lunes, 12 de noviembre de 2007

QUERIDO BORIS


Nadie mejor que Massiel lo pudo, hace tiempo, definir: "¡Qué falta hacía un Boris Izaguirre en España!".

Sí, yo comparto esa opinión. En estos ocho o nueve años que han transcurrido a velocidad de vértigo en lo que a derechos y visibilidad LGTB se refiere, cada quien ha tenido su importancia, desde luego muchísima los colectivos de activistas, y la suma de tantas reacciones individuales de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales hartos y hartas de ser desdeñados, de que se nos negara la ley de parejas, de una imagen pública deforme, alegres de recuperar ímpetu tras la depresión de la era sida y de casos manipulados de manera infame como el affaire Arny.

Y en televisión hubo y hay un personaje entrañable, que habló en primera persona y con naturalidad como gay, de él, de su novio, que se mostró tal y como era, sin pudores pero con delicadeza, con sus muchas contradicciones, y con un tierno descaro. Sabemos de la importancia de los gestos, y Boris fue quien, en la pantalla, acabó con el disimulo, señalando que el emperador de Andersen estaba desnudo. Llegado de Venezuela, el nuevo y peculiar showman disertaba con suma irreverencia -también con mucho respeto- de lo divino y de lo humano en nuestra sociedad, como sólo puede hacerlo quien viene de fuera, y mostraba sin recato sus debilidades, y fue ganándose un sitio en el corazón de mucha gente hasta ser totalmente adoptado como español y como personaje fijo de nuestro imaginario, único capaz de relevar -porque sustituir es imposible- a Terenci Moix en sus irónicos y mitómanos cometidos.

Hay muchas personas homosexuales que no le aceptan bien, y que se rebelan porque dicen no sentirse representadas, que prefieren un modelo más formal, una figura que no sea tan loca o disparatada, que no despida plumas por doquier. Pero es que la intención de Boris, consciente de la diversidad LGTB, no fue nunca la de actuar en nombre de nadie, aunque desde luego lo hizo y abrió caminos no antes explorados en la TV.

Yo, por ejemplo, me siento plenamente representado. Puedo firmar algo que diga Boris sin antes leerlo, suscribo de entrada sus opiniones sobre política, sobre glamour, sobre artisteo, sobre cultura, porque es sensible e inteligente y reconozco y asumo su punto de vista gay, que es el mío. No tengo nada contra su amaneramiento, porque lo veo esencial en él y no forzado, y prefiero esa naturalidad de su pose a algo que pudiera estar reprimido. Le reconozco de mi carne y de mi sangre, y le deseo, cómo no, mucha suerte con su novela Villa Diamante, finalista del Premio Planeta 2007. Querido Boris, sé siempre bienvenido.

3 comentarios:

Fernado Palaio dijo...

Parabéns a Boris Izaguirre pela coragem de enfrentar em pleno a sociedade,os preconceitos e os medos.Um dia todos vão estar em pleno com a sua maneira de estar no Mundo e ninguém vai reparar porque SOMOS TODOS DIFERENTES E TODOS IGUAIS!Parabéns a ti Justo por defenderes sempre os DIREITOS HUMANOS E A IGUALDADE ENTRE"DIFERENTES"!Abraço forte.

Justo dijo...

Estos días no tengo tiempo ni de ver los blogs de los amigos, se me acumula el trabajo, pero ya pasaré por tu casa virtual. Besos.

Fernado Palaio dijo...

Até lá então!Besos.