sábado, 26 de abril de 2008

INTERLUDIO DE DESEO


El año en que me vine a Madrid a estudiar salió el primer número de una revista ecléctica y aparatosa en sus dimensiones -La Luna- que se preguntaba, en su primera portada: Madrid 1984: ¿la posmodernidad?. En la Facultad circuló mucho, y llamaba la atención el hecho de que la ciudad había pasado de repente de ser cutre y antigua a posmoderna, sin ningún tipo de transición ni parada en la modernidad propiamente dicha.
Es como si se hubiera puesto de jarras, en un plante zarzuelero y más chula que un ocho, diciendo: ¡hasta aquí hemos llegado!


Claro que eso era en la Facultad, en el colegio mayor donde residí el primer año esos efluvios de libertad y de sana mezcla no se percibían, el ambiente era muy retrógrado y yo tuve claro desde el principio -o más bien fueron ellos los que lo tuvieron claro- dónde estaba mi sitio: con mis hermanas, que eran claramente identificables y estudiaban casi todas lo mismo que yo.
El grupito gay -muy reducido- estaba integrado en el colegio, porque alguien tenía que estar proscrito y estaba claro que eso nos tocaba, y así cuando depositábamos la comida en nuestras bandejas o nos retirábamos después a jugar al parchís con la limpiadora, que era un cielo y tomó partido por nosotros, lo hacíamos entre una nube de silbidos y de expresiones de mofa y desprecio, pero siempre con la cabeza bien alta, que si había que llorar había de ser luego en la habitación a solas, escuchando El loco de la colina.
Luego, a lo largo del año, y con el conocimiento -como es lógico- se irían abriendo brechas en esa férrea división.

EL CINE CARRETAS O LA HABITACIÓN DE BARBA AZUL

Yo había llegado a Madrid con un papelito en el bolsillo en el que me alguien me había apuntado la dirección del Ras, porque parecía que todo el frenesí moderno y gay y drogota -iba todo en el mismo lote- se movía en torno a ese pub que no tardaría en conocer y frecuentar -hasta hace poco ha seguido ahí, en la calle Barbieri, aunque en los últimos años ya no tenía nada que ver, la atmósfera que lo hizo célebre era, sin duda, coyuntural-.
Pero el nuevo ambiente que emergía y que nadie sabía qué forma iba a adoptar finalmente convivía en maridaje con el naufragio de la cultura homosexual franquista, la del ligue en la calle y en los retretes y donde se pudiera, y en esa escena lóbrega y de ocultación había todavía un lugar de honor para el cine Carretas.

Mis compas de la hermandad gay del colegio, algo mayores que yo y que adoptaron -casi todos- conmigo un papel protector, me debieron ver muy tiernecito y no quisieron aprovecharse del nuevo small town boy sino cogerle de la mano y darle buenos consejos:
y entre ellos había uno que era como una norma de oro, algo así como la habitación donde las esposas de Barba Azul no podían acceder:
la regla era que yo no debía entrar a ese cine -ni tampoco merodear por el obelisco -un espacio muy popular de ligue radical al aire libre-,
porque lo que allí viera no formaba parte de mi mundo ni lo debía formar, al menos en ese momento, ya que me iba a impresionar negativamente esa forma de relacionarse y a mí me veían muy afectivo y con pájaros en la cabeza, con asideros y referentes de la subcultura gay incipiente, con cientos de discos y películas y libros que me servían de escudo y parapeto ante las agresiones exteriores y que me permitirían integrarme sin problemas en el mundo del Ras, de algunos bares más light que empezaba a haber en Chueca, en la esfera también de los pubs de Malasaña con la gente pasota o contestataria de mi edad, pero sorteando siempre esos últimos reductos franquistas del morbo y del miedo, aunque en realidad estaba todo más entremezclado de lo que a primera vista pudiera parecer, y como en un laberinto de los espejos de la feria las apariencias engañaran y los vericuetos se confundieran.


Pero el caso es que me intrigaba mucho cómo sería franquear aquella puerta por la que, si uno se acercaba, veía pasar a hombres de toda condición desde tempranas horas de la mañana.

Nunca lo hice.

No recuerdo cuándo fue que cerró y se abrió un bingo en su lugar -cuya puerta veo ahora cada día-, y yo seguí los consejos de mis hermanas mayores y adopté otra ruta de entrada sin duda para llegar al mismo sitio, pero de una manera quizá menos abrupta.


Sería por esa época cuando se abrieron en España las primeras salas X y a mí, que en su momento flipé con las ´S´ -sobre todo con Simón Andreu y Patxi Andión, que me turbaban hasta lo indecible-, me llamaron cómo no la atención y recuerdo con nitidez las dos primeras a las que acudí. La number one fue en Barcelona, yo me hallaba allí de paso y para aprovechar las horas que tenía antes de coger un autobús no se me ocurrió otra cosa -en vez de visitar la Sagrada Familia o tantos otros lugares- que meterme en una sala a ver Aerolíneas sexuales, una película jocosa que me impresionó vivamente en un cine que debía estar por las Ramblas, aunque no estoy muy seguro.

Y la segunda fue en Madrid, en el pasaje subterráneo que une la Plaza de los Cubos con Martín de los Heros -donde ahora se hallan los Renoir Princesa y al lado de donde entonces estaba la Voltereta-, en un complejo de dos salas, yo no sé si elegí la A o la B, sí recuerdo que la peli se llamaba Interludio de deseo y que me llamó la atención ese nombre como de película de Bergman o de Antonioni y tal vez por eso me incliné por ella, y lo que más recuerdo es que la taquillera, una señora mayor, me dijo sonriente, como si esa situación fuera lo más natural del mundo:

-"¿Cuál quiere ver, Interludio de deseo?"
-Síii.. respondí por lo bajo y avergonzado metiéndome ya sin más preámbulo en el cine, donde en el pasillo alguien se rozó intencionadamente conmigo, aunque las salas X entonces eran totalmente de luxe y no había jaleo en las butacas, que estaban llenas de ejecutivos encorbatados leyendo el ABC.

((Las imágenes: la emocionante escultura de Rodrigo Rodrigo y Manuel, complemento al cómic Manuel no está solo que se publicó por entregas en La Luna de Madrid.
Dos portadas de esa revista, entre ellas la de su número uno.
El cómic Fatestaynight y la película Elephant.
Una sala X perdida que no sé dónde estará, aparte del cartel de La otra alcoba, con Amparo Muñoz, Patxi Andión y Simón Andreu.
Y una foto de la Plaza de los Cubos madrileña que he conseguido en la página Moviendo cubos, el único blog con ocho esquinas.

¡Ah!, y en la barra de vídeo renovamos con Niños Mutantes y su nueva canción, Te favorece tanto estar callada. Besos, buen fin de semana)).

jueves, 24 de abril de 2008

¡OH CIUDAD NO EN LA TIERRA!


La relación con nuestras ciudades -su descubrimiento, su añoranza, el posible desengaño- puede generar una literatura apasionada que no tiene nada que envidiar a la amorosa propiamente dicha. Es natural, porque son el escenario de nuestras vivencias, las reales y las proyectadas, y en ellas sublimamos sentimientos que pretenden ir más allá de lo humano.
De todo ese género yo me quedo con la popular y nunca suficientemente ensalzada Ciudad del paraíso, del libro Sombra del paraíso de Vicente Aleixandre, para mí el Más Grande de los poetas españoles.


El poema es un prodigio musical de principio a fin, un milagro evocativo que a mí me estremece porque, igual que para Aleixandre, Málaga fue la ciudad de mi infancia y la ciudad del adiós prematuro, porque de ella me despedí a los doce años para volver, después, muy pocas veces. Y en ese tiempo su recuerdo fue creciendo y agigantándose hasta adquirir caracteres de leyenda. Pero no hace falta que haya transcurrido vuestra niñez allí para que gocéis de esta joya literaria y vital que os invito a descubrir ahora o a volver a disfrutar si ya la conocéis.

Me he permitido la licencia de subrayar en negrita las estrofas que me emocionan hasta el llanto, las estrofas mágicas de esta obra de arte que fue, además, escrita en un año tan sombrío como 1939. Pero ¿es posible encontrar un canto de amor más puro que el que Vicente Aleixandre dedicó a la ciudad de Málaga, a la que encumbró para siempre al territorio ensoñado de la mitología?

CIUDAD DEL PARAÍSO

(A mi ciudad de Málaga)

Siempre te ven mis ojos, ciudad de mis días marinos.
Colgada del imponente monte, apenas detenida
en tu vertical caída a las ondas azules,
intermedia en los aires
, como si una mano dichosa
te hubiera retenido, un momento de gloria, antes de hundirte
para siempre en las olas amantes
.

Pero tú duras, nunca desciendes, y el mar suspira
o brama por tí, ciudad de mis días alegres,
ciudad madre y blanquísima donde viví y recuerdo,
angélica ciudad que, más alta que el mar, presides sus espumas
.

Calles apenas, leves, musicales. Jardines
donde flores tropicales elevan sus juveniles palmas gruesas.
Palmas de luz que sobre las cabezas, aladas,
mecen el brillo de la brisa y suspenden
por un instante labios celestiales que cruzan
con destino a las islas remotísimas, mágicas,
que allá en el azul índigo, libertadas, navegan.

Allí también viví, allí, ciudad graciosa, ciudad honda.
Allí, donde los jóvenes resbalan sobre la piedra amable,
y donde las rutilantes paredes besan siempre
a quienes siempre cruzan, hervidores, en brillos.

Allí fui conducido por una mano materna.
Acaso una reja florida una guitarra triste
cantaba la súbita canción suspendida en el tiempo
;
quieta la noche, más quieto el amante,
bajo la luna eterna que instantánea transcurre.

Un soplo de eternidad pudo destruirte,
ciudad prodigiosa,
momento que en la mente de un Dios emergiste
.
Los hombres por un sueño vivieron, no vivieron,
eternamente fúlgidos como un soplo divino.
Jardines, flores. Mar alentando como un brazo que anhela
a la ciudad voladora entre monte y abismo
,
blanca en los aires, con calidad de pájaro suspenso
que nunca arriba. ¡Oh ciudad no en la tierra!

Por aquella mano materna fui llevado ligero
por tus calles ingrávidas. Pie desnudo en el día.
Pie desnudo en la noche. Luna grande. Sol puro.


Allí el cielo eras tú, ciudad que en él morabas.
Ciudad que en él volabas con tus alas abiertas
.

domingo, 20 de abril de 2008

MIS CANCIONES FRANCESAS DE AHORA (I): `Je reviens´de Autour de Lucie


No pude ir a la Noche Francesa del otro día en el Neu Club de Madrid.
Pero, en desagravio, me propongo daros a conocer, en varias entregas, mis canciones francesas favoritas de los últimos años, aunque sobre algunas de ellas ya he hablado aquí antes. Hay donde elegir: mucho y bueno.


JE REVIENS / AUTOUR DE LUCIE: Sencilla y grandiosa
Los Autour de Lucie son algo así como los Esclarecidos españoles, a medio camino entre varios estilos, de imagen chic e intelectual, y un pop-rock elegante e ilustrado.

El grupo pivota en torno a Valérie Leuillot, con Fabrice Dumont, Jean Pierre Ensuque, Sébastien Buffet y Pascal Charpentier.
De su tercer álbum, Faux mouvement, publicado en 2000 -y que conocimos gracias al siglo XXI de Radio 3-, brilló con luz propia esta canción alucinante, Je reviens, que desde entonces no ha hecho sino crecer en la memoria de quienes la conocemos, como también va aumentando sutilmente la intensidad en su escucha, sin alardes, ni de tipo vocal ni de producción, pero de una manera arrebatadora. Podría decirse algo así como que es de una grandiosa y sinfónica sencillez.


Soy optimista y creo que, con el tiempo, se reconocerá Je reviens como lo que es:una de las canciones más bellas que resonaron en el planeta en los albores del siglo XXI.
¿Exagerado? Nooo.. ten paciencia y escucha la canción, la del MP3 que está entera, mientras fumas un cigarro o tomas un té o vas leyendo la letra, y así ya le vas dando entrada, poco a poco, en tu vida.
Después si quieres puedes ver el vídeo de abajo -aunque no es gran cosa, y está cortado ¡al final, en el clímax!. Y luego para rematar contemplas la canción en directo -vídeo 3-. Y me cuentas. Besos.




Je reviens,
Je reviens encore
Tu n'as même pas vu que j'étais partie, alors
Je suis revenue
Comme on rentrerait au port
Fatiguée de passer par-dessus bord
Je reviens
Je reviens et j'ignore
Ce qui nous ramène
Ce qui nous ramène au bord
On a déjà vu la mer rendre certains corps
Qu'on avait dit portés disparus
Qu'on avait dit portés disparus


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Je reviens
Je reviens encore
Tu n'as même pas vu que j'étais partie, alors
Je suis revenue
Comme on rentrerait au port
Fatiguée de passer par-dessus bord
Je reviens
Je reviens et j'ignore
Ce qui nous ramène
Ce qui nous ramène au bord
On a déjà vu la mer rendre certains corps
Qu'on avait dit portés disparus
Qu'on avait dit portés disparus
Je reviens...


EN VIDEOCLIP -falta el final-



EN DIRECTO -y a cachos-

viernes, 18 de abril de 2008

MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE: AL PUEBLO LO QUE ES DEL PUEBLO





No se recordaba tal aluvión de portadas dedicadas a un actor español desde la época de... de nadie, no recuerdo a ninguno, ni siquiera Banderas o Imanol en sus mejores tiempos: todas las revistas se han rendido, las del corazón en conjunto -menos por supuesto el ¡Hola!, porque aunque Duque en la ficción no se sabe que la procedencia de Miguel Ángel Silvestre sea aristocrática-, las de adolescentes en ebullición, hasta las de gimnasia. Y
por supuesto las gay, que huelga decir fueron las pioneras, antes del boom, sobre todo con motivo de la promoción de La distancia, ópera prima de Iñaki Dorronsoro, y mejor trabajo de este joven castellonense hasta la fecha.
Y en lo que respecta a la red, el torso MAS -algunas de sus fotos, como las que ilustran esta página, son ya clásicos hunky- es piropeado ya en distintos idiomas y desde diferentes continentes. Natural.

Y este joven que nos cuentan que ha arrasado en el Festival de Málaga y que hace suspirar ahora a todo el mundo tiene varios puntos muy a su favor. El primero y principal es que sabe posar y mirar a la cámara, que le gusta gustar y se enseña sin complejos, que no se arredra ante falsos pudores: su oficio es narcisista, y él muestra con franqueza lo que tiene y le ha hecho llegar a donde está.
Y en ese sentido contamos con varios testimonios gráficos increíbles: los principales los reportajes de -creo que los firmaba Álvaro Villarrubia- en Shangay, como de ciencia ficción, que nos dejan literalmente noqueados. Y es que es verdad que MAS tiene el mejor cuerpo del cine español, el más contundente con arreglo a los cánones actuales: otra cosa son los gustos de cada cual, yo por ejemplo prefiero los sinuosos vericuetos de Raúl Prieto, pero como decía la canción una rosa es una rosa, y ante Miguel Ángel hay que descubrirse.

Luego, habiendo visto La distancia , confío en que él podrá, si elige los papeles y directores adecuados, llegar a ser un buen actor. De hecho en La distancia está convincente como boxeador -tosco y vulnerable a un tiempo- que enamora al policía Jose Coronado, y por eso eché en falta una nominación como actor revelación en los Goya.










Otra cosa es lo que ha estado haciendo ahora y le ha dado la popularidad.
Yo intenté ver un episodio de la serie en cuestión y fui literalmente incapaz, bueno llegué al final pero casi al borde de un ataque de serbios, como dice una amiga mía: pero qué plomo y qué incapacidad, y qué lamentable que a cualquier cosa le llamen serie y guión y realización. No compensa tragarse semejante bodrio sólo para ver el torso de MAS durante cinco o diez minutos, y me apena ver cómo malgasta su tiempo en estos proyectos que, sí, le han dado una popularidad apabullante, pero que pueden ser perniciosos para su proyecto de ser reconocido como actor.

Porque lo que no procede es, como he leído en algún sitio, que se queje diciendo que él no es un producto, como si la gente lo aclamara por la calle por haber interpretado el Hamlet.
Me gusta que ahora todo el mundo lo conozca, porque su cuerpazo y su bonito rostro deben ser un patrimonio popular y universal y, si han salido del pueblo, a él deben volver. Pero espero y deseo que se apee de la segunda temporada de la seriecita en cuestión -me niego hasta a reproducir su nombre-, y que reemprenda el interesante camino que inició con La distancia, eso sí, sin dejar de hacer sus sesiones de fotos para nuestro deleite. Estaremos esperándole para aplaudirle fuerte.


MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE EN `LA DISTANCIA´

lunes, 14 de abril de 2008

SOY TRINQUERO



Ando entusiasmado porque he descubierto una página en la red, Cómics en extinción -conducida por Anguloagudus-, que para mí es todo un regocijo, tanto si no conozco las historietas de las que se habla -porque son un festín visual y estético- como si son viejas amigas mías.
No soy nada nostálgico y vivo -con fruición- el presente, pero sí soy muy sentimental y fiel a aquello que ha ido conformando mi vida y lo que comparto con los demás -así, por ejemplo disfruto también cantidad con ese tesoro marisolero que tan bien administra Carmen-Cabriola-. Y yo no sería hoy yo -claro que no sé si eso es bueno o malo- si no hubiera sido adicto, desde pequeño, a los tebeos.

La Pequeña Lulú, Periquita, El Jabato, Los Cuatro Fantásticos, Patrulla X, Los Inhumanos, Flash Gordon, El Hombre Enmascarado, Príncipe Valiente -estos tres clásicos en la colección de Buru Lan Héroes del cómic, estupenda pero carísima: valía a 25 pesetas el fascículo cuando mi paga semanal eran 15, y eso que yo no me podía quejar-, Rip Kirby, Tintín, Mortadelo y Filemón -y compañía-, Drago, Mandrake, Thor, Capitán América, Namor,.. Por cierto que me cuenta un amigo muy fan de la Marvel que las ediciones de los años 70 de estos superhéroes están hoy cotizadísimas porque en ese formato pequeñito en volumen pero enorme en cuanto al tamaño de las viñetas sólo salieron en España.
Quizá el único que nunca me gustó fue Astérix, favorito sin embargo de mucha gente. ¿Por qué? Pues no lo sé. Quizá le faltaba...¿sensualidad?.

GACETA JUNIOR Y TRINCA





Gaceta Junior -finales 60- y Trinca -primeros 70-, -cuyos personajes a veces confundo porque el espíritu era el mismo, la segunda más juvenil como se decía entonces y por lo tanto más aperturista- con sus maravillosas galerías de personajes: Dani Futuro, Manos Kelly, Anna Lombard -Lina en su versión original, uno de cuyos álbumes, Les requins du Korador, publicado por entregas en Gaceta Junior, da título a esta página-, Sambhur, El Libro de la Selva, La escuela en la torre de los contrabandistas..





Qué importantes fueron estos dos tebeos, qué necesarios, cuánta libertad se coló por sus rendijas, cuánta aventura y afán de transformación, cuántos talentos se forjaron ahí.
Pero qué más da: ¿quién se acuerda? Nada más que sentimentales empedernidos, no hay ni un reconocimiento, ni una reedición de aquellas viñetas tan importantes en esa época, que rompieron muchos moldes, como lo hizo el detective pop y futurista Peter Petrake, que durante años me ha obsesionado y lo sigue haciendo -perdí el único álbum que tenía de él- y del que es imposible encontrar, hoy, nada -también Miguel Calatayud, su talentoso y rompedor autor, muy criticado en la época por lo audaz de sus trazos- ilustró las colosales doce hazañas de Hércules-.
¡QUE VUELVA PETER PETRAKE!
O aquella psicodélica Alma de Dragón de Esteban Maroto, con sus sugerentes nebulosas y preguntas sin respuesta.

Y después Dossier Negro, Tótem, El Víbora que se mantuvo hasta hace dos días y tantas otras.












-A quién le va a extrañar que mi grupo favorito sea Fangoria, uno de los poquísimos que en España es afín a esta cultura, su mismo nombre tomado de una revista de culto-.
Todos ellos me han hecho soñar anticipando el futuro y obnubilándome en el presente, y me han ayudado a adornar y sortear en su momento las situaciones de peligro. Me han empujado, también, a amar la vida y a recrearme minuciosamente en sus detalles. Y, a la larga, -con la música, la literatura y el cine, tanto o más que ellas- todos esos tebeos son los que me han enseñado a ser valiente, que es lo que siempre he querido ser.

(Las imágenes de portadas de la revista Trinca las he obtenido de la página Cómics en extinción, la del Hombre Enmascarado -o Phantom- de Tebeosfera y la del Tótem con Valentina de la bitácora Crisei).

BRAVO, CAMPEÓN
Sabéis que me gusta que podáis picotear de varias cosas.


Así que a otro tema -aunque guarda relación con el primero-: en la normalmente horripilante lista de discos más vendidos en España elaborada por AFYVE se ha colado en el número 4 nada menos, Iván Ferreiro y su Mentiroso, mentiroso, que ha editado -precisamente- en formato disco cómic.
Y es que Piratas fueron también un grupo que mamó de los tebeos, y de las pelis de Lynch, y.. aunque ni en su momento de máximo apogeo se vieron recompensados por tal honor comercial, qué gusto da comprobar que ahora Iván recoge los frutos de años de esfuerzo y de dignidad en grupo y en solitario, y de ir creando redes y foros de amigos con inquietudes. ¡Y qué bueno que es este disco tan personal y tan intrincado!
Te queremos un montón, Iván.

viernes, 11 de abril de 2008

CON BARRY GIFFORD EN UN PASE PERDIDO DE `LOST HIGHWAY´




La he visto el suficiente número de veces como para afirmar no ya que sea una de mis películas predilectas, sino que es, directamente, la más: he decidido que gane la reñida pugna entablada con otras tres o cuatro.
Por eso el miércoles aparqué obligaciones y me centré en esta devoción. Y es que hubo un pase vespertino de la Carretera Perdida de David Lynch en la Filmoteca -cine Doré- con la presencia del escritor y coguionista del film Barry Gifford, quien fue presentado por Ray Loriga y por el director de la Filmo: ¿cómo podía faltar?


Gifford, autor de novelas como Sailor y Lula -que sirvió de base a la también lynchiana y maravillosa Corazón Salvaje- o Perdita Durango -llevada al cine por Álex de la Iglesia- nos dijo a los allí congregados, de entrada, que no pensaba desentrañar ningún misterio ni clave de la película, que era un pacto con David Lynch -parece que ni siquiera entre ellos hablan de eso-; preguntó quién entre el público no la había visto -muchos-, y se felicitó porque aún interese esta cinta. Habló de las adaptaciones de sus novelas, que le gustan bastante, aunque Perdita Durango película es más de acción de lo que él había concebido y su Wild at heart ideal se hubiera rodado en los años 50 -también Arturo Ripstein parece que ha adaptado o va a adaptar uno de sus libros-.
Loriga, buen amigo suyo y de su escuela, le dedicó todos los piropos posibles, recomendó encarecidamente las últimas novelas del norteamericano -que por cierto chapurrea bien el español- y se hizo un poco el interesante al hacer como que dudaba del nombre que Wild at Heart tuvo en España.

SOBRESALTOS EN LA PROYECCIÓN
Pero, ay. Yo me temía lo que iba a pasar, porque conozco al público filmotequero y la galería indescriptible de variopintos personajes que lo puebla, así como los visitantes ocasionales o fijos que van sin tener ni idea de lo que proyectan, a la manera de los cines de barrio de antes, con eso de que sólo vale dos euros. Y los efluvios de esa parroquia estrafalaria -que a mí por otro lado me seduce y divierte, y que son acordes con el entorno- se palpaban en la sala.

Detrás mía tenía a una pareja mayor un tanto chanante -: ella, para que os hagáis una idea, pregunto nada más comenzar el film, y cómo dices que se llama, carretera quéee, a su marido. Transcurrido un tiempo comenzó a extrañarme que la señora se abstuviera de verbalizar comentario alguno.
Pero sí, finalmente no defraudó a la concurrencia, ya que el crescendo de determinadas escenas desencadenó lo que era casi imposible evitar, hasta que, cuando aparece en pantalla gigante la escena porno con el Heirate mich de Rammstein:
Man sieht ihn um die
Kirche schleichen.
Seit einem Jahr ist er
allein.
Die Trauer nahm ihm alle
Sinne.
Schlaeft jede Nacht bei
ihrem Stein,
se levantó haciendo gala de ello y conminó desde el pasillo a su marido a que la acompañara, porque aquello era una porquería. El hombre se resistió, y de hecho su parienta le esperó fuera, hasta que también él se batió, silenciosamente, en retirada.
Al término de la película los únicos aplausos que resonaron en el Doré fueron los míos. Ni siquiera por cortesía hacia Barry Gifford la peña hizo el esfuerzo -y la mayoría eran muy jóvenes, aquello parecía un casting freak de OT-.

I GOT SOMETHING YOU CAN NEVER REACH
En la banda sonora de Lost Highway -que se disfruta mucho más en pantalla grande- están todos los sobrinos carnales de David Bowie -y él, por supuesto-, algunos de los cuales apenas eran conocidos en ese momento: Marilyn Manson -ese inquietante y demoníaco I got something you can never reach-, Nine Inch Nails, The Smashing Pumpkins, Rammstein,
aparte de Barry Adamson -la música de la fiesta donde aparece el personaje inquietante, que es un poco la traslación de la criatura de El séptimo sello al LA de hoy, es decir, mucho más endiablado- y el glorioso clásico de Antonio Carlos Jobim, Insensatez.



INSENSATEZ / ANTONIO CARLOS JOBIM (Balthazar Getty va cobrando de nuevo vida)


Pero también está Lou Reed, en ese instante maravilloso en que todo se desencadena, cuando Alice-Patricia Arquette aparece por vez primera en el taller de coches, This magic moment. Por cierto, ¡cómo se parece Robert Loggia a Jesús Puente!

THIS MAGIC MOMENT / LOU REED (Aparición diurna en el taller)


Aquí Patricia está muy Faye Dunaway, pero lo cierto es que la escena me recuerda a una de otra gran actriz, Cybill Shepherd, en el clasicazo Taxi Driver. Sí, el momento supremo de They cannot touch her, recitado por un cándido -a pesar de todo- Robert de Niro: "She was wearing a white dress; she appeared like an angel, out of this filthy mess, she is alone: t-h-e-y c-a-n-n-o-t t-o-u-c-h h-e-r".
Las parejas imposibles de estas dos películas se asemejan más de lo que pueda parecer a simple vista.

THEY CANNOT TOUCH HER (Cybill Shepherd en Taxi Driver)


En fin. Que lo mismo el domingo me planto a verla de nuevo, aunque esta vez sin Barry Gifford -y, espero, sin el matrimonio chanante-.

((Y más. Ya sé que prima el minimalismo, pero las entradas me salen así de largas, es como cuando Marisa Paredes en La flor de mi secreto quiere escribir novelas rosa y le salen negras.

VUELVE PLASTIC D´AMOUR
El dúo Plastic D´Amour -muy favoritos de esta casa- vuelve a los escenarios el próximo viernes 18 en la sala Neu -Galileo Galilei- en una noche francesa. Y Alberto Matesanz, uno de sus componentes, estrena página myspace, donde merece la pensa que os perdáis para escuchar sus canciones, bonitas y delicadas, como unaguerra de almohadas contra la pared.

JULEN ARTOLA, FICHADO

Echamos el ojo a él y a sus compañeros, y el tiempo nos dará la razón, ya nos la está dando, porque Julen Artola ha sido fichado por la selección nacional de waterpolo. Mi enhorabuena más cordial a este chico de terciopelo y fuego y al equipo del que soy forofo, el Club Waterpolo Navarra, y que debería plantearse preparar un calendario de los que están tan en boga, para el 2009, claro. Yo me ofrezco gustoso a escribir una loa para cada uno de los meses del año.


SEÑOR CHINARRO, NO TAN DEL MONTÓN

Y en la barra de vídeo conectamos con el Señor Chinarro, y su Del montón: escuchadla si no la conocéis, os gustará. Besos, buen fin de semana)).