viernes, 14 de agosto de 2009

DINARD, LA PLAYA DE PAULINE





Si Saint-Tropez parece que sigue siendo la plage de toutes les folies, Dinard es la plage de toutes les élégances, o al menos eso es lo que dicen los carteles de época, de los que ahora hay una exposición. A sólo diez minutos en barco de Saint-Malo, en el norte de la región francesa de Bretaña, enseguida se percibe su aire de ciudad balneario exquisita y sensual, en contraste con su igualmente bella pero castrense vecina, de la que le diferencia además su anglofilia rampante.
Así es, ya que mientras Saint-Malo recuerda y no tiene intención alguna de olvidar el durísimo asedio británico durante la Segunda Guerra Mundial, Dinard rememora que su origen como villa selecta se inicia cuando una colonia de británicos adinerados decidieron que ese era el lugar ideal para el ocio y reposo. Es realmente bella y coquetona, y no hay que confundirla con Dinan. Dinard no es Dinan, como Manet no es lo mismo que Monet, aunque yo los siga confundiendo. Y es que Dinan es una ciudad que también se halla muy cerca, pero a la que finalmente decidimos no ir... porque no se puede abarcar todo, y no somos muy de poblaciones medievales.

Y atención rohmerianos, aquí se rodó la mítica Pauline à la plage...







No es el verano en directo pero casi, ahora estamos en Quiberon y mañana partimos a Brest... Estamos ilusionados...

9 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué buen verano os estáis "tirando"! A seguir y no parar.

Adolfo dijo...

Unas fotos maravillosas. Viaje estupendo y con la persona que quieres: eso siempre es el Plan Perfecto. Un abrazo desde este horno llamado Madrid

molano dijo...

Voy a tener que volver. Conocí Dinan pero no Dinard que a la vista de las magníficas fotos, es mas mi estilo.
En Plelo (por ahí cerca) había una granja hotel que también funcionaba como restaurante LA VILLE ANDON. Estupendas andouilles.
No os perdais, si pillais alguna, las fest noz , que son fiestas nocturnas con música celta.
Cuantos recuerdos en mi mente. Y cuánta envidia.

molano dijo...

He pensado que mejor te cuento lo que recuerdo por si os sirve de algo:
En Morlaix recuerdo un antíguo café muy acogedor. Y que comí las mejores crepes. Recuerdo el puente con casas de Ladernau. Y recuerdo Lacronan sobre todo su iglesia y el cementerio. La catedral de Quimper y dos cafés junto a la ria. Y por supuesto Port Avon, con su Gauguin y sus molinos Y un precioso paseo por “el bosque del amor”.Vannes es una ciudad medieval amurallada con algunas puertas muy interesantes, en la catedral está enterrado S. Vicente Ferrer (lo mismo sois devotos) y comí muy buen marisco. No se si me gustó pero hice un recorrido en barca por un parque pantanoso (Brier?).
Hace tanto tiempo...

marichuy dijo...

Querido Justo

Y yo nada más antojándome; mientras tú te paseas por el mediterráneo, yo aquí en la Ciudad de México y trabajando, sniff.

Muy buenas tus fotos. Esos afiches ¿cómo se llama el estilo? Vintage, creo, siempre me han gustado.
Que lo sigas pasando bien.

Un beso

Eleuterio dijo...

Ah, "Paulina en la playa"...què buena pelìcula.

Con poco tiempo en vacaciones hay que elegir, pero para mì lo medieval en las ciudades es un argumento para visitarlas.

Algùn dìa irè a Saint Michel.

pon dijo...

Qué elegancia más decadente y demodé. Preciosos carteles y preciosa playa. Ay cuánta grandeurrrrrrrrr................

Justo dijo...

Elegancia decadente y demodé, Pon, sí... jaja.

Muchas gracias por tus interesantísimas recomendaciones, Molano. Me temo que no podremos recorrer tanto, no vamos en coche.. pero lo apunto todo. Lo debiste pasar muy bien... Ah, pero las andouilles las probé en la cantina de la estación de Auray y creo que me sentaron mal... de hecho les he atribuido un forúnculo que me ha salido en el culo...

Adolfo, querido, me ha hecho ilusión ver tu nombre.. un beso fuerte también a Juan, Eleuterio, Marichuy (no es Mediterráneo, es más cerca vuestra, Atlántico y Canal de la Mancha).

El Deme dijo...

Maravilloso recorrido por las playas de Bretaña, esos hotelitos, esas casetas de lona, esos bancos para conversaciones rohmerianas, definitivamente es un viaja muy agradable, me imagino las copas de vino que habrá entre medias, parece un mundo apacible, belle époque, con el vientecillo acariciándote el cuello. Jo, yo quiero estar en la Bretaña ésa.