El viaje del fin de semana a Albacete ha sido provechoso, entre otras cosas porque ha aparecido de no se sabe dónde el primer volumen de la colección Noveno arte -editorial Pala, San Sebastián-, que coleccioné de pequeño y que hacía tiempo había dado por perdido. Imagino que a día de hoy esta edición, tan cuidada, es un clásico buscadísimo por los expertos, pero por mucho que se cotice no lo pienso vender.
Drago es un héroe de la Pampa, guapísimo y caballeroso -como mandan los cánones-, astuto para detectar el peligro y solucionar peligrosos embrollos -con su fiel Tabasco, que es un poco Sancho Panza-, aunque más bien ingenuo y torpón en cuestiones del corazón. Su padre, un acaudalado terrateniente, anda metido en asuntos turbios con pérfidas rubias y desalmados nazis... y Drago, que añora y se asemeja a su fallecida madre, no va a tener más remedio que darle la espalda para poder obrar conforme le dicta su recta conciencia..
Burne Hogarth (1911-Chicago / 1996-París)fue conocido sobre todo por su trabajo en las tiras de Tarzán, en las que sustituyó a Harold Foster.
Por desgracia, Drago tuvo una vida muy breve, ya que sólo se publicó en suplementos dominicales de 1945 y 1946.
No cabe duda de que Hogarth fue un dibujante extraordinario, meticuloso, y muy sensual... el gaucho recuerda a Tarzán, por lo menos en su sofisticada musculatura... en cuanto a la galería de féminas, recordamos inevitablemente al maestro Raymond, y también, por qué no, al universo de Hitchcock, que entonces estaba en todo lo suyo.
Eso sí, no hay tregua en la acción... el ritmo es cardiaco... ¡qué alegría me ha dado reencontrarme con Drago y su singular Pampa!
(La mayoría de las viñetas y la portada del álbum, de la colección mencionada, bajadas del blog Peripecias de Chiquirritipis).