lunes, 3 de marzo de 2008

GATOS AL OLOR DE LA SARDINA EN LA PLAYA DE HÉRCULES


Toda la franja norte de Marruecos es un paraíso de los sentidos gatunos, para disfrutar viendo cómo los felinos retozan, maúllan o se aparean a la vista de todos, sin importarles el qué dirán.
También, claro, nuestros amigos nos cortejan con astucia muy sibilina y local, sobre todo si hay un buen plato de sardinas por medio, como nos sucedió a nosotros en la playa de las Cuevas de Hércules, cerca de Tánger, un paraje de belleza singular donde pudimos comer al borde mismo de un promontorio, rodeados de una manada de gatos de todos los colores al sol, que se arrimaban zalameros para conseguir el festín que sin esfuerzo obtuvieron.




Allí hicimos buenas migas con un gato naranja de ojos profundos y seductores, y pasamos un mal rato porque una gatita había mordido un anzuelo de pesca y no vimos la manera de quitárselo. El mar, los gatos, el sol, una buena compañía.. en el paraje donde dicen que Hércules reposaba entre trabajo y trabajo. La vida es bella, a pesar de que, si mirábamos a la izquierda, atisbábamos una franja de privilegio en exclusiva para los clientes de un hotel de lujo y si mirábamos a nuestra derecha, la playa del pueblo llano a la que todos podían acceder.

CARINA, MADRILEÑA Y DE CARÁCTER



Ya en casa de nuestro amable anfitrión, intentamos congeniar con Carina, una oronda y hermosa gata negra y blanca, madrileña de origen pero ya con años de bagaje en Marruecos, primero en Casablanca y ahora en Tetuán. Nos contaba su compañero de vivienda -los gatos no admiten amos, simplemente comparten el hogar- que Carina no acaba de adaptarse al islam o al mundo musulmán y, así, llegó a tener en su momento varias calvillas producidas por el estrés.
Pero ahora se la ve, no sé si a su pesar, más integrada. Es una gran degustadora de coloquios que adorna con su presencia y sus poses, como si fuera un figurín egipcio y yo pensé que me la había metido en el bote con mis caricias cuando insospechadamente.. un repentino zarpazo acompañado de un sonoro fusss puso las cosas en su lugar. Faltaría plus.

GATOS EN EL RINCÓN Y EN XAOUEN





((En la barra de vídeo os dejo con un griego guapísimo que además canta muy bien: Nikos Vertis y su melancólico Thimame. El vídeo es ideal para estudiantes de griego porque es tipo karaoke. Besos)).

3 comentarios:

Champy dijo...

Orale... pues ahora si es destino obligado.....

Me dajste frio con las ultimas fotos....

El chavo es bello.... me canso que no lo perdonaba...

Anónimo dijo...

Blog amigo de los gatos www.queridos-gatos.blogspot.com

Justo dijo...

¿A que son lindos, Champy?
No, yo tampoco perdono a Nikos, qué va, si hasta me compré un disco sin haberle oído jamás.

¡Muchas gracias por la recomendación, Filomeno! Y bienvenido a Korador.