jueves, 30 de agosto de 2007

ESTRELLA MORENTE SÓLO LLENÓ MEDIA LUNA


El martes por la noche fui con mi madre y hermana a la Plaza de Toros de Albacity, a la que hacía siglos que no acudía, a presenciar un concierto de Estrella Morente . La última vez que fuimos los tres en comandita a una actuación fue en la Caseta de los Jardinillos, casi al lado de la plaza, donde vimos y escuchamos un recital vibrante de Carlos Cano, aproximadamente un año y medio antes de su muerte: el entrañable artista granaíno siempre fue muy solicitado en la ciudad, por lo menos vino seis o siete veces a la Feria de septiembre, pero mi madre era la primera vez que lo veía, y para nuestra total sorpresa no paró de soltarle, arrebatada, piropos a lo largo de toda la gala, exclamaciones que él escuchaba perfectamente -porque estábamos muy cerca del escenario-, una de los cuales fue el requiebro más bonito que yo nunca haya oído decir, por parte de una admiradora, a un cantante: "¡¡Contigo sale el sol!!".
Así supimos de sopetón que nuestra madre, normalmente reservada en este tipo de cuestiones, no sólo gustaba de la voz de Carlos Cano y de sus cantares, sino de su planta y su actitud entera, y es que ciertamente él lo merecía. Al término del concierto, y aunque el paso al camerino estaba bien resguardado, el propio cantante dio aviso para que nos dejaran pasar, y mi madre tuvo así la ocasión de felicitarle personalmente.

La noche del martes era perfecta para un concierto de las características del que vimos: la luna, totalmente llena; la brisa, suave y acariciadora. Artísticamente, sin embargo, nos dio la impresión de que la luna menguó de llena a media, sugirió pero no colmó expectativas. Es verdad que ninguno de los tres somos verdaderos seguidores de esta artista también granaína, hija de notables cantaor y bailaora, porque no la habíamos oído demasiado, aunque yo tenía una muy buena intuición, guiada quizá por su físico imponente, que en cierta medida me recuerda al de Rocío Jurado -aunque Rocío permanece a todos los niveles, y nos vamos dando cuenta cada vez más, como una figura de versatilidad irrepetible, un auténtico milagro de la escena y el espectáculo-.
El recital nos supo, pues, a poco -aunque el gusto por estar juntos los tres en una noche así ya era más que suficiente-, nos dejó a medio gas en todos los sentidos, también por su escasa duración, y porque dio la impresión de que ella no se empleó a fondo -hubiera bastado un gesto de su parte para que el público se volcara, pero ese gesto no llegó-. A mí lo que más me gustó fue su belleza, su finura y su elegancia, que las tiene y a raudales. Con respecto al estilo, me dio la impresión de que todavía no lo tiene definido, o de que no llega con soltura a ninguno de los palos -flamenco, tango,..- que aborda.
Yo no soy un experto ni un máximo entendido, a lo mejor me estoy equivocando porque ella es muy ensalzada allá donde va, pero opino sobre esto -con el máximo respeto- porque llevo escuchando flamenco y copla y canción ligera -que era como se decía antes- desde que nací, y veo a Estrella Morente identificada con esta generación de nuevos flamencos que a mí y a mucha gente no nos dicen nada. Y es que pareciera que el supuesto mestizaje parapeta en general una falta de preparación suficiente y de talento, o una incapacidad de abordar y de enriquecer realmente el género, como sí hizo el maestro Camarón: no, no me gusta el flamenquito, y no es porque piense que haya que guardar las esencias de nada, pero observo que en el camino que va de Paquera de Jerez a Niña Pastori se ha perdido el alma, el criterio, la autenticidad y el buen gusto.
Y aún así pienso que en este panorama Estrella Morente tiene bastantes posibilidades, puede mejorar mucho si encuentra el repertorio adecuado -que no lo tiene-, si consigue dar con un estilo que me temo no pasa mucho por el flamenco clásico -la tesitura de su voz no es la más idónea, me parece-, y si logra hacer acopio de un mayor caudal de emoción para transmitir al público -en definitiva, si evoluciona como artista y no se confía con los cantos de sirena que debe estar escuchando a todas horas-. El resto, que es muy importante -presencia, fotogenia, cultura, elegancia, relaciones, saber estar- ya está en su haber.

martes, 28 de agosto de 2007

JOSELE SANTIAGO, TODO UN HOMBRE




Llevo unos días escuchando el último disco de Josele Santiago, Garabatos, que no me había comprado hasta ahora.
Hace tres años su primera obra en solitario -Las golondrinas, etcétera- me arrebató de tal manera que fui a verle a cuatro conciertos casi seguidos, tres en Madrid -en el mítico Johnny, un colegio mayor de la Complutense, en el Centro Cultural de la Villa y en la explanada del Reina Sofía- y uno en Albacity -en la Feria, con un sonido pésimo-. Josele en aquellos días estaba espléndido -y lo supe desde que lo vi en los conciertos de Radio 3 en la 2 comenzar a entonar, guitarra en mano, Con las manos vacías, la versión que hace de un temazo de Chavela Vargas: un tiarrón como él gritando dolido nada más empezar que el amor es mentira, jugándose todo a una carta, exponiéndose desnudo, de esa manera, ante su audiencia, vulnerable, vivido y expectante, con tantas cosas que ofrecer, todas ellas en su punto justo. Yo, que nunca he sido de Los Enemigos -no por nada, simplemente no es mi estilo, ya sabéis que me tira más, en general, el pop y el tecno- me enamoré de Josele ipso facto, porque me pareció que ese hombre que iba desgranando un repertorio ciertamente notable, de cuya calidad creo que ni él mismo era en ese momento consciente -el disco tiene cuatro patas vigorosas que lo sostienen: Ole papa, Mi prima y sus pinceles, Tragón y Con las manos vacías, pero hay otros temas en apariencia menores que van creciendo hasta asemejarse a sus hermanos mayores: Serrín, Cuatro días, Feliz big bang, Mierda de mago, Rompes mi canción, que era enorme en directo- se encontraba en un momento irrepetible de su vida, hacía acopio de todo lo aprendido pero no para rentabilizarlo desde el sofá de casa con el mando a distancia -que es lo que se suele hacer en el friso de los cuarenta- sino para tomar impulso y acometer un salto totalmente nuevo e incierto.
Daba gloria ver a Josele lleno de vigor, consciente de sus limitaciones pero sacando el máximo partido de la vida, de sus amigos -qué bien supo además rodearse, también en su segundo disco: Pablo Novoa, Nacho Mastretta y más músicos excelentes-, fumando y dejando de fumar, fichando otra vez en nuestra Malasaña imaginaria y siempre mutada, con sus mismos principios, con más ironía y autoparodia, compaginando lo individual y lo compartido: a ese Josele yo nunca lo cambiaría por dos de veinte, sería como rechazar a Corto Maltés para irte con Zipi y Zape, y yo a estas alturas sé valorar lo que vale un hombre de verdad, a los pocos que hemos ido encontrando desde que Alaska comenzara a buscarlos en los ochenta, un hombre que tiene prestancia y templanza, cuya virilidad consiste en saber estar y proceder en cada momento y situación, que es educado y caballeroso y que nunca te va a dar la espalda sin un motivo suficiente, el tipo de persona a la que nos arrimaríamos si prendiera un incendio o hubiera que desalojar precipitadamente una montaña rusa en el parque de atracciones, o el pretendiente al que concederíamos gustosos la mano de nuestra hija si estuviéramos en la edad media y siguieran en boga esas costumbres.

El disco y la gira fueron, pues, emocionantes, y permanecerán en mi memoria musical y mitómana para siempre -en mitad de todo ese proceso me topé con Josele un día al lado de mi curro, en la plaza de Benavente, y le abordé aturullado, yo iba con un bocadillo a medio comer, tuvo que pensar que era un freak absoluto y mañanero, le dije que le había ido a ver varias veces, que me encantaba,.. estuvo muy correcto, por supuesto, en su línea- , pero por esas cosas que suceden no ha sido hasta ahora que me he hecho con el Garabatos, que salió el año pasado, ni he ido a verlo en esta gira -estoy deseando pillar algún concierto, espero que repita pronto en Madrid-. Lo he escuchado cuatro o cinco veces entero, sin pausa, y la sensación que me está transmitiendo es muy buena, Josele se afianza como juglar hispano con un repertorio absolutamente lírico, menos roquero que el anterior pero muy sugerente: los textos son extraordinarios, me sigo viendo reflejado en su particular mirador -quizá es porque somos, año arriba o abajo, de la misma generación y espíritu, y en ese sentido me llegan particularmente canciones como la hermosa Luna nueva-, y en las sorpresas que nos depara como la versión del Buonanotte Fiorellino de Francesco di Gregori que también hiciera Miguel Bosé en 1980. En fin, que de su estampa siguen saliendo por lo menos dos o tres nubes que me encantan, y que me dejo llevar donde haya que llegar, faltaría más. Enhorabuena, Josele.

((Ayer en noche de gala visionamos el último capítulo de Six feet under mi hermana, mi madre, JA y yo. Todo fue muy ceremonioso, incluso apagamos las luces del salón, dejando encendida la del pasillo para evitar que la lámpara se reflejara en la pantalla. A mí me encantó el desenlace. Ya volveremos a ello: un beso muy fuerte, y en la videoteca, cómo no, Josele Santiago y su himno a nuestros amigos politoxicómanos: Tragón)).

viernes, 24 de agosto de 2007

¡TWO DAYS UNDER!...




Se aproxima la noche -fijada en principio para el 26 de agosto, fecha hermosa para nosotros- en que, a modo de gran gala, en la casa familiar de Albacity veremos el último capítulo de la última temporada de Six feet under, A dos metros bajo tierra. Será una ocasión ciertamente especial, porque llevamos embarcados en la serie varios años, desde que la 2 empezó a emitirla -luego la seguimos viendo en Fox, y finalmente ante el escaso interés de ambas cadenas en programarla en condiciones razonables (¡la 2 ni siquiera la emite en VO con subtítulos, y eso que pasa por ser una TV cultural!), comenzamos a comprar los paquetes de las siguientes temporadas-, y ha sido un seguimiento de veras apasionado; ya he comentado alguna vez que a mí es la serie que más me ha fascinado desde Pippi Calzaslargas, y ya había llovido un rato desde entonces.
Volveremos a ella durante estos días, porque sé que en Korador tiene predicamento, y habrá que pensar bien cómo hacerlo para no herir sensibilidades de quienes no la hayáis terminado de ver. Únicamente os advertimos de que al final nadie va a comer perdices, pero qué os voy a contar, ya sabéis que esta casa de la pradera de la posmodernidad nunca ha sido de hacer concesiones. Y lo mejor de todo, aparte de haber disfrutado de esta maravilla de ficción durante estos años, y de haber conocido a un estupendo grupo de actores y actrices, es que gracias a ella hemos recuperado, y de qué manera, la fe en la cultura audiovisual norteamericana, en el talento y sensibilidad de sus artistas, que ahora parece se vuelca más en la televisión que en el cine, por lo menos en cuanto a las historias para adultos se refiere. En fin, una gozada que además nos ha proporcionado un buen número de conversaciones con familiares y amigas.

((Con cuatro meses ya en cartel en Madrid, fui a ver La Môme, la película que reconstruye la vida de Edith Piaf, y me gustó sólo a ratos, me conmovió mucho la alucinación que ella tiene cuando su amor ha muerto, pero en conjunto la vi acartonada y excesivamente melodramática; eso sí, el trabajo de Marion Cotillard en el papel protagonista es muy bueno.
Y en casa revisé Kika, una de mis películas favoritas de Almodóvar, algunos de cuyos diálogos -entre Rossy de Palma y Verónica Forqué- me aprendí de memoria en su momento, así como la entrevista que hace Francisca Caballero, madre de Pedro, a Peter Coyote como conductora de un programa literario. Me volvió a gustar muchísimo, creo que de todas sus pelis es la más cómic, me parece que el cine de Almodóvar gana al verlo sin la presión del momento, porque parece que le exigimos todo en cada película que haga, y a pesar del linchamiento en toda regla al que entonces le sometió la prensa española, conservo todavía las portadas y los números que a Kika dedicaron las dos revistas de cine más prestigiosas de Europa, Cahiers du Cinema y Sight and Sound, repletas de elogios -¡los británicos, que no suelen mirar más allá del mundo anglo, le llamaban maestro, mientras El País emprendía una campaña desaforada y sañuda en su contra, con artículos de opinión incluidos!-.))

En la videoteca os dejo un clip estupendo de El Cuarteto de Nos, un grupo uruguayo muy experimentado -se formaron en el 80- que vimos el año pasado en Madrid y que nos encanta. Son frescos, inteligentes, divertidos, originales, potentes. La canción la habréis oído muchos: Yendo a la casa de Damián, cuya letra -no tiene desperdicio, puro spanglish- os dejamos también. Un beso fuerte.

Yendo a la casa de Damián / El Cuarteto de Nos

Yendo un weekend a lo de Damián
tenía urgencia de hablar con el man
caminé porque pinché mi van
vi a una mina de la que soy fan
una que sale por el canal Sony
en una serie que está con un pony
y en mi casa del barrio Marconi
siempre la veo tomándome un Johnie

La saludé pero me echó flee
porque el programa era en MTV
hacía un spot de care free
y un jingle de los jeans lee
le dije que a mí me gusta el rock
pero quedó en estado de shock
cuando escribí en una hoja de block
que era más fea que el señor Spok

Y sé que se rellena el sutién
con corned beef y chow mien
y a pesar de que usa Channel
toma un cocktail con nafta de shell
el security se puso heavy
era malo pero usaba levis
y me estrelló desde la limousine
en el ojo un vaso con gin

Ah, ah, ah, ah, yendo a la casa de Damián
Ah, ah, ah, ah, camino por el Boulevard
Ah, ah, ah, ah, yendo a la casa de Damián
No se si es que ya no veo o que ya no entiendo
Porque me cuesta tanto llegar

Cruzando la calle quedé de flash
cuando vi 2 niñas fumando hash
escuchaban trash y The Clash
jugaban a quien tomaba más splash
y como una vez en un vernisage
me dió un ataque de surmenage
cuando dijeron por 10 pesos cash
haciamos juntos los tres un menage.

De los nervios me vino un tic
en el fondo siempre fui un freak
les di fuego con el yesquero bic
pero me pareciò poco chic
que transaran por una crush
con un nerd de medias de plush
que les pintó los labios con rouge
y yo le escupí su t-shirt de Bush

Con mi gargajo en la cara de George
se subió con las chicas a un Porsche
se pensaba que era un tipo VIP
masticando una papa chip
empezó a hacer un strip
y cuando quedaba solo en slip
me clavó en el ojo un clip
y me dijo en tu tumba va a decir RIP

Ah, ah, ah, ah, yendo a la casa de Damián
Ah, ah, ah, ah, camino por el Boulevard
Ah, ah, ah, ah, yendo a la casa de Damián
No se si es que ya no veo o que ya no entiendo
Porque me cuesta tanto llegar

Era Happy hour en el cabaret
era fashion y tenía moquete
como un pub, cool y con pool
el dueño es hincha de Liverpool
y después de un breve impasse
entré a ver el show con free pass
de un master que tocaba Jazz
a pesar de tener un by pass

Me entró a hablar uno medio gay
yo ponía stop y el ponia play
le gustaba el big mac y tupac
vendía crack y tomaba Prozac
y gritó escupiendo un snack
el master hace play back
lo destriparon como hacía Jack
sin poder terminar su cognac

Pero cayeron desde un Pent-house
en mi ojo un teclado y un mousse
ciego y perdido por el stress
peor que un secuestro express
yo que en ingles solo se decir “yes”
pensé en el libro de Heman Hess
grita soy un looser como un boy scout
Y de la vida me declaré out

Ah, ah, ah, ah, yendo a la casa de Damián
Ah, ah, ah, ah, camino por el Boulevard
Ah, ah, ah, ah, yendo a la casa de Damián
No se si es que ya no veo o que ya no entiendo
Porque me cuesta tanto llegar

lunes, 20 de agosto de 2007

LEONORA CARRINGTON, DE LA BIBLIOTECA ANGELA CARTER




En los comienzos de nuestra relación JA, al conocer mi apego a la literatura escrita por mujeres, comenzó a regalarme libros o antologías de escritoras, casi todas poco conocidas. Hubo uno en concreto -Niñas malas y mujeres perversas, recopilación de cuentos a cargo de Angela Carter- que se convirtió enseguida en un manual de consulta y en la fuente de descubrimiento de artistas singulares de todos los continentes, clásicas o contemporáneas. Así, a esa colección que poco a poco íbamos conformando con mimo JA la llamó Biblioteca Angela Carter, en homenaje a esta escritora británica totalmente reconocida y admirada en su país -murió en el 92 con sólo 51 años, de cáncer-, una mujer extraordinaria que combinó el periodismo de interpretación con la literatura y el ensayo: en su obra hay futurismo y ciencia ficción, investigación y ruptura, feminismo radical de corte outsider, análisis minucioso de la realidad y fantasía desbordada, erotismo y pornografía deconstruida, horror y ternura. Noches en el circo o La pasión de la nueva Eva -novelas-, La cámara sangrienta -relatos- o La mujer sadiana -ensayo- son algunas de las obras que Angela nos legó y que en España han tenido ediciones de lujo, normalmente en Minotauro o en Edhasa.

Y quizá la adquisición más preciada de la biblioteca Angela Carter fue la también inglesa -escritoras británicas excéntricas las hay a puñados, y suelen ser muy buenas- Leonora Carrington, nacida en South Lancashire en 1917, que actualmente y desde hace mucho tiempo reside en México, aunque hace unos años se mudara temporalmente a Chicago, o al menos eso leí en un periódico.
Conocida quizá más por su pintura que por su literatura, Leonora cabalga a todo trote por el siglo XX y sus convulsiones, que podemos decir se inyecta en vena. Procedente de un medio social privilegiado, estaba llamada a desclasarse enseguida y fugarse del hogar familiar con diecisiete años y en buena compañía, la de Max Ernst, con quien se instala en la ciudad de los amantes -París- que entonces conocía la efervescencia del surrealismo. Al huir de la ocupación nazi recala en España, lugar nada recomendable en aquella época atroz, y es recluida en el hospital psiquiátrico de Santander, en circunstancias que no han quedado claras; de su larga estancia allí quedó un testimonio sobrecogedor, Memorias de abajo, escrito -y dibujado, porque hay croquis y retratos- por ella misma, desde ese lugar recóndito que se sitúa entre la cordura y la alucinación, pero siempre con lucidez cegadora. Muy posterior es su relato largo La puerta de piedra o los distintos cuentos que aquí se publicaron, también en una edición exquisita, en Siruela con el nombre genérico de El séptimo caballo, donde ya da rienda suelta a su imaginería intransferible, inserta en una lógica distinta a la común -la de su obra pictórica, parte de la cual vimos hace poco en el Círculo de Bellas Artes- poblada por hienas que se presentan en las fiestas sociales para chafarlas, criaturas indefinidas que hacen valer sus derechos en historias invertidas, jabalíes rumbosos y arquitecturas sofisticadas que enmarcan su universo personal donde también se desarrollan con soltura los amores diferentes -El pequeño Francis, otro de sus largos relatos-.

Me he acordado a menudo de un propósito que teníamos JA y yo y que al final no pudimos realizar de ir a entrevistar a Leonora, allá donde morara -México o Chicago, la información era confusa- antes de que se nos muriera, y quién sabe si todavía nos propusiéramos realizar ese sueño, aunque no sé cómo estará ella ahora -quizá como la protagonista de un cuento de Clarice Lispector que recuerdo a menudo con mi hermana, una vieja dedicada las veinticuatro horas del día a ser vieja y sin otra ocupación que esa que le absorbe sus días por completo-. Pero sinceramente no lo creo, estoy convencido de que su mundo de hoy sigue siendo si cabe más personal y rutilante que en los días en que la descubrimos y pasó a engalanar, con todos los honores y en una ciudad del mismo país que la internó en un manicomio, la Biblioteca Angela Carter, que es en realidad un castillo de naipes edificado para indagar en el sentido de la vida, para aprehender fugaz y femeninamente sus encantos.
-En las fotos aparece Leonora en dos etapas de su vida, y arriba uno de sus característicos cuadros-.

((Estamos en Madrid, se está bien porque hace fresco por la noche y no demasiado calor, vamos al estanque del Retiro a tomar el sol y yo me quedo leyendo Anna Karenina, tumbado en el césped, mientras José Ángel pasea abajo y arriba con la bici. Fuimos el otro día a ver Tideland, de Terry Gilliam y no nos gustó, aunque Jeff Bridges está inmenso, como acostumbra. Y alquilamos Brokeback Mountain, que yo ya había visto en un cine-forum conducido por Álvaro Pombo, y a JA le ha conmocionado -qué os voy a decir de la película que no sepáis ya, para nosotros -y muchas veces no coincidimos en cine, pero aquí sí- es la más bella historia de amor filmada, sólo comparable con el Breve encuentro de David Lean. Y hablando de conmociones, sólo me queda un capítulo para terminar la última temporada de la serie A dos metros bajo tierra, que reservo para ver en Albacity con mi hermana: estoy, como aquel que dice, al borde de un ataque de serbios.))

viernes, 17 de agosto de 2007

GONZALO CANALE VS AGOSTO



El calendario Dieux du Stade del equipo de rugby Stade Français Paris es otra manera de percibir que cada etapa del año tiene sus encantos y sus peculiaridades, que hay que descubrir o por lo menos admirar. Ya compartimos, al comenzar la andadura del blog el gusto por Geoffroy Messina, y durante este tiempo ha habido otros jugadores colosales, cada uno en su estilo. Lo que sucede es que, como hay tres posters por mes, pues nos vemos en la obligación de hacer un casting mental estresante: ¿cómo distribuimos a estos chicos, proporcionalmente, cada uno diez días, o en función de la impresión que nos produzca su imagen, o sus imágenes si vemos el DVD -que os recomiendo encarecidamente-; si nos gusta uno muchísimo lo plantamos todo el mes y dejamos a los otros dos fuera o... si ponemos a los dos principales no se nos helará el corazón al pensar en la ilusión que puso el otro jugador en la sesión de fotos para luego ser descartado sin miramientos y no presidir ni un día la pared de nuestro dormitorio?
En fin, that´s the way it goes, pero lo peor de este calendario y de los demás, sobre todo si son eróticos -yo he tenido de bomberos, de jugadores de voleibol de Almoradí, el histórico de Raoul Bova en el año 2000...pero desde que descubrí los Dieux ya no lo cambio por ninguno- es cuando llega el mes de agosto, porque como es cuando solemos irnos de vacaciones, al volver nos percatamos con pavor de que se han pasado los días que estaban fijados para algún radiante deportista que ya no podremos mirar: habrá que ir empezando a pensar en empaquetar a los dioses del estadio con nosotros, vayamos a playa o ciudad, simposios internacionales o acampadas rurales.

Y es que Gonzalo Canale, dieux de los quince primeros días de agosto, lo merece. Este jugador, que goza de gran prestigio, nació en la Córdoba argentina en noviembre del 82, está afincado en Italia -en cuya selección nacional juega-, y fichado en la actualidad por el club francés de Clermont Auvergne -en el calendario tambíén aparecen invitados, que no son del Stade Français-. Es un mozo de aspecto extremadamente simpático y agradable, con unos ojos que chisporrotean alegres y curiosos, y un poco tímidos. Mide 1,81 m y pesa 95 kilos, aunque el peso, como siempre, oscila, pero ése es el dato más actualizado que he encontrado, y se parece un poco al cómico Ben Stiller pero en guapo -aunque he de confesar que a mí Stiller me gusta un poco-.
Yo ya le tenía medio fichado desde que lo vi -en el DVD del making-of del calendario- desnudarse y comer espagueti con otro jugador, Guillaume Bousses -nunca pensé que comer un plato de pasta pudiera llegar a ser tan sexy-, pero ahora ha llegado el momento de elevarle a la categoría de héroe del estío, tras ver su propio vídeo con detenimiento, sobre todo cuando se sienta en la silla con la pelota de rugby, momentos después de haberse acariciado el pecho como si se estuviera duchando, los ojos semicerrados en trance. Sólo podemos decir lo que dicen los técnicos en el DVD: ¡amazing!
Como se fue su turno sin que le sacáramos partido, le compensamos con esta entrada en la que damos testimonio de su gallardía y afabilidad y fotogenia, y si os gusta buscadlo en la web, tiene una página propia en la que escribe su diario y cuelga, entre otras cosas, fotos de sus vacaciones en Formentera. Desde aquí le deseamos, cómo no, toda suerte de éxitos deportivos y personales, y le agradecemos su sesión de fotos y de vídeo, que ya ocupa un lugar en nuestra memoria del verano.

Y nos despedimos con la sección más kitsch de la página, el top Korador donde se reflejan las localidades más adictas a esta bitácora, según los datos estadísticos a mi alcance. A la izquierda colocamos la situación que se ocupaba en el mes anterior, y a la derecha el número de meses en lista.

1 1.- Madrid (2)
- 2.- Berlín (1)
- 3.- Málaga (1)
5 4.- Valencia (2)
- 5.- Las Palmas de Gran Canaria (1)
- 6.- Lima (1)

Aprovecho la ocasión de que esté Lima en la lista para enviar un abrazo enorme a todas las peruanas y peruanos que lean esta entrada, con nuestra solidaridad y cariño por la tremenda tragedia sufrida. Besos a todo el mundo.

martes, 14 de agosto de 2007

LIZA MINNELLI EN EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO


Pues no, no cantó nada de Results, pero los resultados fueron más que buenos, extraordinarios. El domingo pudimos ver a una estrella que no sólo no está en decadencia, sino que brilló con un fulgor al alcance de pocas artistas, sobre todo si han sobrepasado los sesenta años. El patio del Conde Duque de Madrid estaba totalmente lleno -las entradas se habían agotado hacía dos semanas, y mucha gente merodeaba en busca de alguna- y la ovación que se dedicó a Liza nada más aparecer en el escenario fue de escándalo -el público era incondicional, pero en vez de confiarse, para ella supuso un reto estar a la altura de la expectación creada-. No veintiuno como se dijo, pero sí conté doce músicos en escena -ella mostró una gran sintonía con todos, especialmente con el pianista- y cuatro o cinco bailarines maduros, que lo hicieron estupendamente, recreando, en la segunda parte del espectáculo, el esplendor de los grandes musicales de Hollywood que tuvieron en la figura de su padre a uno de sus principales artífices. Y es que ella dedica a su padre y a su madre y hasta a su abuela -y a su madrina Kay Thompson, que le ha escrito algunas canciones- un show muy sentimental en el que recreó anécdotas de su infancia, incluso de antes de nacer, cuando fue concebida en un plató cinematográfico: y la primera vez que actuó en un papel brevísimo, y las lágrimas de sus padres al observarla -"Toda mi familia está en el cielo, así es que vosotros sois ahora mi familia", dijo casi nada más empezar-, y la forma en que Judy Garland fomentó su autoestima, cuando de pequeña iban abriendo armaritos que había en la casa, con hermosas fotografías, hasta que llegaban al último en que había un espejo y su madre le decía, "y esto que ves ahí -ella- es lo más maravilloso de todo". Y el porqué se pone las cintas en el pelo -a consecuencia de la depilación de las cejas -que no le volvieron a crecer- en Cabaret, para que no le resbale el sudor de la frente a los ojos, no sé si era un chiste o lo dijo en serio-.
El espectáculo tuvo dos partes, la segunda más coreográfica, la primera más de music-hall clásico, y pudimos oír canciones como Old friend, So what, Maybe this time -maravillosa-, Hello hello, de la inolvidable Cita en San Luis de Vicente Minnelli con Judy Garland -que yo descubrí gracias al programa de Garci-, Clap your hands -de otro musical clásico-, Life is a cabaret -que cerró la primera parte- y el mítico New York New York, que en mi ignorancia no he sabido hasta ahora que fue compuesto para ella, y que cerró el show, aunque como el público no la dejaba marchar, interpretó dos bises más. Liza habrá tenido éxitos similares al del otro día en Madrid, pero mayores me cuesta creerlo, tanta fue la complicidad y entrega de la gente que allí se congregó. Con varios modelos -traje pantalón, vestido largo, minifalda, todo con mucho destello- la artista americana cantó con una voz vigorosa y llena de matices pero en ningún momento sobreactuada, en su punto justo; bailó con brío y ágiles piernas, bromeó y escenificó, casi lloró y por supuesto se sentó en una silla, aunque no recreara el número de su célebre película.
Entre el público había gente de la farándula como Conchita Velasco, Lina Morgan, Lolita, Francisco Valladares, Enrique del Pozo , Leopoldo Alas -quien se ve que encontró entrada a última hora, porque en El Mundo se quejó de que no había conseguido a tiempo- y seguro que muchos más que yo no conocía o no vi. La sensación que nos llevamos fue la de que habíamos asistido a un concierto memorable de un tipo de artista que ya no se fabrica, comparable a otras que han pasado a las páginas de la leyenda como Billie Holiday, Edith Piaf, Josephine Baker.
-La foto no es mía, ya que no se permitía hacerlas-.

((Al término nos perdimos en la noche, yo y JA, mi chico al que embarco en estos conciertos que a él a priori no le gustan nada y refunfuña, pero que luego disfruta tanto o más que yo, porque lo importante es nuestra compañía, y aunque antes de empezar el espectáculo reñimos como solemos luego nos reconciliamos y después estuvimos en un bar de Malasaña que se llama Ojalá, de camareros simpáticos y de corte minimalista, y en el Gris, al que vamos cogiendo gusto y donde nos pegamos dos lingotazos de aúpa, y ya casi exhaustos me paré a mirarle desde fuera como si lo viera por primera vez y pensé que tuve muy buen gusto al elegirle, que ahora volvería a hacerlo si pudiera, porque se trata de un hombre de acción y de pensamiento -y es muy difícil combinar esas dos facetas-, con el que me complemento a la perfección a pesar de nuestros aparentes mundos divergentes, y en todo el camino que llevamos recorrido nunca me ha faltado su lealtad y su nobleza, que me protege como lo haría un escudo; mi yo de hoy en día es también el resultado de nuestros muchos años de convivencia, y es por eso que si un día nos separáramos en ese camino jamás hablaría mal de él a nadie, como nunca lo he hecho hasta ahora, es bueno todo lo que tengo que decir, y esto no lo escribo para que lo lea, porque él jamás entra en el blog -además, JA con el tiempo gana apostura en vez de perderla, y algo tiene que ver en todo ello su pasión por la moto, y la bicicleta y la gimnasia,... y los libros y la escritura, y la música y las películas y la filosofía y la historia y... ¿cabe combinar tanta y tan vitalista actividad?-
Volvimos a casa ciertamente borrachos y un poco eufóricos, y cuando me puse a leer mis dos páginas diarias de Príncipe Valiente me di cuenta de que era inútil, me bailaban las viñetas, y ya rendido sólo me levanté para abrir la ventana por donde se coló, toda la noche, la brisa de esa histórica noche de verano)).

domingo, 12 de agosto de 2007

LIZA, ¡CANTA `RESULTS´!



La culpable de que ayer me embarcara en un Alsa a Madrid interrumpiendo y dando fin bruscamente a mis felices vacaciones en Benidorm es Liza Minnelli, y mi madre y mi abuela le han cogido inquina por ese motivo. Pero yo por ella hago eso y muchísimo más. ¿Cómo me iba a perdonar, años más tarde, el no acudir a ver a este mito viviente? Con el concierto de esta noche me homenajeo además a mí mismo y a mi infancia ya que, cuando el autobús del colegio llegaba al centro de Málaga -calle Alcazabilla, calle de la Victoria- veíamos desde nuestra ventanilla los grandes carteles de los cines Astoria, Albéniz y Andalucía, y cuando se estrenó Cabaret, que estuvo meses en cartel, se despertó mi fantasía de una manera inusitada. Me recuerdo jugando yo solo dando vueltas por la casa imaginando y dramatizando lo que pasaba en esa película cuyas canciones enseguida se hicieron populares, lo que podía acontecerle a esa actriz tan extraña de pelo corto que aparecía sonriente y con ropa interior y ligueros, fuera lo que fuera serían cosas desde luego no habituales, algo que yo no alcanzaría a comprender pero que ansiaba conocer y vivir cuanto antes.

Sí, Liza puso su granito de arena en mi prematuro amariconamiento. Pero es que no es de extrañar, viniendo de quien viene. Su madre, la venerada Judy Garland, dio origen al movimiento gay cuando, a su muerte, y tras el multitudinario funeral que se celebró en Nueva York, cientos de travestis y homosexuales prolongaron su duelo en el bar Stonewall Inn, siendo salvajamente reprimidos por la policía, y provocando, ante el dolor añadido, la reacción airada del colectivo, que comenzó a reivindicar sus derechos de manera más ordenada; de su padre, el célebre director Vicente Minnelli, fueron conocidos sus escarceos amorosos con diversos hombres, entre ellos con el nunca superado Gene Kelly; de sus cuatro maridos, incluido el último David Geffen, mejor corremos un tupido velo pues sobre la virilidad de todos ellos siempre ha habido razonables dudas; ella se hizo mundialmente famosa y pasó a la historia del cine con Cabaret, la película basada en el Adiós a Berlín del escritor gay -quizá el primero al que cabe calificar con ese adjetivo tan contemporáneo- Christopher Isherwood, y su compañero de reparto fue Michael York, sobre quien no diremos nada porque ya lo imagináis todo, ¿verdad?; su incursión discográfica más seria fue con el disco Results, del que luego hablaremos, compuesto y producido por Pet Shop Boys, el dúo más gay del planeta -con permiso de Fangoria- y hubo un tiempo en que Marc Almond, el amanerado cantante de Soft Cell, la imitó hasta el delirio en sus presentaciones en público, ya que incluso físicamente daba el tipo. Seguro que faltan muchos más datos de este calibre, pero simplemente os recordaremos quiénes fueron los padrinos de su última boda, cuyas fotos dieron la vuelta al mundo: Michael Jackson y Liz Taylor. No cabe añadir más.

Aparte de eso, ella es una artista prodigiosa, una de las más expresivas de la historia del cine sonoro y el musical; incomparable es su actitud como de sorpresa, de ingenuidad violentada, con sus grandes ojos de grandes pestañas postizas completamente abiertos y al borde de las lágrimas con que a veces nos obsequia, un poco en la onda Shirley MacLaine, de chica buena que juega a ser mala pero no puede ocultar el fondo de su corazón cuando descubre que ha entregado sus tesoros a la persona equivocada. La imagen del cabaret es ya la de Marlene Dietrich y la de Liza, quien ha permanecido fiel al estilo de su peinado en la película durante todos estos años, para deleite de sus seguidores. Lo increíble es que con estas cualidades haya sido tan errática su carrera -aunque eso sea un punto para la idolatría gay, las trayectorias desiguales de las artistas que alcanzan la gran fama y luego son desdeñadas por el público-, y no sabemos si las adicciones de las que tanto se habló fueron producto de un cierto parón laboral o viceversa. Y por eso fue tan reseñable el disco Results, que nos la devolvió por la puerta grande en 1989, con canciones tan geniales como Losing my mind, Don´t drop bombs, So sorry, I said o las versiones de Twist in my sobriety y Rent: el disco fue un gran éxito en el Reino Unido y en España -país que ella adora, o al menos eso nos dice siempre-, pero no gustó en Estados Unidos, y por eso tengo el temor de que no incluya esas canciones en este último espectáculo que se llama Liza alive, donde repasará con una orquesta de veintiún músicos grandes canciones de Broadway, incluido por supuesto el New York, New York que siempre está en su repertorio. Su voz en este disco concebido por Neil Tennant y Chris Lowe sonó como nunca, confortable y segura, como un chal que nos echamos por encima cuando refresca un poco en la noche, narrativa y evocadora, como un cuento susurrado en un campamento, contundente y explosiva cuando la ocasión lo requería, como el corcho que salta cuando suben las pompas burbujeantes de un refresco o un espumoso. It was Liza at her very best, y por eso desde aquí, y sabemos que en nombre de muchos seguidores, casi le imploramos: ¡interpreta las canciones de Results esta noche, en el Conde Duque de Madrid!

(La gira española la ha llevado también a Marbella y a la Costa Brava y después de Madrid concluye en Santander; como anticipo a su noche madrileña esta mañana temprano hemos percibido claramente los efectos de un terremoto: es la primera vez que siento uno, he tenido la sensación de que había alguien debajo de mi cama y los armarios se han agitado; a JA le ha pasado lo mismo, incluso miró debajo de la cama, y luego ya supimos la noticia. Besos a todos, cuidado con las medusas -a mi hermana le picó el otro día una-).

jueves, 9 de agosto de 2007

BENIDORM: ONCE YOU POP...




...there is no stop. Estoy en el lugar de los hechos. Piso 17-1, Torre Coblanca, primera línea de la Playa de Levante de Benidorm. Este edificio fue el primero de sus características que se levantó, en 1967, generando entonces, cuentan los lugareños, un tremendo revuelo y dando inicio a lo que pronto sería la transfiguración más radical de la costa mediterránea. Benidorm antes era parecido a Altea, la bellísima localidad vecina, pero con dos playas de ensueño; ahora -en realidad desde hace ya treinta años- es Las Vegas en versión castiza y levantina, y de hecho Almodóvar podría haber rodado aquí un remake de la Corazonada de Coppola. A mí me hubiera gustado mucho antes y me gusta mucho ahora. Tiene una estética propia, algo que puede decirse de pocos pueblos de nuestra costa, que también están destrozados pero sin criterio, y no puedo resistirme a la electricidad que generan tantas y tantas personas y familias que vienen, por unos días, a intentar ser felices, y es ese impulso masivo que imanta la ciudad lo primero que se percibe al poner aquí los pies.
Hay una cantidad inusual de personas mayores que, por lo que sea, encuentran aquí su paraíso: no participan en el movidón que intuyen y atisban desde sus ventanas, pero se sienten acompañados y partícipes, de alguna manera, del tam-tam del verano, y encuentran la manera de dar rienda suelta a sus afanes. También está la working class y las clases medias europeas, aunque Benidorm, que hace veinte años era un punto de conexión primordial entre jóvenes de toda la Europa Occidental, ha ido mudando su público, que ahora se decanta más por el perfil del chanantismo hispano, lo que no deja de tener su gracia. Sin embargo los supuestos defensores de las clases populares detestan esta marca, porque el esnobismo playero de hoy pasa por no ir donde vayan las multitudes, aunque eso, paradójicamente, sea lo menos ecológico. Tenemos una izquierda, como dice mi amigo Jesús Alegre, de adosado, que detesta el bullicio mundano porque lo ve ordinario y adopta sin darse cuenta los tics de la también vulgar high class, siendo su máxima aspiración la de recluirse en lugares donde no tengan que aguantar a vecinos, aunque al final, y precisamente por esa intolerancia, es en estos chalets o casas o lo que sean donde se producen más problemas con los habitantes de alrededor. Pero esta especie de progresía fina también gusta de estar entre ellos, en una playa de las que juzga especiales, y de ahí viene el auge creciente de, por ejemplo, Zahara de los Atunes -y no enfadaros conmigo, que si juzgo con severidad a esa casta es porque se trata de mi medio natural, porque es la mía, y por eso creo que es una obligación la de ser en todo momento autocríticos-.
A mí también me apetece a menudo -y quizá cada vez más- meditar en soledad y plantarme debajo de un pino a leer una novela, y considero que en la costa, especialmente en la mediterránea, se han cometido desmanes que pagaremos tarde o temprano -de hecho, mucha gente empieza a huir a otras latitudes-. Pero en otras ocasiones disfruto fundido con la gente, tumbado en la playa todo el día observando a los demás, porque soy un voyeur impenitente y eso es un ejercicio de alto interés sociológico y sensual, y no me disgusta nada el concepto de turismo, porque es positivo que viajemos y nos conozcamos, y gracias a ello se han ampliado horizontes para mucha gente -quienes aborrecen el turismo desearían viajar ellos solos, sin que nadie les moleste, pero esa actitud es elitista y reaccionaria- ni considero que el supuesto pueblo llano sea en ningún modo peor compañía que quienes nos creemos más selectos y en realidad sólo somos medio cultos en perpetua confusión.

Lo que toca en Benidorm, pues, donde paso unos días, es el lote familiar, y por eso estoy con mi madre, abuela, hermanos y sobrinos, vamos que si viene Forges por aquí le damos inspiración para un año entero. Y una de nuestras principales distracciones estos días es la de espiar, con anteojos, a los vecinos del piso 15 del edificio Iberia que está al lado -a mí me encanta estar rodeado de vecinos-. Mi sobrino de diez años se ha puesto al frente de la operación Iberia 15, que es apasionante y totalmente incorrecta políticamente, y de momento lo que hemos descubierto es que se trata de una familia que parece griega o de origen griego pero residentes en Francia; realizan largos y pausados almuerzos, desayunos y cenas, sin hablarse entre ellos y preferentemente por turnos, todo muy reflexivo y un poco dramático, como si se tratara de una película de Theos Angelopoulos. Y hay un chico delgado muy gracioso, aunque también sea del tipo introspectivo, ya que desayuna vasos de leche fría y a continuación vino bebido directamente a morro. Os mantendremos puntualmente informados de todas las novedades. Luego también estamos haciendo un concurso de pensamientos, ya que mi sobrino nos lee tandas de diez en diez de un libro y luego tenemos que votar nuestros preferidos: como veis, no perdemos jamás el tiempo.

Más cosas: la ruta del ambiente en Benidorm es la habitual de los últimos años: People, The Lovers, Mercury y The Look, por este orden. Mañana abren una discoteca nueva, que se llamará Sunset. Muy recomendable y desenfadado el ambiente por aquí, de siempre, y muy fácil trabar conocimiento y posibles amistades con la gente; impera la comunicación y el ligoteo, la gente viene a divertirse y no hay demasiadas divinas in the night, de las de mírame pero no me toques ni te dirijas a mí nunca jamás, a no ser que sean las seis de la mañana y no haya encontrado nada mejor que tú. Aunque desengáñate, los chicos guapos que vemos a puñados por el día en la playa no van a estar por la noche en los bares, no sucede como en otros gay resorts -por ejemplo Ibiza- donde los bellezones son los homo, aquí los chicos hetero del pueblo llano nos sacan bastante ventaja, qué le vamos a hacer. Pero yo no estoy aquí de pendoneo, mal pensados, ya os he dicho que estoy con mi familia y con entrañables amigos de siempre, y lo más lascivo que he hecho hasta ahora es sacar una foto de culos de chicos italianos comprando un helado, sin que ellos se dieran cuenta, claro, y es la que os adjunto.

Y es para mí el verano de Ana Karenina, y de Un passé ou deux, la bonita canción de Plastic D´Amour que tengo siempre ahora en la cabeza, y hasta la séptima ola, un tema que le hizo Juan Pardo a Rocío Jurado, y que vi el otro día interpretada por un travesti en The Look y me ronda continuamente... Pasadlo muy bien por donde estéis, besos.

PD. Renovamos la videoteca con As time breaks off, un temazo de Delorean, un grupo de Zarautz que hace música de baile vigorosa y refrescante.

domingo, 5 de agosto de 2007

TUDOR CHIRILA, LOS GOZOS Y LAS SOMBRAS




No hace mucho que mencioné de pasada a Tudor Chirila, en una entrada sobre tres películas rumanas recientes, a propósito de su única cinta hasta el momento, Legâtur bolnavicioase, lanzada en el mercado internacional como Love sick, una comprometida aproximación del director Tudor Giurgiu a la dificultad de amar en libertad en la Rumanía de hoy.
Con el paso de los días, me he percatado de que algo de él y de su esencia me quedó prendido, por lo que me he apresurado a buscar información sobre este actor, y la hay suficiente, pero en rumano, por lo que sólo os puedo contar que es cantante, parece que tiene un grupo que se llama Vama, hay vídeos suyos colgados en youtube en los que puede comprobarse su versatilidad musical, ha participado en montajes teatrales y desde enero tiene su propio blog, que se llama Bed for love, y que desde hoy sumamos a nuestros enlaces recomendados, en la esperanza de que alguna amiga o amigo rumano o que entienda o estudie esta lengua nos cuente cuáles son sus anhelos e inquietudes -recientemente hemos hecho otra adquisición muy prometedora en nuestros enlaces favoritos, Manuel y las junglas de África-.

Tudor Chirila tiene algo de esos chicos gamberros y espigados que amamos en el instituto, a quienes observábamos de reojo cuando jugaban al baloncesto o cuando liaban con presteza un cigarro, dioses en su universo inalcanzable y que podían buscarnos para sentarse con nosotros en la clase -uno de los días en que decidían venir a todas las horas, haciendo gala de una gran condescendencia-, propiciando una complicidad intransferible y deliciosa que luego nos era arrebatada -por ejemplo, al hacer como que no nos veían en el pasillo- en cualquier momento y sin piedad alguna, empujándonos así al conocimiento de la manera más canalla. A la ternura que sin duda Tudor genera y concede le imagino el contrapunto de ese aguijón envenenado que seguro también conocen las víctimas de su influjo: y qué más da si al final todo es aprendizaje, podemos consolarnos, si el salto sin red que ha de suponer la aproximación a su persona ha de tener algún contrapunto, una compensación por habernos atrevido a mirar, de frente, lo que no nos está reservado porque, sencillamente, no existe.
((Al margen de esta elucubración a lo Antoñita la Fantástica, lo evidente es que deseamos lo mejor a este actor rumano, a quien seguiremos, en la medida de lo posible, los pasos. Un beso fuerte a todos, mañana inmersión pop en Benidorm)).

viernes, 3 de agosto de 2007

HOGUERAS DE AGOSTO -SIN MT-



Agosto es un mes que tiene la facultad de estirarse como un chicle, es la única época del año en que nos podemos permitir el lujo de no mirar el almanaque, de olvidarnos si es martes o viernes y desconocer con precisión el día que marca el calendario; a pesar de que sean vacaciones suele hacerse inusualmente largo pero gozoso -ya, ya sé que muchos no tenéis, pero el curro también es diferente en agosto-, como si hubiera algún día extra de regalo, y la melancolía que producen los días finales del mes es incomparable... Me dispongo a afrontarlo con ánimo y espero que a vosotros os ocurra lo mismo: no habrá parón del blog, escribiré allá donde me encuentre, playa, ciudad o montaña.

Pero antes de proseguir, me he dado cuenta de que tengo que empaquetar algo: quedó pendiente allá por los albores de julio la entrada No digas que fue un sueño, que era partida; el problema es que ahora a todos nos da pereza, por mucho que nos gustara, recordar las andanzas del Europride, así que lo resumo como sigue y le damos carpetazo: para mí fue, por decirlo en una frase categórica, el certificado definitivo de defunción de la cultura heterosexual como tendencia predominante en lo que respecta a ocio y agitación en las ciudades y la confirmación de algo que ya sabíamos hace tiempo: que Madrid no es sólo una de las capitales gay europeas, sino mundiales.
Aparte de la marcha-cabalgata -que tras el colapso sufrido durante varias horas por la afluencia multitudinaria se remontó al final, convirtiéndose en una masiva y desenfrenada rave a lo largo de la Gran Vía-, los días previos y posteriores -el domingo, en que prosiguió la movida, contemplé una escena osuna en Infantas-Vázquez de Mella que jamás pensé llegarían a ver mis ojos, las calles tomadas por una riada de hombretones procedentes de todos los países, alborozados y cómplices por las calles, que eran ya una alucinación onírica, la materialización de los sueños de Nazario y Ralf König unidos.
La anécdota fue el intento de boicot del denominado Bloque Alternativo -auspiciado por un colectivo heterosexual de extrema izquierda: como copiáramos sus "exitosos" métodos, en el movimiento gltb nos hundíamos en la miseria- a través de Fangoria, que fue tan ridículo que no merece mayor comentario, sobre todo teniendo en cuenta que Alaska estaría encantada de ser objeto de semejante honor y que la escena de Mario Vaquerizo atacando a los activistas con la bandera arco iris es digna de pasar a la historia -¿nadie la tiene en vídeo?-. Únicamente diría a estos cachorritos tan mal asesorados por sus mentores hétero que repasen la historia reciente del movimiento gay -no sólo su nacimiento, que surgió precisamente a raíz del intento de represión del culto a una artista, Judy Garland- sino las acciones promovidas en España por la Radical Gay y en general por los grupos asociados a la corriente queer, que realmente sí fueron estimulantes y que, por cierto, nos siguen haciendo mucha falta, ya que hay que reconocer que el impulso reivindicador, tras la aprobación de las leyes de igualdad, estuvo prácticamente ausente de la convocatoria.
Por lo demás, para mí fue una jornada muy emotiva con familiares y amigos y que me proporcionó el reencuentro con el bar Rick´s de mi época universitaria, al que logramos acceder tras casi perecer en el intento, porque no se podía caminar por ninguna callejuela de Chueca -en la foto tenéis a otro de los grupos de chicos que se sumaron a la fiesta y bailaron alegremente por las vías públicas para regocijo de la ciudad entera, y que hicieron un alto en el camino para posar ante nuestro curioso objetivo-.

Más curiosidades: en la foto principal tenéis el cartel de Azuloscurocasinegro en alemán (Dunkelblaufastschwartz) -se está proyectando con éxito en Berlín, y bien que me alegro porque con Quim Gutiérrez la imagen del español medio va a subir unos enteros; en compensación, he visto en casa dos pelis alemanas: Das Leben der Anderen -La vida de los otros-, el gran éxito del cine germano reciente, que casi todos conocéis, y Tormenta de Verano, Sommersturm, una película de temática gay adolescente muy bonita, dirigida por Marco Kreuzpaintner, quien ha reflejado sus propias vivencias.
Y como no hay nada mejor que un clásico ruso para el verano, he comenzado la lectura de la Anna Karenina en su versión inglesa, y ya desde las primeras líneas me ha atrapado. Lo que no compro es el periódico, estoy encantado sin él, está claro que mejora así la calidad de vida, si bien echo de menos a Maruja Torres y sus crónicas, agosto no es lo mismo sin ella, aunque creo que este año de todos modos no escribe.
Y renovamos la videoteca con mi tema favorito de Air, el instrumental Ce matin la, que es como la expresión suma del charme francés.
Muchos besos, pasadlo bien, cuidado con el sol y las medusas.

miércoles, 1 de agosto de 2007

DRAGÓN NEGRO, MI DISCO DE LOS 90



Si me dieran la oportunidad de elegir el disco español de los años 90, no tendría ninguna duda: Dragón Negro, de Esclarecidos .
La primera mitad de la década fue regulera, por no decir algo peor, y en mi opinión sólo cabe destacar -sí, ya sé que soy fan, pero creo que se trata de un análisis medianamente objetivo- las aventuras de los entonces recién constituidos Fangoria, que sobrevivieron a duras penas tras la disolución de Dinarama y ya sin Carlos Berlanga, dando tumbos y a veces sin casa discográfica y sin apoyos si descontamos el club fan fatal que ellos mismos constituyeron, pero con la ilusión y la curiosidad intactas -desde el iniciático y pionero Salto Mortal a los tres Vulcanos, Interferencias y el genial Una temporada en el infierno, que para mí abre la puerta a los dos mil, a ellos y a la multitud de grupos que ya entonces giran en su órbita-. La segunda parte de la década fue más interesante, con la incipiente escena indie capitaneada por Los Planetas y los primeros escarceos trip-hop con Najwajean, que empezaban a conformar un universo fuera de la industria y medios de difusión masivos, definitivamente alienados y lerdos, enloquecidos en su propia estupidez, donde siguen instalados y de donde ya no van a salir: lo que tenemos que hacer es consolidar las vías alternativas de información y disfrute para mandarles a tomar viento, y está claro que la red es vital en este proceso.

Pero Esclarecidos eran un caso aparte, siempre lo fueron, desde la época de la movida en la que fueron encuadrados a pesar de que ellos iban de por libre, hasta ese momento de mediados de los 90 en el que lanzaron este disco que tuvo cierta repercusión y que nos dejó a todos estupefactos, porque además se decidieron a defenderlo en directo en una gira que les llevó por muchas ciudades españolas. Cristina y Nacho Lliso, Coyán Manzano, Miguel Herrero, Vicente Climent y Alfonso Pérez formaban este grupo que sufrió a menudo el estigma de ser comparados con Presuntos Implicados, porque en teoría y tras un primer análisis superficial la voz de Cristina recordaba a la de Sole de Presuntos: no quisiera herir sensibilidades, pero opino que el concepto musical de ambos grupos no puede ser más opuesto, ya que media la distancia que va del inconformismo y la búsqueda -Esclarecidos- al adocenamiento facilón -Presuntos-.
Otra de las etiquetas para este grupo que nunca funciónó de manera profesional fue la de que eran progres modernos, lo cual nos da un poco igual, porque lo importante es la música que hicieron, destacable en todo momento y hasta su disolución con el disco La fuerza de los débiles y la posterior formación del grupo Lliso.

Todavía me emociona y me alucina escuchar este disco al completo -porque no hay el más mínimo relleno en el mismo, es una obra redonda de principio a final-, imaginar cómo pudo ser que surgió el impulso que lo originó, su proceso de creación y la comprobación de que las ideas iban cuajando, de que los sugerentes textos engarzaban con la música, tan elegante, tan distinta, tan mestiza en el buen sentido de la palabra, -no en el del buenrollito insulso al que nos referimos ahora cuando hablamos de mestizaje-. Dragón Negro es rock, y eso es indiscutible, y tiene la fuerza y la rabia del rock, la elegancia del jazz y la inmediatez del buen pop, así como la psicodelia de los mejores discos conceptuales de los 70, todo ello con un barniz absolutamente personal y si me permitís madrileño, por la actitud que se trasluce, el escepticismo, la lucidez y una cierta chulería fina muy de nuestra ciudad, y, por si todo fuera poco, unas pinceladas surreales que envolvían todo el conjunto.
Pero recordemos, una por una, las canciones, con sus letras al completo:

LA CUEVA (Instrumental)

EL DETALLE (Fue el segundo single, contundente, sutil, evocador, una declaración de principios donde cabe la vida entera: qué preciosidad..)

Me gusta desnudar el detalle
ver las historias desde el balcón
en un altar mundano

Me gusta huir de lo cotidiano
sentir que nunca vas a cambiar
en un hotel provisional

Donde ni siquiera tienes tu habitación
aquella que imaginaste
mirando al mar
tienes un balcón desde donde puedes ver
historias hasta el detalle

Me gusta desnudar tus gestos
sin complicarme nada
en un altar mundano
Me gusta escapar de ti
porque yo nunca voy a cambiar
esto es un hotel provisional

Donde ni siquiera tienes tu habitación...

(Cristina Lliso y Alfonso Pérez, quien escribió el resto de las letras menos las indicadas)

AVESTRUZ (Aquí empezaba el baile entre las subidas y las bajadas, los exóticos animales, el cielo y los infiernos como antesala al ascensor de cristal de destino a un eclipse incierto. Y el relativismo moral, siempre.)

Tú crees que estoy en una nube
y que parezco un avestruz
tú quieres que baje y aquí
no hay escalera ni ascensor

Arriba no sabes cómo subes
ni cuándo vas a bajar
si estoy en una nube
mi amor tú eres mi tormenta

Tú eres mi tormenta
de otoño, verano, qué más da
tú crees que estoy en una nube
y que parezco un avestruz

Esperas que yo baje
y yo no espero nada
las nubes nunca paran
y es que las nubes nunca paran

HAY (Creo que es mi favorita, aunque sea tan difícl elegir; la canción se defiende por sí sola, y en directo era muy potente, y concisa como un telegrama. Qué suerte quienes no la conozcáis y podáis descubrirla ahora..)

Hay muertos que nunca mueren
y vivos que no conocen la vida
hay respiraciones cortas
y las hay entrecortadas

Hay gente que vende cosas
que nunca valen para nada
y hay gente que las compra
sin saber por qué

Hay chicos guapos
y los hay tontos
los tesoros búscalos
en el montón

Hay torpes que se estafan
a si mismos mientras creen
que te engañan a ti

Hay muertos que nunca mueren
y vivos que no conocen la vida
los hay que prefieren morir
que lampar una eternidad

Hay bebidas dulces
que destrozan el día
y vinagres
que alegran la comida

Hay torpes que se estafan
a si mismos mientras creen
que te engañan a ti

QUÉ PASARÁ MAÑANA (Las soledades, los desamores, la ruptura cotidiana, el hartazgo, la ternura, la dependencia mutua)

Qué pasará mañana
cuando el café esté amargo
cuando huela a ceniza en mi habitación
qué pasará mañana
cuando no tengas nadie a quién gritar

Cuando tengas que elegir
a quién vas a castigar
la respuesta mi amor
la tienes que buscar
en el tiempo o en tu corazón
la respuesta mi amor
nadie te la puede dar

Qué pasará mañana
cuando no tengas a quién gritar
cuando tengas que decidir
a quién vas a castigar
cuando ya no me tengas
para descargar tu rabia

Qué pasará mañana
cuando el café esté amargo
cuando ya sea tarde para dar
marcha atrás
que pasará mañana
cuando ya no me tengas

Cuando tengas que elegir
a quién vas a castigar
la respuesta mi amor
la tienes que buscar
en el tiempo o en tu corazón
la respuesta mi amor
nadie te la puede dar

CIEN KILOS (Qué maravilla, qué pasadón de canción, qué insuperable belleza, sería una inscripción ideal para el carnet de identidad: no lo digo de coña, amigas y amigos de Korador)

Cien kilos te daría
si te vinieras conmigo chico
cien kilos te daría
el problema es que no los tengo
ni ganas de tenerlos

Cien kilos te daría
si te vinieras conmigo
a una cueva con luz
y una planta verde
que cuelga del techo

Cien kilos te daría
y un crucigrama ciego
cien kilos de sal
de arena de mar y un eneldo
con dos borlas de seda roja

Cien kilos te daría
si te vinieras conmigo
a una cueva con luz
y una planta verde
que no necesite agua cada día

Y te mimaría y te haría reir
y te adornaría tus pensamientos
con mis besos

EL DRAGÓN NEGRO (Muy fuerte)

No sé de qué raíz nacía aquel instante
pero había un incendio de cal en las farolas.
Descendía a los ojos el juego de los niños
y Dragón Negro tocaba en mi memoria

(Pablo Guerrero)

Y SUBIMOS (Esta es mi otra canción favorita, junto con "Hay". La letra es la conjunción de Ionesco con Leonora Carrington y Lewis Carroll: perfecta)

Y tú y yo subimos
en un ascensor de cristal
para ver un eclipse que nunca llegará
y seguimos bajando a la cueva
Los monos han peinado el pelo
se han puesto un traje a rayas
y seguimos bajando a la cueva
con la ilusión de encontrar
un lago blanco

Las hienas han tomado leche con miel
para disimular sus gritos desafinados
y seguimos bajando a la cueva

con la ilusión de encontrar
un lago blanco

y seguimos bajando a la cueva

Las abejas han borrado sus rayas
para disimular un cansancio absurdo
los conejos han afeitado su lomo
para tatuarse un dragón negro

Y tú y yo subimos
en un ascensor de cristal
para ver un eclipse que nunca llegará

POEMAS 19 Y 27 (Pues eso, queda todo dicho: no te precipites en los años como sueles, que me crecen los hipocampos y las olas en las piernas, imbécil)

No te precipites en los años
como sueles.
En escuálidos minutos
que siempre sobran.

Se trata básicamente
de masas que a tal efecto
chocan porque se aman
o por regla de tres
desaparecen.

Mientras a mí me crecen
hipocampos
y olas en las piernas
tú te arrancas cangrejos
de los dedos
¡entérate imbécil!

(Berta Alfaro)

ARRIBA Y ABAJO (Esta canción sublime es el compendio de todo el disco, la filosofía esclarecida del dragón negro, nuestra biblia particular, la ideología que nos hemos ido labrando expuesta con total clarividencia, y contiene una de las mejores declaraciones de amor que nunca se hayan hecho en una canción: gracias por todo ello)

El otro día estuve abajo
y realmente no es tan malo

Un fulano hablaba sin parar
y yo miraba hacia otro lado

Mi cabeza daba vueltas
yo quería contar algo
No hacía frío ni calor
y el aire sabía extraño

No sé muy bien
qué es ser feliz
ni me preocupa demasiado
pero cuando estuve cerca
tú estabas a mi lado

El otro día estuve arriba
y realmente no es tan bueno

Yo quería contar algo
y no había nadie junto a mí

No sé muy bien...

Se reían sin yo saber de qué
y bailaban en silencio

Yo quería contar algo
y no había nadie junto a mí

No sé muy bien...

LA MALA ROSA (Éste es el bolerazo del disco, o tendríamos que decir la deconstrucción del bolero, un clásico maldito repleto de simbolismos que acabará emergiendo en el cancionero hispano del desengaño)

Para qué decir lo contrario
si soy la mala rosa
la que incendia con fuego
el sabor de los besos
que luego apaga con lluvia de dolor

No me dicen linda
ni tampoco hermosa
me dicen la mala rosa
la que hunde sus espinas
en la hierba del amor
sin ningún pesar

Y por qué negarlo
si las cicatrices que llevo en el alma
florecen en ojos de largas pestañas
perdidos deseos que el viento me robó

Y río ante mi humo
le sonrío a mi copa
no me justifico, yo soy mala cosa
escapa de mí

Para qué decir lo contrario
si soy la mala rosa
la de los pétalos rotos
que el revolver de tus besos
así dejó

(Javier P. Corcobado)

NO QUIERO (La más conocida, pero no la mejor; con todo, es un tema muy válido que mantiene el pulso del disco)

No dejes que se me escape la vida
me está doliendo el corazón
y es que no quiero cambiar no puedo
no quiero ser otro caramelo

Tengo un ruido en la cabeza
que no me deja escuchar
otra cosa que no seas tú

Y es que no quiero cambiar no puedo
no quiero ser otra frase más

Qué importa como caigan los dados
si al final
siempre están debajo del cubo
qué importa donde vaya el avión
si al final
siempre tendrá que aterrizar

Tengo un ruido en la cabeza
que no me deja escuchar
otra cosa que no seas tú

Y es que no quiero cambiar no puedo
no quiero ser otra frase más
No quiero cambiar
No quiero cambiar
No quiero cambiar
No quiero cambiar

Y es que no quiero cambiar no puedo
no quiero ser otra frase más

INSTRUMENTAL

CIENTO DIEZ VECES ONCE (Ellos pueden)

Contaré ciento diez veces once
y con un sarcasmo infinito
rellenaré de nuevo mi vaso

LA POSTAL (Ya a estas alturas del disco llega el puro experimento, como colofón imprescindible y enérgico, tras semejante derroche de talento y sensibilidad)

"MAX SCHMITT IN A SINGLE SCULL"
Thomas Eakins, 1844-1916
Oil on canvas

The Metropolitan Muesum of Art
[George D. Pratt Gift, 1934]

Querido Ignacio:
Fue un placer poder hablar contigo
largo y tendido aquella tarde.
Los Angeles, la gran falsificadora,
ha querido ser Pompeya durante unos días,
Malibú su Vesubio.
Desde Hollywood podían verse las llamas
y un resplandor rojo.
Esta es mi dirección: Enrique Andrés.
Cuando acabe de instalarme te enviaré
la cinta de la que te hablé.
Los Angeles, la gran falsificadora,
ha querido ser Pompeya durante unos días,
Malibú su Vesubio.

AVESTRUZ 2 (La última vuelta de tuerca)

Ya no sé qué más añadir: que este disco da sentido a toda una década musical, que no podemos permitir que caiga en el olvido de la memoria, devastada por la maldición mediocre del kiss-efemismo, que hemos de rescatarlo e irlo transmitiendo como lo que es: una joya de nuestra cultura popular.

((¡¡Cómo se iban a imaginar los cinecluberos en su momento que Bergman y Antonioni iban a morir a la par!! Ahora sí que podemos decir que el siglo XX se ha ido. Os recomiendo los estupendos homenajes publicados en http://aliascane.blogspot.com, compañero de la red de blogueros gay en español.
Y cambiando de tercio: cita para los manchegos fanfatales que queden por la tierra en agosto: Fangoria en Villanueva de la Jara, pasado mañana. Y muchas gracias a todos por vuestros comentarios, feliz mes, un beso muy fuerte)).