viernes, 18 de mayo de 2007

ÁNGELA MOLINA, MUCHO MÁS QUE UNA BENDICIÓN


He leído que Ángela Molina protagonizará la primera película de Antonia San Juan como directora: espero que Antonia tenga suerte y espante de una vez el maleficio de la ceremonia goya. Pero de quien quiero hablar es de Ángela. Cuando hace dos años acudí a verla al Coliseum con la obra "El graduado" -en la que actuaba con su hija Olivia- en realidad lo que hice fue celebrar una liturgia, ya que el montaje me importaba más bien poco. Tenía además muy reciente una película maravillosa que hizo Ángela en Grecia, "El verano de Anna", creo que se llamaba.

Me revientan los aguafiestas que dicen que Ángela Molina no actúa bien, que ni siquiera domina la dicción. Deberían ya saber que ella nunca ha sido actriz, sino algo mucho más importante. Representando desde jovencita a la Mujer como germen de la Vida, que atrae al hombre a la pasión y entrega total y a la locura -en muchas películas, me vienen ahora "Lola" y sobre todo "La Sabina"-, ella ha sido emblema también, de alguna manera, de Muerte -que no se entienda mal lo que digo, sería como la consecuencia inherente a dejarse atrapar en su celada, y a lo que queda tras la rendición absoluta hacia ella y con ella, transida de amor por ejemplo con Moustaki "es como un salto en el vacío, entre tus ojos y los míos"-. Y de Religión, porque todo en Ángela ha sido siempre trascendente, y así no nos ha extrañado cuando la hemos oído hablar de si Buñuel creía o no en Dios, ella diosa profana, emanación del mito primigenio que ha dado siempre sentido a todo lo que nos rodea.
Una mirada de Ángela a la cámara, con sus ojos acuosos, siempre es CINE, qué sortilegio poseerá esta criatura para enraizar con la tierra y con el fuego, para condensar lo esencial a través de su hermosura delicada.
Y recuerdo que cuando la vi en el escenario del Coliseum jugando a la femme fatale madura y ofreciendo la cremallera de su espalda al chico para que descubriera sus misterios -mientras sonaba de fondo el "Hello darkness my old friend..."-, me emocioné mucho al pensar que ella era como una de esas flores que lucen tan bonitas antes de marchitarse casi por entero, y que ese día teníamos todos el raro privilegio de contemplar ese fulgor desde la primera fila.
Y fue como si Ángela me hubiera soplado al oído: "Aquí me tienes, serena, aceptando el paso de los días y sus consecuencias, ¿no te has dado cuenta de que mi rostro arrugado posee ahora la dignidad que envuelve a las gatas una vez que han parido y se hacen cargo de la camada?, yo os he dado ya todo, no me cabe la ansiedad porque he sido mujer en la vida real y en vuestros sueños, y a pesar de eso espero todavía con ilusión lo que me depara cada día". Ángela bendita, un día querría besar tus pómulos, por debajo de esos ojos acuosos, y enjugarte las lágrimas si aparecieran.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi apoyo también a la Molina. En "Muertos de amor" con Moustaki está perfecta. Acabo de pasar un mes de vacaciones pegado a mi novio y hoy estoy muerto de amor,
que por vivir no sé vivir,
si tú no estás pegado a mí.
¿Qué puedo hacer sin ti?
Es como un salto en el vacío,
entre tus ojos y los míos.
Muerto de amor...
Parece que tenemos canciones en común. un abrazo de nuevo

Justo dijo...

Querido Manuel, tenemos muchas lianas que nos comunican. Y me alegra que Ángela Molina sea una de ellas... qué disco más precioso grabó, no sé por qué no tuvo continuidad, mucha gente lo recuerda con cariño...