viernes, 30 de octubre de 2009

PEREGRINOS EN BREST



Fui yo quien se empeñó en ir a Brest, aunque quedaba a trasmano y todas las guías decían además que, en Bretaña, era una visita que se podía obviar, porque tras la gran guerra quedó devastada y carente de todo encanto... La partida fue desde Quiberon, al sur de la región, donde coincidimos nuevamente con un guapo ferroviario que deparaba los mejores augurios...



Como quien va a Lourdes o a Santiago o a la Blanca Paloma en misión espiritual, nos encaminamos a la Ciudad Portuaria del legendario Querelle, en un peregrinaje literario del amor a los hombres, para rendir culto a la memoria de San Jean Genet y sus marineros.



"La idea de muerte evoca a menudo la idea del mar, de marinos. (...) A la idea de mar y de muerte se suma naturalmente la idea de amor o de voluptuosidad -más bien, de amor contra natura."











"Brest es una ciudad dura, sólida, construida con granito gris de Bretaña. Su dureza ancla el puerto, ofrece a los marineros el sentimiento de seguridad, es punto de apoyo donde coger impulso, con ella descansan de la ola perpetua del mar".







Fuimos a propósito en fin de semana buscando animación... sin caer en la cuenta de que Francia también celebra su puente de agosto, si es posible con más ahínco aún que en España; así, parecía que hubiera caído en Brest una de esas bombas que dicen que no destrozan las ciudades, pero sí eliminan a las personas... era difícil encontrar un atisbo de vida en esa villa pétrea, soviética, adusta. Descubrimos que hasta la bella catedral había cerrado sabiamente sus puertas.







Y al mismo tiempo una villa excitante, evasiva. Inexpugnable como un retrato en abstracción geométrica. Militar. El lunes volvió por fin la vida y las lineales avenidas se poblaron de marineros de permiso o de servicio y de muchachitas rampantes, de gente que entraba y salía de los comercios, absolutamente ajena a la posibilidad de que estuvieran componiendo una estampa exótica para peregrinos espirituales...













Hasta visitamos a nuestros Hermanos Tiburones del acuario... pero me quedé con la sensación de que la ciudad sólo quedaba entrevista, permaneciendo su misterio en la bruma...

PARIS-BREST SEGÚN TANGUY VIEL

Il paraît, après la guerre, tandis que Brest était en ruines, qu´un architecte audacieux proposa, tant qu´à reconstruire, que tous les habitants puissent voir la mer: on aurait construit la ville en hémicycle, augmenté la hauteur des immeubles, avancé la ville au rebord de ses plages.

Si veía una novela que se llamara Paris-Brest estaba claro que la iba a comprar. Y eso es lo que hice. El autor es una joven promesa, Tanguy Viel -que en España ha publicado La absoluta perfección del crimen- y la editorial la selecta Éditions de Minuit. Una historia sencilla sólo en apariencia, un retrato de familia con crimen moral al fondo, donde un chico sensible traiciona a la única persona de su entorno que le podía suscitar verdadera confianza: su indefensa abuela.

lunes, 26 de octubre de 2009

EL EVANGELIO HOMOSEXUAL SEGÚN POMBO



(...)

Cuando llegó la primavera (april is the cruelest month), Carlos Mansilla perdió un buen día pie: aquella tarde de sábado habían salido Carlos y Salazar a dar una vuelta por los acantilados (un paseo común que los novicios solían dar entre cuatro y seis de la tarde). Desde el paseo se podía bajar a las playas rocosas sin gran dificultad. En estas playas había un buen número de cuevas. Aquel día bajaron los dos, Carlitos y Salazar, a la playa por una senda de quebrantas embarradas, que se resbalaban. Las margaritas lucían su rostro amarillo, enmarcadas en su diminuto alzacuellos blanco. Y las amarillas flores de grillos y las moradas florecillas sin nombre, y el aire sin nombre, circundaban a Carlitos Mansilla como púas, como anzuelos, como garras, como zarzas, como cepos, como incisivos dientes del rosal de la Virgen María. Aquella tarde no había bajado con ellos al paseo Paco Allende porque se había quedado a repasar su traducción de La guerra de las Galias para la clase de latín del siguiente lunes, así que, por desgracia, bajaron los dos juntos, solos, Carlitos y Salazar. Era una tarde de marea baja, y el mar, que estaba lejos, había dejado húmeda la arena y tranquilas las cuevas verdeoscuras que en el aire de abril resplandecían, interiores, tras haber sido submarinas, aéreas, atravesadas por el aire fresco del mar con gritos de gaviotas, tras haber sido súcubas, bajo el peso del agua semoviente como un animal extensísimo, sin alma y sin forma, que cancela todos los circuitos del mundo inteligible, hasta volvernos a todos ondulantes, mutantes, como el cielo oleaginoso de los deseos al atardecer, del amor al atardecer, el inmanente amor sin salida: pero ahora, que eran transitables, eran húmedos lugares exaltados, oscuras cavernas del sentido, analogías rutilantes y confusas de los versos de San Juan de la Cruz y sobre todo del alma exaltada y acongojada de Carlitos Mansilla.

-Vamos a subirnos ya, que hace aquí frío -declaró Salazar nada más poner el pie en la playita de bajamar.

-A veces se puede querer a una persona tanto, que se te seca la boca al hablar. Vas a hablar y se te ha secado el paladar, y con la boca seca no se puede hablar, eso pasa, de puro a una persona que la quieres.

-No te enrolles, Charles Boyer -gruñó Salazar.

-Siéntate aquí un momento que te tengo que decir una cosa un minuto.

-¿Qué me tienes que decir? Dímelo mientras subimos. -E hizo ademán de empezar a subir.

Y dijo Mansilla:
-Te quiero. Sólo te quiero a ti y no quiero a nadie más. Sólo pienso en ti. En ti pienso todo el día y también por la noche, día y noche. ¿A que no te has dado cuenta?

-No. No me he dado cuenta. Y menos mal que no. Si me llego a dar, te doy un puñetazo que te rompo los dientes. ¿Qué es eso de que me quieres, qué tonterías son esas?

Era tan ácida y tan baja la voz de Salazar, que Carlos Mansilla sintió un sudor frío, un goterón de sudor espalda abajo. Como un animalillo, una gusana blanca. Y entonces dijo:
-Si no quieres, no te digo nada. Pero no puedo sin decírtelo vivir. No puedo. Te veo en clase o en el patio o jugando al fútbol, o te veo en la capilla de perfil, te veo comulgando, y cierro los ojos y te veo en pijama, en el dormitorio.

-Eres un guarro tú, eso es lo que eres. ¡Que me ves en pijama, tú! ¿Cuándo me has visto en pijama? Eres un maricón y un anormal, tú estás enfermo. Si piensas eso, estás enfermo.

Y Carlos Mansilla se había quedado quieto, contemplando a su amado, que quedaba un poco más alto que él, sobre una roca no muy alta.

-No me hables así. El quererte no se puede remediar. Yo no lo puedo remediar. No es nada malo.

-¿Que no es nada malo? Es pecado mortal para empezar, pero sobre todo estás enfermo. Eres repugnante. O sea, ¿que eso son la mierda de poesías que recitabas? ¡A ti hay que darte una paliza, chico, raquítico, miserable...!

Salazar giró en redondo. Empezó a subir la cuesta arriba, y Carlos Mansilla le siguió detrás y se le echó encima y cayeron los dos a un lado, en la hierba. Y Carlos Mansilla le abrazaba y le decía: Abrázame mi amor, y: Abrázame, mi vida. Quiéreme, por favor, abrázame. Y llegó a besarle en los labios, un beso pegajoso, lacrimoso, de niño. Salazar logró zafarse y se puso en pie y emprendió el camino senda arriba a buen paso, y se volvió y gritó: ¡Esto lo vas a pagar caro, maricón, muy caro!


(...) CONTRA NATURA / ÁLVARO POMBO


Javier Salazar -el mal homosexual, maduro y desabrido triunfador, vacunado contra los afectos y contra el compromiso- conoce en el Parque del Oeste madrileño a Ramón Durán, un lolito ingenuo que trabaja de camarero y se encuentra, como se decía antes, en busca de protección. A partir de ahí se ponen en marcha una serie de resortes impredecibles que implicarán también a un antiguo compañero de seminario de Salazar y al primer amor de Ramón, un mediocre entrenador deportivo en crisis de identidad sexual.

Álvaro Pombo (Santander, 1939), vecino ilustre del barrio madrileño de Argüelles, es un escritor cautivador, prodigioso, inabarcable. Sus obras son sencillas en su enorme complejidad, porque son accesibles y dicharacheras a pesar del caudal de su prosa exuberante, del calado de sus referencias filosóficas, éticas, morales, poéticas, que siempre impregnan sus textos.
Este escritor juguetón y prolífico es militante rilkeano, y emparenta con Henry James en su sobresalto ante la trampa a que son sometidas las personas puras de alma por otras que poseen una información mucho más contrastada. Lleva años teorizando y novelando sobre el buen homosexual, ideado a partir de su concepción cristiana de la vida, a pesar de que no se cansa de criticar la praxis de las iglesias, de las que él se siente muy alejado.
En la época de la dictadura fue enchironado en la comisaría de la calle Luna por reconocer ante un policía camuflado -en la Plaza de España- que era maricón, en un amago fallido de ligue. El episodio fue breve, pero lo suficientemente significativo como para que perdiera su empleo de docente. Después llegó el autoexilio londinense, y la vuelta al alegre Madrid de la Movida, donde publicó en Anagrama su excéntrico y sorprendente debut, El héroe de las mansardas de Mansard -1983-, primer eslabón de una carrera a partir de entonces imparable.



Le sigo con devoción -así, si me entero de que va a un acto allí que voy, por lo que ya tengo libros firmados, fotos, de todo; gracias a él visioné Brokeback Mountain, que no pensaba ver por prejuicios anti-óscars, y luego es una de las películas que más me han gustado.. él la presentó en un cine fórum-. Aunque aún me falta alguna novela suya por leer -las de Planeta, fundamentalmente- si tuviera que destacar títulos optaría por El metro de platino iridiado (1990) y la increíble La cuadratura del círculo (1999), su coqueteo iconoclasta con el género de novela histórica.

Y, sin duda, Contra natura (2005), en cuya lectura estoy enfrascado ahora, y que me tiene embebido y emocionado, de la que podría haber entresacado en realidad cualquier extracto... Es esta novela, que se publicó el año en que se aprobaron en España los matrimonios entre personas del mismo sexo, un retrato acerado de los homosexuales de dos generaciones en España, quizá el más prolijo y desprejuiciado que se ha novelado en estas décadas, no apto para reduccionistas del nuevo catecismo gay, que suelen atacar al escritor por no ceñirse al corsé de sus preceptos partidistas. En su novela hay homosexuales buenos, malos y regulares, en función de los actos que desempeñen una vez iluminada la conciencia; de la relación que establezcan con los demás, de la capacidad de empatía, de la compasión que profesen, de la energía positiva o negativa que desparramen.


¡Qué pedazo de escritor que tenemos, Álvaro Pombo!

((El cuadro de apertura es Der Wanderer über dem Nebelmeer -1818-, del romántico Caspar David Friedrich.¡Ah! Y luego tenemos a Pombo saliendo, o mejor metiéndose de nuevo, en el armario, que es lo que dijo, irónicamente, hace poco, que teníamos que hacer todos los gays de nuevo, meternos en el armario como señal de protesta... Pero se lió la marimorena, claro, porque parece ser que la lectura entre líneas, el doble sentido, la sutileza, es algo que no se estila o no se entiende ya entre quienes ocupan la primera plana del escaparate político y social. Y la última foto, en el jardín de su casa, es de Antonio Heredia)).

viernes, 23 de octubre de 2009

ROXY MUSIC SOBRE TI



Del mítico Flesh + Blood, el mejor LP de Roxy Music, el que se adelantó a todas las épocas.. Korador presenta en Operación Rescate la canción más elegante del mundo, la que abría la cara B... con un final, ¡¡qué final, madre mía!!



OVER YOU / ROXY MUSIC

Oh baby this is nowhere
Wish I was somewhere - over you.
Your sweet lips tell me
there's no chance
No more romance - over you.

Oh baby
how can I go on.
Crying so long - over you.
Where strangers look for new love
I'm so lost in love - over you.



Some day
yes
it might come
babe

When I'll be babe - over you.
And always up to that moment
I will try to say I'm over you.

miércoles, 21 de octubre de 2009

STÉPHANE RIDEAU, SIN MÁS





Como esos grupos o solistas que luchan toda su carrera por ir más allá de la canción que les consagró, Stéphane Rideau tuvo la fortuna, pero también la mala suerte, de dar nada más empezar con un papel como el de Los juncos salvajes, a su medida física y espiritual. Él sin embargo ha seguido, y muy bien, a fe de las -pocas- películas suyas que han llegado por aquí desde entonces, entre ellas Presque rien -título gay emblemático que no he visto todavía, que en España se estrenó como Primer verano-; repitiendo con André Téchiné en la bella y contenida Loin o más de una vez a las órdenes de Gaël Morel, su compañero en Los juncos....





Fue precisamente Téchiné quien descubrió a este chico prodigioso cuando con sólo dieciséis estaba sin hacer y fundamentalmente se dedicaba al rugby en Agen, una pequeña ciudad francesa. Sabemos de él ahora que cuenta con 33 -la juventud más plena-, que vive con su compañera y con su hija y que son cientos los fans que siguen suspirando por sus huesos, a tenor de lo que se observa en la red. Gracias a las páginas en su honor -sobre todo stephanerideau.unblog.fr- he podido recopilar esta suculenta galería de imágenes, pues ya en el 94 lo fiché para mi santoral, y eso conlleva renovación de vela a perpetuidad.








FILMOGRAFÍA
2008 Un barrage contre le Pacifique Rithy Panh
2006 En roue libre Frédéric Graziani
2004 Le clan Gaël Morel
2004 Dernière cigarette (court métrage) Thierry Falivene
2003 Ricchezza Nazionale (les pigmées...) Radu Mihaileanu
2003 Le cadeau d'Elena Frédéric Graziani
2002 La merveilleuse odysée de l'idiot toboggan Vincent Ravalec
2001 Le ventre de Juliette Martin Provost
2001 Loin André Téchiné
2000 Presque rien Sébastien Lifshitz
2000 Lokarri Jean-Pierre Grasset
1999 Les passagers Jean-Claude Guiguet
1998 Beaucoup trop loin (court métrage) Olivier Jahan
1998 Sitcom François Ozon
1996 Ça ne se refuse pas Eric Woreth
1996 Mauvais genre Laurent Bénégui
1996 À toute vitesse Gaël Morel
1995 Revivre Jean-Luc Raynaud
1995 Never Twice Vincent Ravalec
1995 La vie à rebours (court métrage) Gaël Morel
1994 Le Banquet (court métrage) Christelle Milhavet
1994 Les roseaux sauvages André Téchiné

lunes, 19 de octubre de 2009

BIMBA SE LO MONTA



Me encanta. Bimba Bosé desacomplejada, androide de una especie andrógina que regresa, futurible, musa davidelfina, de profesión sus modernidades, con grupo propio y subida al carrusel con todas las consecuencias. Mitad Jane Birkin, mitad Estefanía de Mónaco. Yo no me puedo resistir, qué va a ser de ti, qué va a ser de mí.




CADÁVER EXQUISITO / THE CABRIOLETS


((La foto de apertura es de Jaume de la Iguana. Las otras dos forman parte de la campaña 2008 de prevención del cáncer de mama, desconozco su autoría)).

jueves, 15 de octubre de 2009

ROBERT MITCHUM, MOLDE DE ANTIHÉROE



Se diría que él fue, antes que James Dean, el primer rebelde sin causa. Aunque de tan escéptico podríamos dudar que Robert Mitchum fuera siquiera rebelde, no desde luego conscientemente, este super fornido cuya imagen pública combinó lo férreo de su físico con una personalidad desviada, con componentes de desidia o por lo menos de desazón moral, en sintonía con su época, como un personaje de Camus al que le hubiera dado por cultivar la fortaleza y tonicidad muscular. Amante de arrebato imaginario, rufián poco deseado como yerno, con el no future implícito en sus ademanes y gestos, mucho antes de que se supiera que eso se convertiría en lema.

Y es que hasta para ser un beefcake hay que tener clase, y contemplando la deliciosa foto de apertura queda claro que él no era un cualquiera, ya que quién puede a un tiempo lucir ese porte y ese rostro del que está tan de vuelta que lo mismo podría darse un paseo por la Luna que darnos un beso de tornillo, degollarnos sin piedad, sumergir su cabeza y la nuestra en un pozo séptico o rescatar a una ancianita arriesgando su vida propia. Y esa forma de empuñar el revólver, que no es decidida, sino indolente, puedo pero no sé si quiero, o en realidad qué más da, si todo ya da igual. Y, claro, aunque en su puerto buscáramos refugio ya sabíamos que no lo íbamos a encontrar, o que tendría su contrapartida en desasosiego o infelicidad...


Parece que lo estuviera viendo de pequeño: golfillo por las calles de su Bridgeport natal, émulo de Huck Finn en Connecticut, absentista escolar de pitillo en la boca, seductor prematuro y aprendiz de mecánico, aceptando la falta de atención familiar sin rechistar, sin quejarse jamás y sacando provecho de las oportunidades a su alcance, rebañando de su plato robado con la sabiduría de un gato de tejado, pero que por eso mismo permanece siempre alerta, sabiendo que el peligro no le va a dejar nunca de pisar los talones.

Quizá sea preferible así. Ese bienestar carcomido que Mitchum nos ofrecía, y que no tenía trampa ni cartón, impreso ya todo en cada línea de su rostro, en la comisura de sus labios su faceta temible y la sarcástica, así como la piedad que en el fondo sentía hacia él y hacia todos nosotros. Adorable, mítico grandote de la pantalla que nos enamoró e inoculó de escepticismo.

(Robert Mitchum -1917, 1997- es ya un actor legendario. De su prolífica carrera se suele destacar especialmente The night of the hunter -Charles Laughton, 1955-. Yo me quedo con Angel face -Otto Preminger, 1952-.)

martes, 13 de octubre de 2009

MIEDO A FRANCE TELECOM



Para los meses que residí en Francia me suscribí a una oferta de canales de TV y, lo que más me interesaba, internet ADSL y sobre todo llamadas ilimitadas a España desde teléfono fijo por una cuota de unos 40 euros al mes, en lo que me pareció una oferta interesante. La compañía era la líder allí, Orange, que desde hace un tiempo ha pasado a manos de France Telecom, que viene a equivaler a nuestra bendita Telefónica, es decir, la compañía pública de comunicaciones una vez privatizada.

Pasado un tiempo, descubrí que por parte de ellos no se estaban cumpliendo las condiciones contractuales, ya que me cobraban todas las llamadas a España al margen de la cuota fija de los 40 euros. Desde un principio, el proceso de reclamación fue kafkiano: en la boutique donde tan amablemente me trataron cuando era un incauto a cazar se lavaban las manos, por lo que no me quedaba otra opción que llamar una y otra vez a la compañía, con los resultados que ya os podéis imaginar: comunicaciones de repente interrumpidas, detalladas explicaciones de todo el proceso por mi parte -con la dificultad añadida de tener que hablar y entender en una lengua que no es la mía, hasta que tuve que pedir ayuda, porque me desesperaba-.
Finalmente, conseguí un vago compromiso de que se me reembolsarían las cantidades, eso sí, pasado un tiempo que establecía, no sé en base a qué criterios, Orange.


Durante varios meses me desentendí de las facturas, al ver que efectivamente me devolvieron el dinero. Pero antes de regresar a España me percaté de que había vuelto a suceder lo mismo. El segundo proceso de reclamación fue tan lamentable que creo me llegó a afectar psicológicamente, al ver que tenía que volver a explicar todo desde el principio, que mi palabra era puesta continuamente en cuestión, eso sí, de esa manera tan amable e impersonal que se gastan las personas entrenadas para ejercer esta sofisticada tortura. Tanto fue así que llegué prácticamente a desistir, delegando esta misión en mi pareja y regresando a España sin tener resuelto este asunto, que aún colea.

Al final ya me daba igual el dinero y lo único que deseaba era despertarme de esa pesadilla, no tener que volver nunca a hablar con nadie de France Telecom ni de Orange, que me eliminaran de los ficheros, porque llegué hasta a tener miedo de que falsearan la realidad y me presentaran como moroso o cualquier otra tropelía.

Si por esta peripecia que en realidad es nimia he llegado a estar tan afectado -por los mecanismos tan sutiles que maneja esta gente y que te hacen sentir totalmente indefenso, negado y atropellado como consumidor-, no quiero ni imaginar lo que han tenido que padecer los 24 trabajadores de esa empresa que durante estos meses, en Francia, se han quitado la vida. El último episodio se ha dado la pasada semana cuando un trabajador acudió a su puesto fusil en mano, dispuesto a descerrajar a su superior.

¿Qué no habrán tenido que aguantar estas personas para que suceda algo así, para que opten por esa salida sin retorno, sin plantearse siquiera la posibilidad de dejar la empresa sin más?

¿Por qué estas compañías tienen un poder ilimitado y se sienten a sus anchas para instaurar una política de terror?

¿Cómo el director general de esa empresa pudo tener la desvergüenza de hablar de la moda de los suicidios y nadie le partió la cara por la calle?

¿Era éste el paraíso que nos esperaba tras la privatización de los servicios públicos?

No hay respuestas para todo eso. Aunque si contempláis los rostros de los dos principales responsables de esa empresa monstruosa, uno de ellos ya dimitido -pero con más de 20 muertos a sus espaldas, que no se nos olvide- estaremos algo más cerca de hallar la solución a estas preguntas. Unos rostros que prefiero no calificar porque creo que no encontraría palabras en el vocabulario del horror.

(La estupenda foto de apertura,con trabajadores concentrados tras la muerte de un compañero, es de la agencia AFP).

viernes, 9 de octubre de 2009

JIM JARMUSCH SIEMPRE FUE DE MALASAÑA




Cuando me dijeron -un buen amigo de esta página- que Jim Jarmusch estaba cenando en el restaurante mexicano que hay abajo de mi casa no lo podía creer. Pero sí, era cierto; el director de Night on earth o The year of the horse estaba rodando en Madrid la película que estos días se ha estrenado en España, The limits of control, localizada en Sevilla, provincia de Almería y Madrid -Reina Sofía, Avenida de América y el territorio limítrofe entre Malasaña y Chueca, la plaza de San Ildefonso, ¡mi favorita en la ciudad!, esa plaza inacabada, cutrona, acogedora.-

La película me resulta fascinante, a pesar de estar casi despojada de argumento. ¿Y quién lo necesita cuando se puede intrigar y seducir a cada instante? En ella Jarmusch elimina todo lo superfluo y se queda en lo esencial, los códigos, lo subliminal, el puro lenguaje del cine.

A una especie de místico sicario que toma los cafés de dos en dos y en tazas separadas le encargan una enigmática misión que se dispone a acometer con esmero. En su camino, una serie de rituales y personajes estrambóticos -entre ellos una más que sexy compañera de habitación- que le irán pistando para que todo llegue a buen puerto... o no.

Una lección de elegancia, de estilo, de clase, de este personal cineasta que, cómo no se nos había ocurrido antes, parece haber nacido en la misma Malasaña, que se revela ahora como su verdadero territorio referencial, su cuna filosófica -en la película se repite un verso flamenco en torno a los cadáveres de grandes hombres de los que están los cementerios llenos, como el barrio de Malasaña empeñado en vivir de otra manera y rechazando el opulento lifestyle que empieza en la Castellana, o como el propio Jarmusch, a salvo de la megalomanía, como demuestra en este esbozo de film que es mil veces más auténtico que otros tan recargados y pagados de sí mismos-.

((Para los amigos de otros países o del nuestro que no conozcan Madrid, Malasaña es un barrio madrileño emblemático de encuentro, un reducto de alternativas y de vivencias compartidas)).

Y a no olvidar el desfile de entrañables actrices y actores que aparecen aquí, aparte del espléndido protagonista Isaach de Bankolé: Bill Murray, Gael García Bernal, Óscar Jaenada, Luis Tosar, Paz de la Huerta, el gran John Hurt y más. ¡Ah! Y una increíble Tilda Swinton, taconeando por San Ildefonso, ¡está de antología!



THE LIMITS OF CONTROL / JIM JARMUSCH (TRÁILER)


Película vista en cines Renoir Princesa, Madrid