sábado, 8 de diciembre de 2007

LO QUE YA INTUÍAS SOBRE LUXEMBURGO



A finales del mes pasado recalé por primera vez en Luxemburgo, más concretamente en Kirchberg, un barrio en el extrarradio de la capital destinado casi en exclusiva a la gestación y trámite de asuntos de estado europeos.
Fue muy muy fuerte.
Y que no se me enfade nadie de allí si me lee, pero la verdad es que.. Kirchberg es siniestro, y mirad que quien dice esto es un europeísta convencido, pero de esas moles grises amontonadas con sus cientos de metros cuadrados para oficinas me temo que no pueda salir nada bueno.
Aunque yo poco a poco le fui cogiendo el punto, ya me conocéis, porque lo que suelo hacer en caso de hostilidad ambiental es trasladarme con la imaginación a los tebeos y comics que he devorado desde que era chico, y aquí tenía un amplio catálogo al que acudir, desde los Dossier Negro de mi infancia al Moebius de Metal Hurlant -los paisajes urbanos- hasta llegar al Peter Bagge que conocí en las páginas de Víbora, porque algunos de los personajes que pueblan este mundo son susceptibles de ser caricaturizados a la manera baggiana.


Y además hay dos torres en construcción que me fascinaron.






CUESTIONARIO de un lector imaginario de Korador, sobre la ciudad de Luxemburgo:
Luxemburgo me suena más a trabajo que a vacances. ¿Es a eso a lo que acude la mayor parte de la gente, a currar?
Así es.
¿Es de esos lugares donde apenas luce el sol?
Cierto. Y esto no es bueno ni malo, ojo, no lo juzgo, de hecho a mí me ponen los cielos cubiertos y encapotados. Pero le changement climatique no es muy patente allí, sigue haciendo un frío de mil demonios, vamos, como toda la vida.
¿Qué tal está el comercio?
No he tenido oportunidad de comprobarlo, sobre las seis no quedaba nada abierto. Quizá tenga que ver el hecho de que -dicen- hay bastantes pelas y por lo tanto el comercio no anda muy necesitado.



¿La vida nocturna es más limitada que la nuestra, no es así?
Y la diurna. Fui varias veces a uno de los sitios que pasan por ser concurridos, la Place d´Arms, y estaba desoladoramente vacía ya por la tarde.
En cuanto a la nightlife, directamente te diría que ni lo intentes, porque me pareció que lo que hay es lo que cada una decida montarse en su casa. En la parte de abajo de la ciudad -se desciende por un ascensor- hay algunos pubs, tres o cuatro.

¿El nivel de vida es más alto que el nuestro?
Es el país más caro que he conocido. Dicen que la gente allí está sobrada de dinero, y yo me preguntaba, ¿de qué les sirve, si no se ve vida por ningún sitio? Sí, ya sé que es un tópico, pero es así.
Pero la ciudad es muy bonita, me imagino, debe ser como de cuento de Andersen o de ese estilo, ¿no es así?
Sí, lo es. Bonita, limpia, fría, ordenadita. Es muy mona. Tiene además varias abadías y edificios interesantes, y la zona de la estación y la estación misma es preciosa.

Se habla francés, ¿verdad?
Y alemán. Claro, acuérdate de que en 1978 nuestras Baccara representaron a Luxemburgo en Eurovisión con la canción Parlez-vous français?, que entonaban en francés e inglés, que aquí también todo el mundo habla. Pero eso es lo último que debió pasar en el país en materia kitsch.
Y los chicos, ¿cómo son?
Muy guapos. Pero qué voy a decir yo, si a estas alturas ya os habréis dado cuenta de que me gustan los varones de todas las latitudes.

((Las dos viñetas son autoría de Pierre Wazem y Chris Ware, y gentileza de la página Arquivo da Torre)).

1 comentario:

Fernado Palaio dijo...

O CALOR E BELEZA DE LISBOA SÃO ÚNICOS AMIGO!TENS DE VOLTAR A PORTUGAL...besos grandes