DÉJAME SOÑAR / CINCO AÑOS EN KORADOR (I)

El 15 de Mayo, 15-M, es también el aniversario de Tiburones en Korador, que comenzaba su andadura en 2007 con una entrada europetarda -De Patricia Kraus a D´Nash- hecha al calor del momento, en pruebas y a lo loco.

Desde que tengo uso de razón me recuerdo recortando fotos de revistas y pegándolas en cuadernos y agendas, con todo tipo de comentarios y listas, dirigidos a inexistentes lectores, por lo que esta aventura digital era un paso lógico y muy excitante: ¡había vida más allá del espejo!

Los tebeos, las fotonovelas en entregas de Teleprograma, la biblioteca de mi abuela  -ella siempre contaba que unas vacaciones, nada más llegar a su casa, y siendo todavía un retaco, me dirigí con decisión a buscar en los estantes la biografía de María Estuardo, que me había dejado a medio leer el año anterior-, las horas y horas de programas musicales en la radio -ahora hubiera sido imposible-, los discos single, la expectación en torno a Galas del sábado o ¡Señoras y señores! en televisión. Y los anuncios de películas, en la radio, en la prensa y revistas, en los enormes carteles de las salas. Los cromos, las fotos de artistas, las películas de aventuras y las series de ciencia ficción de la tele -Perdidos en el espacio, Tierra de gigantes..-.

Tiburones en Korador fue una serie de aventuras de un personaje llamado Anna, una chica intrépida -Line en el original belga, obra de Paul Cuvelier-, que se publicó por entregas en la publicación infantil-juvenil Gaceta Junior, que yo a veces compraba con mi paga semanal. A mí me  encantó esta historieta, claro, pero como no la tenía completa la pedí -y por dos veces- a los Reyes Magos, porque había salido en formato álbum, o al menos eso decían en el tebeo. Porque lo cierto es que nunca me llegó, y más tarde mi madre me diría que recorrió las librerías de Málaga infructuosamente.

Lo elegí como título del blog como símbolo de toda esa imaginería del desarrollismo que me fascinó de niño y que ya se quedó conmigo. Y también porque el no haber disfrutado del álbum en su totalidad contribuyó a la plena idealización del mismo. Como me pasaba con las películas que adoraba sin haber visto, sólo por las frases de propaganda, las escenas de los trailers o los carteles de los cines. Esas plegarias no atendidas, las películas y tebeos y programas incompletos o imaginados, que pertenecen al mundo maravilloso de los sueños, a lo que está por alcanzar, a lo incompleto o inmaduro, que yo quiero recrear continuamente, para no dejar nunca de fascinarme.

`UNA CASA EN EL AIRE´, EL NOMBRE ALTERNATIVO

 Pero hubo otro nombre que barajé hasta el final: Una casa en el aire, una hermosa canción de Mari Trini incluida en su disco de finales de los 70 Sólo para ti. Por su letra, por lo que representa: "Una casa en el aire los amantes tienen que no alcanza nadie... y es que a los mediocres la imaginación parece faltarles.. al unirse sus cuerpos, se eleva su casa como un globo inmenso...". Todo eso hace referencia también a ese territorio de lo soñado que me interesa. Y es que además, abrir un blog es de alguna manera instalar una casa en el aire...

Lo cierto es que cualquier canción de Mari Trini me sigue inspirando. Los sueños son míos, déjame soñar... y bloguear.

DÉJAME / MARI TRINI

 Déjame, déjame soñar; déjame, tengo que llegar. No quiero quedarme atrás, los sueños son míos, déjame soñar...