala, Terenci Moix o Almodóvar.
Por un lado, Rocío ha sido, junto con Sara Montiel, la cantante más imitada y adorada por los travestis españoles desde que pudieron empezar a asomar la cabeza en los años setenta -ese don en absoluto lo ha tenido la Pantoja- y no es de extrañar teniendo en cuenta su temperamento, su atrevido repertorio, su manera de moverse por el escenario y de recrearse acariciando su cuerpo y su, en fin, superlativo mujerío -no es casual que nuestra Alaska mimetice sus gestos- que levantó pasiones en toda la comunidad lgtb -sí, también gustó a las chicas-.
Por otro, hubo detalles como la histórica entrevista que a finales de los setenta o primeros de los ochenta concediera Rocío a Maruja Torres para Nuevo Fotogramas en la que, tras declararse conservadora, católica apostólica, liberal y contraria al aborto al mismo tiempo, se atreviera a reprender al mismísimo Papa diciendo textualmente que era una falta de humanidad no considerar el divorcio ni la legitimidad de las relaciones homosexuales. En esa misma entrevista fue también la primera en lanzarse al ruedo a la hora de hablar del mercado rosa que entonces nadie sabía que existía, reconociendo que sus piropos a los homosexuales eran sinceros pero también movidos por el interés, consciente como siempre fue de que eran grandes compradores de sus discos.
Y luego están los rumores sobre sus maridos, que dieron origen a un titular imborrable de la prensa rosa del momento, cuando se cuestionaba la virilidad de Pedro Carrasco: "Pedro es una hombría de hombre". Y es que, para una paloma brava, toda la lluvia nunca basta.
((Mil gracias a la querida revista Fotogramas y su extraordinario archivo gráfico por estas inigualables imágenes de Rocío Jurado)).
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2 comentarios:
Esta tambien eh!
Las 2 van a ir juntas!
Estaba buenorra de joven
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