viernes, 29 de junio de 2007
BOSÉ, MAR ADENTRO
En el océano me pierdo
veo el océano y no sé
tan increíblemente grande y tan inmenso
tan respetable, que no navegaré
no lo navegaré
Esta coplilla pertenece a la canción El hijo del capitán Trueno, que según Miguel Bosé es su autorretrato, y en la que plantea el conflicto con su padre, que de alguna manera ha marcado su vida: es como la declaración de no virilidad, de opción por el mundo materno con todas las consecuencias. La paradoja es que las aguas que finalmente el cantante se lanzó a navegar eran aún más bravías y temibles que las paternas, en un océano donde con mayor frecuencia suele soplar el viento en contra. Sí, creo que él, a su manera, se ha adentrado más en el mar que Dominguín.
El pasado jueves 21 Miguel volvía a Las Ventas, donde no cabía ni un alfiler -no quedó ni una entrada por vender- en uno de sus momentos de mayor éxito profesional, quizá por los rumores previos de retirada definitiva -lleva trece o catorce semanas en el número uno de ventas en España, y con éxito tremendo también en toda América Latina, sobre todo México y Chile-. Siempre que actúa en Madrid o donde me encuentre voy a verle, es como si fuera un compromiso con la familia, de hecho cuando pasó por el Conde Duque con la gira del Por vos muero me confié y quedé sin entradas, y luego me dieron remordimientos. Le he visto en incontables ocasiones, porque durante años me ha gustado y obsesionado, y creo que la fecha de su debut como cantante y bailarín en TV en abril del 77 en el programa que Íñigo hacía en Florida Park, fue una de las más importantes de mi vida, porque aunque al día siguiente en el colegio todos se burlaban de él imitando su amaneramiento en escena -y al ser objeto de esa mofa para mí bien conocida provocaba mi solidaridad-, se notaba que les había turbado, que en el fondo les gustaba, y yo ya podía agarrarme a alguien a quien mirar e imitar, al artista cuyo estilo femenino encantaba a las chicas y que irradiaba modernidad, que nos hacía trasladarnos en la imaginación a Londres o a París, lejos de los prejuicios y lugares comunes de nuestras pequeñas ciudades.
Opino que durante mucho tiempo ha firmado además discos muy interesantes con producciones innovadoras -Salamandra, XXX, Bajo el signo de Caín, el propio Chicas! de su primera etapa- aunque para mi gusto se quedó atrapado en el Laberinto -uno de sus discos malditos- de los años 90, y a partir de ahí perdió conexión con los ambientes musicales más inquietos, rodeándose de un círculo que se me antoja nefasto a todos los niveles -Alejandro Sanz y compañía-. Hace tiempo, pues, que no me gusta mucho lo que hace.
El concierto fue un recopilatorio de éxitos, algunos de ellos a dúo con otros artistas; las actuaciones en grandes escenarios ya sabéis como son, aparte de la incomodidad ni se ve bien ni se disfruta, al estar como sardina en lata, pero bueno, es lo que había. Ahí van las canciones, que yo siempre las apunto en una libreta pequeña:
Sereno
Duende
Nena
El hijo del capitán Trueno
Bambú
Gulliver
Salamandra
Sevilla
Este mundo va -con Leonor Watling, no quedó nada bien, no se acoplaron, ella estuvo como despistada, no afinó, trataron de disimularlo con risas-
Mirarte
Partisano
Sol forastero
Y A CONTINUACIÓN COMENZÓ EL BLOQUE DE SUS PRIMERAS CANCIONES -lo que más me gustó-:
Amiga -de su primer disco, dedicada a la cantante Cecilia, preciosa-
Teorema -qué sorpresa volverla a oír-
Creo en ti
Morir de amor
Linda
Don Diablo -sí, es horterísima, pero nada comparada con las que se hacen ahora de este estilo-
Super Superman -¡tendríais que haberle visto bailándola!, me dio mucha ternura-
Te amaré -esta última la ha seguido cantando siempre, pero no las de arriba-
Los chicos no lloran
Manos vacías -con Rafa Sánchez de La Unión, uno de los momentos más emotivos de la noche, la canción lo vale y ellos dos son muy amigos y se nota-
Morenamía
Como un lobo -con su sobrina Bimba Bosé, muy de rompe y rasga, totalmente davidelfiana-
Si tú no vuelves
Nada particular
BISES
La belleza -su adaptación del bellísimo tema de Aute, que él ha hecho ya suyo-
Olvídame tú
Hay corazones -sí, con Ana Torroja, cuya aparición provocó un fulminante desmayo en un chico que teníamos al lado, no creo que fuera porque salió ella, pero coincidió... fue un momento horrible, llamamos a los guardias de seguridad y se creían que estábamos moviendo las manos por el concierto-
Amante bandido -el sorpresón fue que apareció Alaska bajando unas escaleras y diciendo, en plan Alexis Carrington de Dinastía: Miguel Bosée... Lo hizo genial, como siempre, teatralizaron la canción, que por otro lado está ya super manida, aunque hay gente, a juzgar por los gritos del público, que no se cansa de escucharla. Lo curioso es que Fangoria se han pasado años criticando a Bosé, pero ya sabéis que son muy tornadizos..
Y para finalizar, Nena de nuevo.
El concierto, que es de hecho la celebración de su treinta aniversario en la música, se va a editar en DVD y CD. Mi agradecimiento a José Ángel, que soportó con estoicismo y buen humor un concierto que se aleja bastante de sus gustos personales.
(Ayer no salimos, para tomar fuerzas. Por el mediodía estuve en el Círculo en la presentación del Manifiesto del Orgullo Europeo -por trabajo, aunque hubiera intentado ir de todos modos-, conocí al nuevo presidente de la FELGTB, Toni Poveda, parece muy majo, y a Fernando Olmeda, el locutor de Tele 5, que escribió un libro interesantísimo sobre la represión de la homosexualidad en el franquismo: El látigo y la pluma.
Ahora estoy en un locutorio, hay un argentino llamando a su tierra, explicando todo alborozado lo que está pasando aquí: das una patada y salen diez mil maricones,.. y mañana tienen la cabalgata; pues antes de que te descuides, pienso yo, nuestras hermanas porteñas van a hacer lo propio allá, lo están haciendo ya, me consta).
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