viernes, 25 de mayo de 2012

PLENITUD EN EL PARQUE DE ATRACCIONES


Hoy he sido feliz. La jornada de ayer y esta mañana comenzaron sin embargo mal, me sentía agobiado por distintas inquietudes, cuestiones a medio resolver, pinchazos en las sienes. Pero era el día de pasar horas enteras en el Parque de Atracciones con mis alumnos, salimos a las diez y media de la mañana y no nos recogimos hasta pasadas las siete. El grupo pintoresco, con mis pupilos habituales, dos compañeros y un racimo de gitanillos del primer ciclo. ¡Cuánto tiempo llevaba sin pisar el Parque! Tan hermoso, en plena Casa de Campo, para mí siempre relacionado con el Gran Musical de los domingos de antaño. Me vi arrastrado a todo lo que se suele acometer en este recinto: he subido a Vértigo, a las atracciones acuáticas, a la Tarántula -¡qué mareo!-, al Tifón, a la Lanzadera -aunque me costó mucho decidirme, lo confieso: pero mereció la pena-, he paseado por el Viejo Caserón -alumnas mías traumatizadas de ocasiones anteriores no se atrevieron a entrar, llorosas-.




He sido feliz por contagio. Porque algunas de mis alumnas y alumnos me han hecho recordar una vez que visité un albergue de perros en Albacete: entré con los de la Protectora a ver las instalaciones y a los chuchos y me sorprendió ser tan bien recibido por dos o tres de ellos, que me acompañaron desde el principio, haciéndome los honores, enseñándome de hecho los distintos compartimentos, como diciendo: "¿Lo ves? Aquí es donde dormimos, aqui hacemos caca, aquí tenemos el agua y el pienso, después de todo no se come tan mal." Los canes me guiaban alborozados y yo sentía una mezcla de alegría y de congoja.
Pues así mis alumnos, con quienes habito tantas horas a la semana, quienes me aprecian o transigen como algo inevitable o contemplan como a un insecto digno de estudio, han querido estar conmigo todo el tiempo, compartiendo lo que para ellos es importante y tan distinto de lo habitual, mostrándome un terreno mucho más suyo que mío, invirtiendo los papeles por una vez y con sumo cariño, buscándome de continuo para explicarme pormenorizadamente todo lo que pasaba: "Profe, monta conmigo, sube a la barca, no te va a dar miedo, lo peor es el final pero se pasa en un suspiro, noooo profe no te vayas, tienes que subir en nuestro banco"...



Sentir en cercanía y al mismo tiempo lo que ellos han querido que sienta, la carcajada, el pellizco del miedo en el estómago, la sensación que produce, presos de los aparatos, aparentar que volamos por un momento sin freno, frágiles y sujetos a que todo acabe en un instante, pero al mismo tiempo libres, seguros contra el viento, levantando las manos en desafío abierto.
Después el recuento, el listado de anécdotas, el regocijo inmaculado en sus rostros. Hacía tiempo que no veía tanta felicidad junta.

Me han pasado cosas bonitas en este día. Como si hace tiempo viniera regando a diario macetas y se confirmara que empiezan a despuntar nuevas florecillas, con colores insospechados hasta el momento, distintas cada una, audaces y sutiles. En un momento de la tarde me separé por un instante del grupo: estaba empapado de la cabeza a los pies y me apoyé en una barandilla a contemplar lo hermosa que estaba la Casa de Campo, a aspirar la primavera putifina y resabiada, aliviado de mis heridas por ese roce humano que redime; pleno en mitad del día, ocupando mi sitio preciso.


(Esta es la entrada nº 600 de Tiburones en Korador. Los perritos son atenienses. La última foto es del año pasado en una celebración similar en el Parque Juan Carlos I de Madrid. ¡También pasado por agua!)

9 comentarios:

AlexCerati dijo...

Se nota que te divertiste, muy buen texto!

Uno dijo...

Los profes estais hechos de otra pasta. Casi, casi me convences con tu verbo enredador pero no me voy yo al Parque de Atracciones con seres humanos de esas edades ni por todo el oro del mundo.
Pero siempre es una alegría verte feliz. Un abrazo

Anónimo dijo...

presos de los aparatos; es que vengo de un lugar donde hablaban de adicciónes al sexo, jesúúúus...

pero qué guapo, Justo. Me alegra que por fin vengan resultados florecidos :)

besos

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

Qué entrada más bonita y emocionante: saber que todo sigue ahí, esas gradas de los míticos conciertos, ése parque, ahora que todos se van a la Warner ó a Port-Aventura.

Y qué valor y vocación llevarte a toda la tropa, eso de que "te verán como a un insecto", es una licencia literaria, porque seguro que no: Igual que tú les podrías ver a ellos, porque la loca esa de la otra entrada, que se subió a una mesa en cuanto vio una avispa ó una mosca, ya me dirás...Esa es la que se quedó fuera del "Viejo Caserón" seguro:-)

Pero hay una especie de estallido de la primavera, del gozo del primer sol y primer buen tiempo (aunque sea un poquito "efecto invernadero" ya, qué pena), y una fusión inter-generacional en la que realmente el más joven y menos prejuicioso acabas siendo tu, con tu vocación, y con tu dejarte subir en esas atracciones en las que yo con mis cervicales estaría aterrorizado: Luego he montado en montañas rusas alguna vez, pero siempre pienso que se va a soltar la cinta de seguridad y una tuerca:-)


El pasaje del albergue de perros en Albacete y las fotos es emocionante también. Seguro que eres un profe fantástico, y que además de enseñar, acabas aprendiendo cosas de muchos alumnos/as, porque esa es la grandeza de la vocación: que te devuelvan algo de la energía, el interés, el esfuerzo que has dado por ellos. Pareces el más jovencito y el más energético de todos "Descalzo en el parque" (qué foto más bonita), en la "Entrada 600".

Feliz "Entrada 600", tiburoncito:-)
¡Besotes!

Javier dijo...

Un feliz día, se nota que eres un valiente, ir al parque de atracciones con gentes de esas edades, eso es ponerse en riesgo, jajajajajaja.

Javier dijo...

Felicidades por las 600....número mítico el 600

Justo dijo...

ÁLEX: Sí, realmente fue un día muy bonito.

UNO: Jaja.. la parte que más me gusta de mi trabajo es la educativa propiamente dicha, la convivencia.. siempre he sido muy partidario de estas actividades, aunque a veces te lleves disgustos.

RIP: Bonito y emocionante es tu comentario, ¡muchas gracias!
Pues mira, te diré que sí, que a lo mejor aciertas en tu predicción de la niña, jeje. Pero es muy maja.

Lo de la vocación no es algo que yo tuviera de antemano, y aun hoy no sé si la tengo. Me gusta el trato humano, con adolescentes o con ancianos, me da igual. Y por ahí he encontrado el sentido a este trabajo, que a veces conlleva un desgaste tremendo.
Y sí, es muy bonito cuando se da esa rueda en la que vas a tu vez recogiendo cosas.. hay anécdotas emocionantes a través de estos años, e incluso vínculos que permanecen, y recuerdos muy poderosos.

Ya vez, descalzo y empapado. ¡Gracias de nuevo! La entrada 600, tenía que haber buscado un coche 600, jeje.

JAVIER: Muchas gracias, rey. Bueno, un poco valiente sí, lo reconozco..

¡BESOS!

senses and nonsenses dijo...

tus alumnos tienen que estar encantado contigo, yo acabaría mareado en la segunda atracción. creo que eres un buen domador de canes alborozados. vocacional.
un buen profesor es algo que te queda de por vida.
felicidades por la entrada 600,
y quizá por algo más...

un beso

Justo dijo...

Muchas gracias, Senses..

Vocacional.. no creas. En todo caso, una vocación adquirida -lo que tiene más mérito, no digo que no-.

Pero no siempre estoy tan satisfecho, jaja..