¡Y los mortales! Dime por qué. Dime... por qué.
¿Por qué me culpan de todos sus defectos?
Usan mi nombre como si me pasase el día entero vigilándolos, obligándoles a cometer actos que, de otro modo, les parecerían repugnantes.
"El diablo me obligó". Nunca he obligado a nadie a hacer nada. Jamás. Viven sus propias vidas insignificantes, no las vivo yo por ellos.
Luego mueren, vienen aquí (habiendo pecado contra lo que creían que estaba bien) y esperan que hagamos realidad su deseo de dolor y castigo.
Yo no les obligo a venir aquí.
Dicen que voy por ahí comprando almas, como una verdulera el día de mercado, sin pararme a preguntarles por qué.
No necesito almas.
Además, ¿cómo se puede poseer un alma?
Sí, me rebelé. Fue hace mucho tiempo. ¿Hasta cuándo tengo que seguir pagando por aquello?
Se terminó.
He echado a todos los habitantes del Infierno.
Me da igual adónde vayan. Al Cielo, a la Tierra, al Limbo, a los Reinos Lejanos. Quién sabe.
Pero aquí no volverán.
El Infierno ha cerrado.
gnífica obra de Neil Gaiman, el cómic más celebrado de las últimas décadas-, Lucifer renuncia a su reino y exp En la serie Estación de nieblas perteneciente a The Sandman, la magnífica obra de Neil Gaiman, el cómic más celebrado de las últimas décadas-, Lucifer renuncia a su reino y expulsa a todos los demonios y almas en pena del Infierno. Por hastío sobre todo, y es que Satán considera que si cada cosa tiene su fin por qué había de ser una excepción su imperio, y si este no ha de finalizar por lo menos que haya un relevo a su frente: cosa tiene su fin por qué había de ser una excepción su imperio, y si este no ha de finalizar por lo menos que haya un relevo a su frente: Todas esas impresionantes revelaciones las hace Lucifer a Sandman, es decir, a Morfeo, al Sueño, a quien entrega las llaves del averno, unas llaves que luego estarán muy solicitadas, ya que Sandman renuncia a hacerse cargo de tan inquietante legado.
Pero analizad el alcance de sus palabras, porque creo que el Ángel Caído lleva toda la razón del mundo: si creemos en la reinserción, en el arrepentimiento, en el cambio y evolución, por qué ha de estar él condenado a esa inmovilidad eterna, al chapoteo en ese charco sucio y abstracto, agotador?
ulsa a todos los demonios y almas en pena del Infierno. Por hastío sobre todo, y es que Satán considera que si cadLE LLAMABAN LA RAPETTE
A mí no me cabe duda de que si el Diablo en algún momento se fue a otro sitio, debe andar desde hace algunos siglos por Europa, el continente más refinado en cuanto a maldades se refiere -eso suponiendo que no hubiera podido renunciar a sus características supuestamente intrínsecas, que yo le deseo la redención, lo mismo se transformó en una especie de Sor Sourire guitarra al ristre-. ¿Dónde sino en Europa podría haber pergeñado sus universos el Marqués de Sade? ¿Dónde inspirarse Lars Von Trier para rodar la película del mismo título?
Y eso me trae a la cabeza que hay un relato corto de Guy de Maupassant -sí, dentro de Europa, Francia me parece la más perversa- que se llamaba así, Le diable, y del cual hizo una adaptación alucinante José Antonio Páramo para la serie de TVE de los años 70 El quinto jinete. En ella vemos cómo un hombre, por motivos que tienen que ver con la avaricia, encomienda el cuidado de su moribunda anciana madre a una desaprensiva llamada Rapette, que la someterá a todo tipo de perrerías... El papel de la anciana era interpretado por Aurora Redondo y el de la señora a su cargo por Charo Soriano.. ambas extraordinarias. (Hace unos meses tuve el gusto de charlar un momento con la Soriano en el Teatro Español, le recordé este papel y se alegró sobremanera, me dijo que la interpretación caló tanto que en una época le llamaban ¡la Rapette!).
Para Maupassant el horror estaba siempre dentro de nosotros, no necesitaba recursos externos ni efectos especiales teniendo a mano un catálogo tan amplio de mezquindades como el que ofrece el ser humano.
(CONTINUARÁ)