Repasando fotos me he dado cuenta de que tengo bastantes imágenes de conciertos vistos en 2011 que no he reseñado: lo que no me extraña, porque ha sido un año de vaguería en lo que respecta al blog.
Se me ha ocurrido iniciar una serie -¿la terminaré? jaja- para homenajear las actuaciones que, con diferencia, prefiero: las de las salas pequeñas, en las que se crea un ambiente familiar y donde se pueden degustar las canciones de maravilla... un ejemplo de ello es el recital que dio Miqui Puig en la veterana Yasta de Madrid, la noche de un viernes de abril 2011... allí llegamos mi novio y yo, enfurruñados, habíamos discutido por algo sin importancia y como el fan era yo él se sentó en una butaca marcando las distancias, como diciéndome: "Sí, sí, escucha a ese decadente, hay que ver a los conciertos rastreros que me traes, con la de cosas que yo podía estar haciendo en este viernes noche".
Llegamos un poco tarde, y me sorprendió ver la poquísima gente que había. Eso sí, lo de quienes estaban era entrega: sobre todo por parte de un admirador entusiasta que no dejó de jalearle enloquecido durante todo el concierto.. que fue pequeño -a pesar del grosor de Miqui-, íntimo, amigable, acogedor. Una sesión acústica en la que no faltaron sus éxitos más reseñables, especialmente los de su delicioso Casualidades (2004) -aunque no estuviera Jeanette para acompañarle- y con algún regalo de la época de Los Sencillos, en concreto el Bonito es.
Se pasó rápido y salimos de nuevo, ya el enfado diluyéndose, a la noche abierta de afuera, con la sensación de haber sido invitados, de puntillas, a la casa de un amigo, que es cantant d´amor desd el 1968, como él mismo se define en su cuenta Twitter..
Se me ha ocurrido iniciar una serie -¿la terminaré? jaja- para homenajear las actuaciones que, con diferencia, prefiero: las de las salas pequeñas, en las que se crea un ambiente familiar y donde se pueden degustar las canciones de maravilla... un ejemplo de ello es el recital que dio Miqui Puig en la veterana Yasta de Madrid, la noche de un viernes de abril 2011... allí llegamos mi novio y yo, enfurruñados, habíamos discutido por algo sin importancia y como el fan era yo él se sentó en una butaca marcando las distancias, como diciéndome: "Sí, sí, escucha a ese decadente, hay que ver a los conciertos rastreros que me traes, con la de cosas que yo podía estar haciendo en este viernes noche".
Llegamos un poco tarde, y me sorprendió ver la poquísima gente que había. Eso sí, lo de quienes estaban era entrega: sobre todo por parte de un admirador entusiasta que no dejó de jalearle enloquecido durante todo el concierto.. que fue pequeño -a pesar del grosor de Miqui-, íntimo, amigable, acogedor. Una sesión acústica en la que no faltaron sus éxitos más reseñables, especialmente los de su delicioso Casualidades (2004) -aunque no estuviera Jeanette para acompañarle- y con algún regalo de la época de Los Sencillos, en concreto el Bonito es.
Se pasó rápido y salimos de nuevo, ya el enfado diluyéndose, a la noche abierta de afuera, con la sensación de haber sido invitados, de puntillas, a la casa de un amigo, que es cantant d´amor desd el 1968, como él mismo se define en su cuenta Twitter..
4 comentarios:
Hay que quererte mucho para perdonarte lo de Miqui Puig.
Espero que no lo olvides nunca.
Un abrazo
¡Sí, mucho! Jaja. Tengo suerte.
Un abrazo de vuelta
creo que le cogí manía desde aquel programa de tv.
enfadado, mejor Javier Alvarez.
un abrazo.
El programa no estaba a su altura... y él acabó empequeñeciéndose con el mismo.
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