jueves, 1 de noviembre de 2007

HÁ QUANTO TEMPO, PATTI


PATTI SMITH EN DIRECTO EN EL COLISEU DE LISBOA, DOMINGO 28 OCTUBRE: ¡QUÉ PASADA!
Un día antes nos habíamos quedado con las ganas de verla, porque actuaba en Madrid en la Casa Encendida, pero, al ser ese recinto tan pequeño, las entradas se agotaron por la red en un santiamén. Al saber que la veteranísima rockera -sesenta años- Patti Smith también daba el domingo un concierto en Lisboa -donde yo estaba de viaje con mi amiga Esther-, nos plantamos en el Coliseu dos Recreios -un teatro precioso a la antigua usanza-, en cuya puerta dos chicos que habían ganado sus entradas en un concurso nos las vendieron algo más baratas.
El hecho de acudir, en un principio, era más que nada por devoción mitómana y por el culto a los 70, casi por coleccionismo, porque yo en realidad nunca he sido un seguidor y apenas recordaba alguna canción, sí las carátulas de sus discos, como Horses, y su imagen andrógina, a medio camino entre Janis Joplin y Jane Birkin, rebelde siempre e increíblemente fotogénica. Es por eso que ni yo ni Esther -que la conocía aún menos- estábamos preparados para el conciertazo que vimos, un espectáculo de los que os aseguro ya nadie realiza, un directo de rock clásico puro y duro.

A pesar de que la diva acudió a su cita con cuarenta minutos de retraso -y el público ya se impacientaba, y empezaba a silbar y patalear-, casi nada más sonar los acordes de la primera canción, de su clásico LP Horses, nos metió a todos en el bolsillo.
La conexión con el numeroso y variopinto público fue tremenda, y hubo además varias referencias a la ciudad y a Portugal, que ella considera -un poco ingenuamente, a mi modo de ver- un símbolo en la lucha contra las corporaciones y el neoliberalismo. Nadie podría haber dicho que esta intérprete intrépida y polivalente tiene la edad que tiene, tanta fue la energía que derrochó en el escenario -su imagen siempre ágil, etérea, joven-, las vueltas que dio de un lado para otro -bajó de la platea varias veces, desfilando para saludar a todo el público-, la fuerza que nos transmitió y la duración del concierto: más de dos horas.

Homenajes a Jimmy Hendrix , a Nirvana, y a los Doors. Y, sin que hubiera un tributo directo, recordamos a Lou Reed, a Pretenders -que tanto le deben-, a Janis, a tantos otros grandes del rock sin los cuales nuestra vida hubiera sido distinta y desde luego peor. Sus éxitos más representativos, con el emocionante Because the night que nos hizo vibrar, el People have the power, que la verdad no me suena que sea de ella -aunque a lo mejor me equivoco- y otros que reconocí pero cuyo nombre desconozco. Y una maravilla: A perfect day, con el cual nos identificamos enseguida, porque en verdad fue un día perfecto en Lisboa.

Pero lo mejor de la noche, para mi gusto, creo que también para el de Esther y para Kathleen Gomes -crítica del diario portugués Público, de cuya crónica me he permitido reproducir el título en mi entrada- fue la interpretación de Beneath the southern cross, con una apoteosis de guitarras acústicas que nos sumió en un largo trance, que a mí me recordó al mejor Neil Young y a la periodista Gomes a Bob Dylan y la Velvet Underground unidos. La canción fue dedicada a "una de las vidas de Fernando Pessoa".


Muy fuerte, y muy grande esta mujer insumisa y maravillosa: ¡Larga vida, Patti, al rock y a ti y a tu carrera! Y muchas gracias por esa noche inmensa.
-Por cierto, el chico que veis de espaldas era el técnico de sonido, lo teníamos delante, y ahí os lo plantamos, en homenaje a su profesionalidad y a que también nos alegró, claro, la vista un rato. No estábamos muy cerca, así es que estas imágenes son lo mejor que pude obtener.. en la primera veis a Patti cuando se acercó a saludar por mi zona. Y las fotos de primeros planos, en las que nos recuerda un poco a nuestro Rosendo, son cortesía de la página Blitz. Muchos besos-.

((Alguna vez tenía que llegar. Os bajo a la videoteca la que quizás sea la canción que más me gusta del mundo, y si no una de las tres que más. De 1975, el grupo de Manchester 10 CC, que ha conocido otras versiones posteriores, como la muy cachondeta de Fun Lovin´ Criminals. También hubo una escena inolvidable en la película existencialista La Marge, de Walerian Borowczyk, con Joe Dalesandro y Sylvia Kristel. Insuperable)).

I´M NOT IN LOVE / 10 CC

I'm not in love, so don't forget it
It's just a silly phase I'm going through
And just because I call you up
Don't get me wrong, don't think you've got it made
I'm not in love, no-no
(It's because...)

I like to see you, but then again
That doesn't mean you mean that much to me
So if I call you, don't make a fuss
Don't tell your friends about the two of us
I'm not in love, no-no
(It's because...)

(Be quiet, big boys don't cry)
(Big boys don't cry)

I keep your picture upon the wall
It hides a nasty stain that's lyin' there
So don't you ask me to give it back
I know you know it doesn't mean that much to me
I'm not in love, no-no
(It's because...)

Ooh, you'll wait a long time for me
Ooh, you'll wait a long time

I'm not in love, so don't forget it
It's just a silly phase I'm going through
And just because I call you up
Don't get me wrong, don't think you've got it made, ooh

I'm not in love, I'm not in love...

4 comentarios:

Fernado Palaio dijo...

LA MARGE,Dallesandro e Kristel ao rubro!As memórias boas,não revivalistas,da geração da nossa juventude!Abraço.

Justo dijo...

La escena en que suena "I´m not in love" merece un lugar de honor en la historia del cine erótico..aunque nadie se ocupa de reivindicar ese género

Unknown dijo...

Esta pelicula ocurre en mi querido barrio chino de Barcelona.

Justo dijo...

¡No tenía ni idea, ligredesevilla!

Muchas gracias por la información. En teoría están en París, pero.. tiene toda la pinta de que fuera el Barrio Chino, sí.