sábado, 28 de julio de 2007

JE REVIENS (ADIÓS A BERLÍN)



De vuelta al calor bochornoso. La tripulación de Easyjet no nos trató bien en el viaje de regreso, vamos que pasaron total, con lo que a mí me gusta contemplar toda la parafernalia azafateril bien hecha; a la ida sí se lo curraron, y hasta me sacaron un rasca y gana -es el último grito, ofrecer juegos de azar a bordo- con el que como imagináis no gané nada. También nos sorprendió que nos expusieran todos los peligros a los que podíamos enfrentarnos, eso sí, con la coletilla previa de "en el caso improbable de que...", y que dijeran que todos llevábamos un silbato detrás de la cabecera, me pareció entender. Y aviso para navegantes, os pueden cobrar de recargo lo que vale un billete entero si lleváis equipaje de más, como le sucedió a mi compañera de fatigas Esther, quien no contenta con los más de 900 euros que le retuvo el hotel en concepto de depósito y con no haber tenido descuento alguno en los museos por no haber sacado carnet de estudiante de cualquier cosa, se despidió con una generosa e inopinada propina. Fuera de bromas, ella y mis otros compañeros ha sido lo mejor de un viaje que en sí ha sido fabuloso, y que me ha descubierto todo un mundo nuevo alrededor del taxi, no sólo porque he sabido de la devoción del taxista tedesco por la música clásica -hasta en cinco ocasiones nos ha ocurrido que la iban oyendo- sino por otras anécdotas como la de uno de ellos que hablaba un español muy robotizado pero perfecto, aprendido en viajes por América Latina o la última vuelta desenfrenada y nocturna en la que nos dio por tararear alegremente -para regocijo del conductor- todas las canciones que iban saliendo en la radio con un repertorio -Dirty dancing, Talk Talk, Abba- que no fue del gusto de Jesús Alegre, a quien para colmo el taxista soltaba largas parrafadas en alemán.
Bueno, como ya os he advertido, estoy muy del eje franco-alemán, vamos que me voy a poner el chip germano para lo que queda de verano y así voy a funcionar, con un sistema estructurado y muy racional de pensamiento y actuación y añorando la gelidez y el frescor deutschlandiano, eso sí, con concesiones puntuales al universo galo que servirán de oportuno contraste. Y como no quiero daros más la vara con esto,porque ya he visto que la audiencia de la página se ha desplomado desde que me fui a Alemania, finalizamos el tour berlinés con estas fotos que tomé de la Potsdamer Platz, en la parte oeste de la ciudad: esta plaza de la que os he hablado desde el principio y que muchos conoceréis era ya un lugar preferente de encuentro antes de la devastación de la guerra, y luego fue durante mucho tiempo una especie de descampado. A partir de la reunificación es cuando ha empezado a adoptar la fisonomía que a mí me fascina porque, a diferencia de otros lugares poblados de rascacielos, invita a la estancia ciudadana en sus alrededores.
Y de regalo iba una foto que me hice a lo Prison Break tomada en el monumento al recuerdo del holocausto, pero el ordenador ha dicho que nones, que prefiere que siga en el anonimato, ya que al subir la imagen aparece en blanco.

((Ayer por la noche, en lugar de quedarme descansando, que hubiera sido lo propio, me zambullí en una sesión de deep house a cargo de Daniel Stefanik, un dj residente de un club de Leipzig, en The Room, la sesión de los viernes de la disco Stella, por lo que sabemos la mejor opción madrileña de house para el fin de semana. Estuvo sencillamente colosal, y el club es el más bonito que conozco aquí: así, con un dj germano, me quité la espinita que me había quedado del viaje. Mañana, retorno a Albacity. Ich danke euch für eure Aufmerksamkeit. Ich liebe euch.))

jueves, 26 de julio de 2007

HAY QUE SER ABSOLUTAMENTE MODERNOS



Ich bin ein berliner. Como Kennedy en su momento. Mi vida transcurre apacible entre Alexanderplatz y Potsdamer Platz, la Unter den Linden y la Kurfürstentraße. Me adapto totalmente a las maneras locales y, así, el otro día en el Museo de Pérgamo decidí dejarme llevar por el sistema guiado de auriculares -por primera vez- y cuando alguien me interrumpió por un momento ya no pude proseguir la ruta porque mi esquema de seguimiento se había descabalado. Estoy muy alemán, en realidad es una tendencia que siempre tengo latente, sé que tiene importantes ventajas y desventajas, a veces hay que cuidarse de la propensión a lo absoluto y por eso no me extranó saber que Einstein ensenara precisamente en Berlín, en la antiquísima Universidad de Humboldt, lo relativo. Es verdad que aquí las formas radicales cuajan enseguida -por ejemplo, la cultura de okupación es casi institucional-, pero no confundamos, dentro de una atmósfera de tolerancia y moderación que caracteriza en este momento la vida de Berlín y de Alemania, y prueba de ello es que están gobernando sin mayor problema en coalición los dos partidos principales, o el propio talante de diálogo que caracteriza a Angela Merkel.
Formo grupo con dos Estheres, una de Cantabria y otra de Madrid -estupendas las dos-, y mi habitual Jesús Alegre: nos compenetramos y complementamos muy bien. Nos falta un perrito para ser como los Cinco que se iban de aventuras en vacaciones -hay perros guapísimos por aquí-. Aunque adaptado a los usos locales, soy turista las veinticuatro horas, tanto que el otro día hicimos un recorrido pausado en velotaxi -taxi bicicleta- que nos adentró en el inabarcable Tiergarten, el parque berlinés que dicen es el más grande de Europa, una maravilla forestal donde seguro han morado todas las ranas y sapos de los cuentos de nuestra infancia.
Y luego está la modernidad, no sólo de Berlín, sino de las ciudades de Alemania en general, que yo admiro, porque comparto la máxima de Rimbaud adoptada por Fangoria en Una temporada en el infierno sobre la necesidad de ser absoluta y en todo momento moderno; lo comprobé el ano pasado en Frankfurt, Alemania anticipa los nuevos tiempos, y ensaya arquitectura que podrá ser efímera pero es más que innovadora, es imponente y de alto riesgo y combina además con la tradición de su legado; en realidad este país reanuda así el liderazgo estético que en Europa ya ostentara a principios del XX con la corriente expresionista y futurista que tantas obras de arte dejó en el cine. Y Berlín es además la capital mundial de la música electrónica aunque, queridas amigas y amigos, no he ido ni un día de clubbing, porque mis companeros del club de los cuatro -cinco si contamos el perro que tengo en la imaginación- no son proclives a la movida, ya que son muy de la onda hetero y prefieren los pubs de tipo irlandés con grupos de rock o de country en directo -nadie es perfecto-. Esta noche les convenceré, o me lanzo yo solo al ruedo. Eso sí, el ambiente, por lo poco que he podido ver aquí en Schöneberg, está tan escorado a lo absoluto que es totalmente hard -es la marca de la casa, como en Amsterdam; incluso el alcalde, que es gay, se confiesa adicto a la estética leather-, pero de una manera muy plana y como carente de vida, da la impresión de que en el camino se pierde sin duda algo, la sensualidad por ejemplo, que se derrocha en las latitudes mediterráneas y que Madrid conserva al tiempo que se adapta e introduce a fondo en la nueva escena del fetichismo homo.

Y para compensar esa cierta carencia sensual que percibo, ayer por la noche, cuando regresé al hotel, me encontré con que en la cadena franco-alemana Arte estaban programando el Je t´aime moi non plus del que hablábamos el otro día, con la bellísima Jane Birkin y, sí, nuestro Joe Dallesandro. Hacía siglos que no la veía y, aunque en alemán, la revisé de nuevo hasta el final. Fue el mejor broche imaginable para un día pleno. Y la excusa para proseguir el homenaje a Joe Dallesandro con, por un lado, la letra de la sublime Je t´aime... de Gainsbourg que cantara el propio Serge con Jane Birkin y, por otro, con un montaje sobre escenas de películas suyas que os he puesto en la videoteca. No dejéis de visitarlo, que Joe lo merece. Muchos besos.

JE T´AIME MOI NON PLUS

Je t’aime je t’aime
Oh oui je t’aime
- Moi non plus
- Oh mon amour
- Comme la vague irrésolue
Je vais, je vais et je viens
Entre tes reins
Je vais et je viens
Entre tes reins
Et je me retiens

- Je t’aime je t’aime
Oh oui je t’aime
- Moi non plus
- Oh mon amour
Tu es la vague, moi l’île nue
Tu vas, tu vas et tu viens
Entre mes reins
Tu vas et tu viens
Entre mes reins
Et je te rejoins

- Je t’aime je t’aime
Oh oui je t’aime
- Moi non plus
- Oh mon amour
- L’amour physique est sans issue
Je vais je vais et je viens
Entre tes reins
Je vais et je viens
Je me retiens
- Non ! maintenant viens

lunes, 23 de julio de 2007

SCHÖNENBERG, MI BARRIO



Sigo sin poder introducir mis fotos, y es que estos cibers no están preparados para la vida moderna; me vengaré al regreso, porque por primera vez me están quedando bien. Estancia berlinesa, en -me he enterado de casualidad- el barrio donde se fraguó la novela Goodbye to Berlin o Leb Wohl Berlin, del grandísimo Christopher Isherwood -para mí el primer escritor gay propiamente dicho- uno de cuyos episodios dio origen a la célebre Cabaret de nuestra Liza, que en agosto actúa en Madrid.
La novela, autobiográfica como todas las de Christopher, es un tesoro que refleja muy bien lo que debió ser el Berlín de aquella época -parece que la reputación homosexual del distrito de Schönenberg data ya de entonces, claro, yo he venido a parar aquí, dónde si no-, la alegre despreocupación de un joven inglés que viene a conocer la vida bohemia y a indagar en su sexualidad y conoce allí, en la pensión donde se hospeda, a Sally Bowles, chica procedente de un ambiente bien como él, pero que sin embargo actúa por las noches en un cabaret. Todas las novelas de Isherwood son magníficas -hay una que se llama Desde lo más profundo -Down there on a visit- que yo creo es más aún que eso, y tenemos oportunidad de conocer toda su vida hasta su conversión al hinduismo, narrada también con precisión y elegancia en otro de sus libros. En el afamado Adiós a Berlín se va dosificando gradualmente la atmósfera de horror que va apareciendo en la ciudad con los primeros brotes significativos del nazismo.
((Berlín es increíble e inmensa en todos los sentidos: me roba tanto tiempo que apenas puedo atender a los tiburones de korador: pero todo volverá a su cauce. Y ya casi estoy bien de salud, os advertí de que el milagro acaecido en el hospital iba a surtir efecto. Ah, Schönenberg no es sólo el distrito de Isherwood, sino el de Marlene Dietrich, que está enterrada por aquí, y a quien ayer rendimos tributo con la visita al expresionista Museo del Cine que está en Potsdamer Platz.))

sábado, 21 de julio de 2007

DER HIMMEL ÜBER BERLIN



Ellington Hotel, Nürnberg Strasse, Schönenberg, Berlin. Aterrizamos en el aeropuerto del Este, que está en Brandenburgo -no puede ser una llegada más cultural, comenzaron a resonar en mi memoria los conciertos de Bach que me presentó JA nada más conocernos, y que fueron la música feliz de nuestra primera etapa-. Soy europeísta acérrimo, y mi idea de Europa, que carece de límites geográficos, porque puede cristalizar perfectamente en cualquier otro lugar, es la siguiente: una civilización que sitúa en primera línea la defensa y promoción de los derechos humanos; que es homogénea e igualitaria con respecto al nivel de vida de la población, y acoge a quienes llegan procedentes de otros países, a quienes otorga plenos derechos de ciudadanía; que progresa continuamente en la búsqueda de una vida más cómoda para todo el mundo; que promueve la libertad de opciones de cada persona, combinando así el fomento de lo colectivo con la cultura individual; que respeta y protege a los animales; que aprecia la cultura y la diversidad.

Todo eso y mucho más está en Berlín, y se aprecia desde el principio: la educación y amabilidad de la gente; el carácter bullicioso de la ciudad, que es compatible con la sensación plena de seguridad y confort que se respira en las calles; el desarrollo de múltiples alternativas ecológicas, que van desde el ahorro energético por la noche en luces hasta el respeto máximo a la bicicleta que tantísima gente utiliza, y que cuentan con sus propias senales en el semáforo -no puedo utilizar la ene, esa que usamos en Espana, con una rayita encima, os escribo desde Alemania-; el hecho para mí nada casual de que puedas entrar con tu perro a los museos, y de que les atiendan en los bares, poniéndoles un cuenco específico -cuántas cosas indican esos detalles tan delicados-; la vivencia real de que de cuatro taxis que habré cogido hasta ahora, en dos de ellos, uno conducido por un trabajador de origen turco, sonaba en la radio una emisora de música clásica non-stop -imaginaros por un momento a un taxista espanol oyendo radio 2, que no existiera el club de adictos de la cope que te atufa nada más subir al vehículo, dándote ganas de pedir socorro o de arrojarte del coche-. La diversidad, en fin, de modelos y formas de vida, que son sagrados en la ciudad, cuya idiosincrasia se nutre precisamente de esa mezcla. Todo esto para mí es cultura, y civilización.
Y a esta ciudad maravillosa he venido muy bien acompanado -con Esther, de Torrelavega, un encanto de compa a la que los próximos días se unirá más gente- pero en no muy buenas condiciones, ni físicas ni anímicas -I´m not feeling that well, you know-, aunque espero que eso se haya acabado ya, con la visión fritzlangiana que ayer tuvimos de la Postdamer Platz donde cenamos, que es el conjunto arquitectónico moderno más impresionante que yo haya visto nunca.

Desde que he llegado y ya desde antes he estado aquejado de extranos dolores, de un proceso febril generalizado, una presión en la parte derecha del costado y una serie de pinchazos indecibles e intermitentes, no sé si fruto de la mala vida o de un episodio de ansiedad o de una simple gripe, que me han impedido hasta ahora estar con los cinco sentidos, ni apenas con uno o dos de ellos, ni en el trabajo ni en el turismo. Ayer por la tarde desperté de una siesta en la que me debatí entre pesadillas para echarme a llorar a continuación -porque la noche anterior había estado hablando con Esther sobre mis gatos, a ella le encantan los perros, y ya los llevaba en la cabeza, y volví a pensar en Fosco y Bolita, que ya murieron, el primero sin mi carino ni protección porque yo me encontraba en otra ciudad, y no sabéis el pesar que he sentido por esa causa, y la segunda hace menos tiempo, de una manera que nunca olvidaré, como si hubiera mutado el "Bellacos, os mostraré cómo muere una reina" que era tan común en los tebeos clásicos por un "Os mostraré cómo se despide de este mundo una gata de tejado blanca y negra", con tal dignidad y contención que me hace sollozar cada vez que lo recuerdo, mi Bolita, por qué la muerte de nuestros animales es una experiencia tan mística para quienes les queremos-.
En ese estado anímico y físico fue cuando Esther y yo decidimos que lo mejor era acudir sin demora a una consulta médica de hospital -así de paso tomábamos el pulso a la red pública sanitaria alemana- y tras esperar un poco y entrar ya yo solo a la sala donde me iban a atender ocurrió aquello, el suceso cuya explicación no es para mí terrenal. Como sabéis quienes seguís esta página, este bloguero es muy dado, siguiendo la máxima de Terenci Moix, a amar a los países a través de sus personas, a idealizar enteras identidades nacionales a través del destello de los ojos de un chico o de una amistad que nos conforta. Y la primera vez que viví esa experiencia fue precisamente en torno a Alemania, hace más de veinte anos, de una manera tan avasalladora que estoy seguro de que, todavía, parte de esa energía que generé ha de conservarse en algún lugar, materializada de alguna forma.
Cuando vi entrar al doctor Philipp J., y le escuché hablar, y me dijo en mi lengua con su inconfundible acento que amaba Espana y en concreto Valencia, a donde iba a menudo, y comenzó a atenderme con minuciosidad y con ternura, me vino enseguida a la cabeza que el bueno de Rainer Werner había intercedido por mí, que él, el gran Fassbinder cuyas películas he venerado y algunas de las cuales remitían a mi situación actual -Las amargas lágrimas de Petra von Kant, La ansiedad de Veronika Voss,..- no iba a permitir que un pobre gay espanol enamoradizo pasara una mala estancia en su ciudad habiendo amado tanto en su tiempo y con tal intensidad a un joven alemán, y seguro que con la ayuda de Marlene Dietrich, que en el cielo de Berlín debe tener mucha mano, y hasta con los trámites previos realizados desde no sabemos dónde por Fosco y por Bolita, me envió ese médico tan gentil y como recién salido de la facultad que no podía ser del todo real, un facultativo de cabello castano ondulado y ojos caramelo que miran con timidez, delgado y bien formado, educado y con unas manos recias y delicadas a un tiempo, manos nobles con las unas sonrosadas y muy bien dibujada la media luna en las mismas, la mano con que me sujetó y me auscultó y en un momento dado me confortó y protegió apretando la mía sin un motivo médico aparente, sólo porque se dio cuenta de que me hacía falta sentir ese calor por un instante, sentir todo lo que una persona te ofrece cuando aprieta con su mano otra mano. Al terminar los exámenes de rigor, me dijo que estaba ardiendo con casi treinta y nueva grados de fiebre, pero yo ya sabía que el proceso, desde entonces, tenía que empezar a remitir.
Y cuando salimos me di cuenta de que tenía otro regalo delante mía, mi companera de tribulaciones Esther, a quien le pedí alborozado, para su estupor, que visitáramos en ese momento Alexanderplatz, porque es un lugar de resonancia fassbinderiana y yo tenía que dar las gracias personalmente a mi mentor.

((El día 20 de julio es para mí uno de los más hermosos del calendario, porque es el cumpleanos de mi madre, Isabel Margarita; si alguna vez pensáis que tengo alguna buena cualidad sabed que es ella quien me la ha transmitido. He querido felicitarla desde aquí con todas las flores que he visto, porque todas son pocas, aunque de momento no he podido introducir la foto original que hice ni las de Potsdamer Platz, las que he puesto son de internet -chulas, pero prefiero las que yo hice; todo ello queda pendiente)).

miércoles, 18 de julio de 2007

UN PRÍNCIPE PARA KORADOR Y UN SOBRINO CARNAL DE LYNCH




John Waters, sobre Joe Dallesandro: "A wonderful actor who forever changed male sexuality on the screen". Me atrevo a ampliar las palabras del maestro del underground: con él cambió la noción de una cierta sexualidad masculina no sólo en la pantalla, sino en todo, fue el resorte -el icono, que se diría ahora, me harta el excesivo y creo que mal uso de esta palabra últimamente- que aceleró una serie de transformaciones, que dio forma a la idea de un varón bisexual que podía ser bello y viril a un tiempo, o no ser viril si le daba la gana, que se recreaba en su sensualidad y dejaba con gusto que los demás lo hicieran sin importarle nada el qué dirán -otros brutos bellos como Marlon Brando no dejaron nunca de estar encorsetados, pero es que a él los divinos y transformadores setenta le pillaron ya un poco mayor-.
Su condición de actor de películas minoritarias y esnobs no es además ningún handicap para su perdurabilidad como ídolo si tenemos en cuenta que, con el tiempo, el prestigio de los artistas que le adoraron en pantalla -Warhol, Morrissey, Gainsbourg, Malle,...- se ha elevado hasta el firmamento -ayer revisé en DVD Trash , qué pasada, no me acordaba bien de la película y me pareció flipante: Warhol, Morrissey y Waters son los padres de Almodóvar, aunque luego éste incorporara muchas otras cosas de su acervo y cultura que mejoran el resultado, pero las situaciones y diálogos, y escenas como la de la chica que se masturba con una botella porque Joe es un yonqui y no se le levanta, o el atraco del yonqui en la casa, que acaba con el matrimonio que iba a ser asaltado duchándole a Joe para que no huela mal y diciéndole que si necesita cualquier cosa...; hay otros detalles en la película y en toda la trilogía que son suficientes como para que cualquier mitómano de pedigrí se lance ahora mismo desesperadamente a la búsqueda de esos volúmenes, como el hecho de que el film comience con un primer plano del culo de Joe, siempre con pequeños granos rosados, o la posibilidad de contemplar su evolución con el pelo muy largo y con media melena y... se trata del único hombre con el pelo largo que a mí me ha gustado, al menos que recuerde ahora-.
En mi olimpo erótico particular no hay quien haga sombra a Joe Dallesandro desde que lo descubrí en el cine Gran Hotel de Albacete al estrenarse por fin el Je t´aime moi non plus y casi desde el primer instante trascendió a la categoría de lo absoluto sin necesidad de haber comprendido bien ni a Kant ni a Hegel, instalándose en mi casa en el aire -Mari Trini dixit- con derecho de asilo y de pernada y de lo que hiciera falta, donde permanece por encima de toda contingencia y ahora que va camino de cumplir sesenta años le sigo queriendo igual y no me asustan sus arrugas, ni que las carnes se le hayan quedado flácidas, porque la persona y su espíritu siguen siendo los mismos, y por eso me prestaría a visitarle todos los sábados si estuviera a mi alcance y a pasear con él en el parque que seguro hay en la esquina de su casa, a arroparle por la noche o destaparle si tiene calor y dejar que me contara sus cuitas y ver con él un video antiguo o nuevo en casa. Me consta que somos muchos quienes así adoramos a Joe en todo el mundo y para mí es un placer enorme rendirle este pequeño homenaje.

((Mañana me voy a Berlín por unos días, ya os contaré; estoy un poco apático, pero espero que se me pase. Esta mañana fue la concentración en la embajada de Irán, poquitas personas: de la FELGT, Zerolo, chicos gays del PP que enarbolaron la bandera de su partido y fueron muy criticados -no por mí, yo lo veo bien, ya sé que su partido es homófobo a rabiar, pero más vale que haya pluralidad en su seno, las cosas irán cambiando-, otros del Bloque Alternativo que tanto han querido dar la nota en las pasadas protestas del Orgullo...
Más cosas: otra peli que vi en el Pequeño Cinestudio: Next door,de Pal Sleutane, escandinava al cien por cien -es coproducción sueca, danesa y noruega, su título original es Naboer-: interesante, es un verdadero cómic de los bestias llevado a la pantalla. Un chico rompe con su novia, y de repente irrumpen en su vida dos vecinitas irreales de tan buenas que están, empeñadas en trabar un conocimiento rápido y que le piden de entrada que tapone su puerta con un armario, porque tienen miedo a ser asaltadas... La película explora el temor a la casa como espacio de pesadilla, que tan bien desarrolló Lynch en Carretera perdida -de hecho, puede decirse que Sleutane es, siempre salvando las distancias, porfavorquelynchnohaymásqueuno, un sobrín carnal, como dirían en Asturias, de David Lynch-, aunque aquí también se oye siempre el rumor amenazante del exterior. Muy bien.))

lunes, 16 de julio de 2007

FIESTA FRANCÓFILA EN SIROCO




Epa, el otro día fue 14 de julio y la peña afrancesada de Madrid, pocos pero peleones, lo celebramos en la Siroco -dónde mejor- por todo lo alto, en una fiesta que contó con tres actuaciones: Serpentina, desde Valencia; los madrileños Plastic D´Amour y los barceloneses Cola Jet Ensemble, todos ellos cantando en français por supuesto. Los primeros lo hicieron muy bien, eran chica y chico, muy a tono con lo que se esperaba de la jornada, comenzaron con una virguería vocal de la película de Tati, Mon oncle, y abordaron luego clásicos de, entre otros, Gainsbourg: nos gustaron mucho. Cola Jet Ensemble vinieron al final y acometieron un repertorio vivaz que levantó al personal y nos dejó a todos con ganas de más -sólo eran seis canciones por grupo-.
Y vamos aparte con Plastic D´Amour, porque yo soy un poco fan del dúo, les he visto ya tres veces en vivo y escucho a menudo su disco Nicolás, que compré nada más verles la primera ocasión. Para quienes no los conozcáis, ellos son Blanca -letrista y cantante- y Alberto -compositor, guitarra-. Hacen canción francesa delicada pero sencilla, casi frágil y de pocos aditamentos, que requiere de una escucha atenta -por eso la primera vez que los vi en Siroco se molestaron, porque parte del público, que tenía ganas de bulla, iba a su bola-, crean mundos propios sorprendentes -de hecho Nicolás, y también el anterior Olivia, son discos conceptuales, que pretenden retratar las vivencias y opiniones de una joven y de su hermano menor adolescente-, y sus referencias vienen más, me parece, del repertorio clásico de la chanson -de hecho en la Siroco tocaron a Brassens, Moustaki, Gainsbourg,..- que de la nueva ola francesa más electrónica y sofisticada -aunque también haya algo de eso, si bien más imperceptible, en sus canciones-.
Que aparezca en el panorama una propuesta como la de ellos dos pues es un pequeño milagro, que requiere de nuestra atención y de nuestro mimo; es como esas flores pequeñas que de repente y sin nadie esperarlo brotan en una maceta, diferentes a sus hermanas y nos embarga la emoción al pensar cómo ha sido que surgieron con esos colores tan personales y tan bien contrastados, y nos preocupa al mismo tiempo pensar que cualquier mínimo cambio en la luz o en la refrigeración va a echar a perder su sutileza.
Son además una pareja muy iconográfica. Ella aparenta ser una chica muy fina, pero de carácter; es delgada y atractiva, con una mata de pelo rizoso que le gusta atusarse de vez en cuando y desde luego muy de la imaginería francesa -el adjetivo chic le cuadra-, que tanto cultiva -la he visto con colgante de la torre Eiffel, ayer con camiseta azul, blanca y roja-, podría haber trabajado con Techiné o con Patrice Chéreau. No sólo canta, interpreta y lo hace muy bien; por ponerle algún pero, quizá a veces precisaría ser algo más emocional -eché eso de menos, por ejemplo, en su versión de Le métèque, de Moustaki-. Alberto debe ser un chico del tipo soñador y rebelde que sin ser guapo gusta y de hecho apostaría a que es ligoncete, porque él se lo curra y porque seguro que lleva siempre el zurrón lleno de cosas que ofrecer y de pensamientos que compartir, en su cara lleva escrito que sabe ser un buen amigo y que no se aburre nunca, puesto que si le sobra algo son aventuras por experimentar. Y a mí además me recuerda, en su aspecto, a un compa del sindicato y por eso le tengo más cariño.
(Viendo las fotos parecería que se trataba de un concierto psicodélico, pero qué le vamos a hacer, me han salido así).

TOP KORADOR
(Estos datos reflejan las ciudades más asiduas a esta bitácora, por frecuencia de visitas y tiempo de permanencia; no son científicos, porque hay un número significativo de visitas del que no se establece la procedencia, pero sí indican las tendencias -vamos, igual que las encuestas electorales-).

Madrid
Santiago de Compostela
Ciudad de México
Makati (Filipinas)
Valencia
Thames Ditton (Inglaterra)


¿Sorprendidos? Yo también, pero me encantan los resultados. Cabe destacar que la primacía de Madrid es abrumadora, por lo que puedo presumir de que Tiburones en Korador es un blog profeta en su tierra; me hace también mucha ilusión que dos ciudades muy queridas para mí como Valencia y Santiago -aunque esta última la conozco menos, hablé hace poco de ella en la página- estén aquí, y qué puedo decir de las demás, pues eso... En el caso de México DF, que es una gozada, ayer precisamente estuve con un amigo de por allá que me ha puesto al día de todos los cotilleos -entre otras cosas de que ya ha llegado allí, con un poco de retraso, el Antes muerta que sencilla- y me dan más ganas aún de las que ya tenía de ir a visitar cuando pueda esta ciudad que tanto me atrae. Makati en realidad es que debe ser un poco Korador, por lo que no nos vamos a extrañar y Thames Ditton, pues.. en mi ignorancia no sabía ni que existía, pero debe ser un justo pago a mis esfuerzos por apreciar lo anglo a través de sus chicos y de haber dejado que visitara esta página el mismísimo príncipe William.
Otras curiosidades, la entrada que consiguió mayor número de visitas en un día fue la de Dorian, solares y futuristas (II), pero los artículos más fisgoneados en su conjunto han sido el de las tres películas rumanas y un remake -quién lo iba a decir-, el homenaje a Rocío Jurado y la crónica Chuecatown abraza a Malasaña, gracias a los fans de Javier Álvarez que rastrearon en los buscadores. ¿El número de visitas total? Pues nada del otro mundo, porque éste es un blog selecto y underground, en el que se valora más la calidad que la cantidad, a ver qué os creéis, que yo no quiero que aquí entre cualquiera. Un beso a todos, especialmente a quienes no tengáis aún vacaciones.

sábado, 14 de julio de 2007

LOS CLIMAS



Qué bueno es siempre ir al cine y sentir cada minuto de la película, y estar gozando en ese momento y no querer que se termine pero al mismo tiempo desear que acabe para comentarlo con los demás y buscar información sobre el director y el elenco, y discutir sobre el sentido de una escena o la impresión que nos produjo algo.. como diría Garci qué grande es el cine cuando nos envuelve y seduce. Y yo que a veces estoy temporadas largas -bueno, para mí tres o cuatro semanas es una temporada bien larga- sin ir a las salas, casi siempre producto de alguna decepción, porque no hay nada que me exaspere más que tragarme un pestiño de película, ayer me reconcilié nuevamente con los estrenos, al ver en los Golem la película Los climas (Iklimler), del turco Nuri Bilge Ceylan, interpretada por él mismo y por su compañera Ebru Ceylan, aparte de sus padres en la vida real y otros actores, rodada en diferentes y bellísimos puntos de Turquía.
Ahora que arrecia nuevamente el calor y se cruzan las opiniones sobre el cambio climático, es altamente recomendable el visionado de esta película que sólo indirectamente guarda relación con todo aquello: en realidad se trata de una mirada introvertida y solipsista sobre las relaciones de pareja, sobre su dificultad en el mundo contemporáneo, sobre las mentiras y el silencio, el compromiso y la doble moral. Hay diálogos, sobrios y austeros, pero podría perfectamente no haberlos: ya desde el principio el director nos lleva a su terreno con una escena muda en unas ruinas que se prolonga unos diez minutos y luego en la terraza de un hotel con la brisa soplando y los protagonistas sin hablarse, dándole así un corte de mangas directo y prematuro a todos los pesados que siempre están con la cantinela de que no les gustan las películas "lentas": lentos de entendederas es lo que son ellos.
Hay escenas inolvidables en esta película rodada con las más avanzadas técnicas digitales, como la cena en una terraza con unos amigos de la pareja, donde se plantea una situación universal y shakesperiana con rotunda sencillez, el violento paseo en moto por la playa de ellos dos, el reencuentro erótico de alto voltaje de él con su antigua novia de los tacones de punta y las avellanas rancias, el llanto de ella en la furgoneta del rodaje...
Y los climas empapándolo todo, el sudor y los destellos lumínicos del verano, el intervalo melancólico del otoño, el desolador frío invernal que reincide en la realidad que ya desveló el cruel estío. Casi se siente, y no os exagero, la evolución meteorológica en la sala, al estilo de lo que pasaba cuando en los setenta se estrenó Terremoto, pero sin necesidad de efecto sensurround.
Y luego están ellos dos, una pareja importante, de alguna manera el homme y la femme de Claude Lelouch puestos al día: él es un madurito interesante -os va a gustar mucho, ya veréis- cuya especialidad es la contención expresiva, y ella...directamente es un bellezón de los que marcan época, si bien no evidente desde el principio, es una hembra que requiere una lectura sutil y afectiva, aunque no vaya a salir en el Vogue le da cien vueltas a todas las que aparecen ahí, con la luminosidad de su pelo, con su mirada que nos perturba y desconcierta. En fin, no diréis que no os lo he dicho.

((El miércoles 18 a las 12,30 la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales ha convocado una concentración de protesta por el anuncio de próximas ejecuciones a homosexuales y "adúlteras" ante la embajada de Irán en Madrid, sita en la calle Jerez, nº 5, en la Villa el Altozano del distrito de Chamartín. ¡¡No dejes de venir si estás en Madrid!!.
Y pronto muchas más cosas, entre ellas la segunda parte del reality docudrama No digas que fue un sueño; el inicio de una nueva serie en la que hablaremos de los principales protagonistas de A dos metros bajo tierra; el primer top Korador -en el que reflejaremos periódicamente las ciudades donde más se lee esta página, y ya os anticipo que hay sorpresas-; la denuncia de la política del ayuntamiento de Albacete con respecto a la inmigración, con informaciones de primera mano; el verano en Berlín en directo; las fotos y comentarios sobre los chicos más impactantes del momento,... No nos perdáis la pista: como dice la canción, Sin ti no soy nada)).

jueves, 12 de julio de 2007

J´AIME LES IRANIENS



Conservo una revista gay francesa de hace casi dos décadas -os acordáis cómo eran antes, muy poquita información, relatos, erotismo-porno, contactos- con un artículo, acompañado de una foto muy sugestiva, que se llamaba J´aime les Anglais: "Avant, j´pouvais pas les encadrer; j´les trouvais moches, la plupart du temps avec les quenottes en avant, mal foutus, enfin complètement tartes... Mais depuis Pâques, j´te dirais bien que j´ai révisé mon jugement; oh combien! Dis-donc, j´suis tombé sur un mec super! Un Anglais, tu avais compris, grand, musclé ni trop ni trop peu; blond, ça j´adore, viril quand même; de belles dents droites; quand je lui ai demandé si, ado, il avait porté un appareil, il m´a répondu: "Non, je suis né comme ça": c´est bien quand c´est naturel!..."
Bueno, la cosa seguía, pero ya os hacéis una idea, también seguro quienes no sabéis francés: revisamos los juicios que hagan falta cuando nos gusta alguien, y si se tercia cambiar la valoración de una nación entera, pues se hace y santas pascuas. Total, ¿qué hay más importante que el chico o la chica que nos gusta en cada momento?
Y como la cosa va de inglesitos -a mí me ha costado mucho revisar mi opinión, porque aunque casquivano he sido muy anti-british desde la época de Thatcher- damos por iniciado el verano con el príncipe William -como seguro que alguien no lo conoce, ya que el público de este blog es muy selecto y no ve programas del corazón, os diré que es el de la foto de abajo a la derecha-, que se parece a su llorada mamá -aunque en mi opinión el más sexy de ese clan siempre será su tío Andrés-.
Y arriba y presidiendo tenemos a uno de los mejores atletas del mundo, el saltador de trampolín quebequiano Alexandre Despatie, a quien hemos seguido a menudo por TV y de cuyos clavados -así se llama en México a este tipo de salto- somos rendidos fans -oh combien!. Y para que nadie murmure que en Korador no caben los ciudadanos españoles, pues os diré que aparte de mi novio y de los chicos guapísimos que, procedentes de las diferentes realidades nacionales de nuestro Estado ya han ido apareciendo en Tiburones.. -si hacéis un poco de memoria-, hoy mi intención era abrir con el tenista Nicolás Almagro, pero.. todavía no he encontrado en la red ninguna foto a su altura. Os la debo.

((Me cuesta terminar así la entrada cuando es sabido que en Irán se anuncia la próxima ejecución por ahorcamiento de decenas de personas acusadas de adulterio y de homosexualidad. Hace unos meses emitieron en TV las imágenes de unos chicos jovencísimos que fueron ahorcados por esta causa, y es algo que no he podido olvidar, a pesar de que solemos digerir tantos espantos televisados sin apenas inmutarnos. Cuánto quisiera en ocasiones así poder aferrarme a algún credo o convicción espiritual que me confortara pensando que esos jóvenes y esas chicas adúlteras no van a terminar ahí, que pasarán realmente a mejor vida, que su sufrimiento no va a ser en vano, que hay una energía en este universo capaz de equilibrar la balanza ante la desigualdad que provoca esa infinita crueldad. Hoy amo especialmente a los iraníes, a todos -porque a los energúmenos que conforman ese régimen criminal no los considero iraníes, ni nada que pueda calificarse- y a todas, porque he visto sus rostros en las películas de Kiarostami, y sé que son bellos y sensibles, y digo que la cultura y las culturas entendidas como un cúmulo de tradiciones inamovibles son una mentira y una mierda, porque somos todos iguales ante el dolor y el amor)).

martes, 10 de julio de 2007

NO DIGAS QUE FUE UN SUEÑO (I)




Tras las fiestas el barrio se queda inusualmente tranquilo y desconectado, pero satisfecho tras haber cumplido con creces la misión encomendada. Es como si se diera un baño tonificador para a continuación volverse a acostar; incluso la Minerva que veo desde mi ventana y cuya imagen os envío aparece totalmente relajada, porque ella es la diosa profana que supervisa los afanes de Chueca, y nos va señalando el tránsito de las cuatro estaciones, con sus diferentes usos. Estos días son también el comienzo oficial del verano y yo, ahora, desde Albacity donde estoy descansando tras los pasados desmanes intentaré ordenar lo que ocurrió el día de la marcha-desfile-cabalgata-manifestación e incluso un poco antes.


Nos habíamos quedado con Massiel y Javier Álvarez, porque con buen criterio el intrépido enviado de Tiburones en Korador no asistió al pregón oficial de Marta Sánchez y el elenco de Chuecatown, sino al de nuestra querida Massiel, que no tenía ningún disco que vender, pero sí cariño y personalidad que ofrecer. Ella, que no es advenediza de temporada, sí estuvo a la altura de las circunstancias. Y no diré más.

El jueves hubo un aluvión de actuaciones que era imposible de seguir: yo en concreto me quedé con ganas de ver a Digital 21, aunque sí pude asomarme a Vázquez de Mella a tiempo para comprobar lo monos que son en vivo y lo bien que bailan nuestros chicos de D´Nash que cantaron sólo I love U mi vida y en playback con un público compuesto mayoritariamente de niñas de colegio -he dicho bien, de colegio, no de instituto, o en todo caso del primer ciclo de la ESO, vaya-.

El viernes ¿qué pasó el viernes? Ah sí, volvimos a la Plaza de San Ildefonso, el lugar de los hechos, donde había actuado Javier Álvarez, y uno de los nuevos espacios con más personalidad de las fiestas; a JA le recordó a la plaza del Tosal de Valencia, porque con su peculiar estructura y el lugar urbano que ocupa es punto inexorable de atracción para viandantes por decirlo finamente no demasiado integrados, para quienes van como de paso y luego resulta que en realidad no van a ningún sitio y se quedan en esa plaza -que no es plaza en realidad ni invita a algo definitivo como sentarse a descansar un poco o mirar los escaparates porque no los hay- pero precisamente por eso se quedan por allí, y ese tipo de personas que acuden a esos lugares como atraídas por un imán poderoso son las que a nosotros más nos interesan. Y en ese espacio, entonces lleno de casetas, brindamos y fuimos felices por un rato y además mi hermana llamó en un momento determinado anunciando que llegaba al día siguiente, lo que me llenó de alegría porque era la primera vez que venía a las fiestas -también esperaba visita de mi querido amigo Juan, de Águilas-Librilla, que me dijo iba a llegar muy bien acompañado-.

Normalmente la mañana de la marcha hay una inusual calma -expectante, desde luego- en Chueca y en todo el centro, porque la gente se está preparando o toma fuerzas a sabiendas de lo que vendrá después; pero en esta ocasión era tal el aluvión de visitantes que apenas se podía caminar por Hortaleza o Fuencarral, ni siquiera por la Gran Vía. Se palpaba que por la tarde iba a suceder algo importante en la ciudad, un acontecimiento de esos que quedan durante tiempo en la memoria colectiva, o que dejan huellas indelebles que tardan tiempo en borrarse, como los hechos que acaecieron en el hotel Overlook de El resplandor.


Como dejé la elección de la ropa para el final, hice una ronda apresurada de boutiques con mi hermana para comprobar que no me gustaba nada o que la leyenda de que a mí siempre me queda todo bien está tocando a su fin, y acabar finalmente en el HM, donde me compré una camisa blanca muy bonita -este año José Ángel también ha estrenado modelo, y eso que yo presumía de que le daba igual-. Un sombrero vaquero, pantalón vaquero azul tres cuartos y un collar hawaiano arco iris completaron el estilismo, que pretendía rememorar el espíritu Walt Whitman -a quien voy entendiendo más conforme voy cumpliendo años-, aunque una vez iniciada la marcha y verme reflejado no sé si en un espejo o en un escaparate, me percaté horrorizado de que me asemejaba más, con el sombrero y la camisa, a Freddy Krueger que a Whitman, que si en un momento dado aparecía como atrezzo del Mi novio es un zombi nadie se iba a sorprender de nada.

Mi hermana y yo hicimos para empezar el recorrido de rigor, hacia la Cibeles para llegar a la cabecera de la manifestación e ir viendo la parte política de la marcha -aunque apenas ya se podía ver nada- para luego llegar a la Puerta de Alcalá e ir bordeando el Retiro, donde se sitúan las carrozas. La primera sorpresa fue que este año Alaska no iba con Shangay sino en un autobús propio de Fangoria y Nancys Rubias, muy bien decorado; se la veía muy callada -al contrario que en otras ocasiones en las que desde el primer momento no paraba de saludar y hacer fotos- oculta tras un paraguas, y es que luego supimos que daban un concierto subidos en el autobús durante el trayecto -y quizá por eso estaba tomando fuerzas-, a nosotros nos pilló casi al final cuando cantaban Criticar por criticar. Más adelante supe del incidente que tuvieron con el Bloque Alternativo -o más bien con la plataforma heterosexual Rompamos el Silencio-, que intentaron detener el autobús a su paso por la Gran Vía, con la excusa de que estaba patrocinado por el Infinitamente Gay.

(CONTINUARÁ)

sábado, 7 de julio de 2007

DORIAN, SOLARES Y FUTURISTAS (II)


Apretamos a tope el acelerador de apoyo a Dorian. La primera vez que los vi fue en los Conciertos de Radio 3, en la 2, con la presentación de su primera aventura, 10.000 metrópolis, que conservo en vídeo -qué buenos momentos nos ha deparado ese programa de TV de las horas inciertas de la madrugada, ahora no sé si lo siguen echando, sin ir más lejos recuerdo el conciertazo de Josele Santiago y su primer disco en solitario, mi querido Josele que el jueves se presentó en acústico y con duetos en la Galileo, y es otro de los que lamento muchísimo no haber ido a ver, pero tras una semana entera de salir por ahí como llevaba, creo que me hubiera desplomado directamente en la sala, como le pasó el otro día al chico aquel con la Torroja, pero por otros motivos-.
Salvando las distancias, que son siderales, lo de Dorian es parecido a aquel eslogan que acompañó a Rebeca cuando apareció con Duro de pelar: si de ella decían que era tu mejor amiga,yo lo primero que pensé cuando vi a Belly, Marc, Bart y Jor en el plató de TVE -así se llaman nuestros chicos- fue eso, que hubieran sido mis amigos en la Facultad de haber coincidido nuestras coordenadas espacio-temporales, que nada más con mirarnos nos hubiéramos identificado como de la misma especie, que incluso ahora salvaría la distancia que media y me zambulliría con ellos en los clubs para hablar de mil cosas, para divertirme o entristecerme, para discutir de la actualidad o criticar la música que pincha el DJ.
Al margen de eso, me gusta mucho lo que hacen y en cada uno de sus dos discos creo que hay por lo menos cuatro canciones excepcionales, que activan la tecla de la evocación, de la elucubración y la melancolía regeneradora, que no se resigna a que se pudra el sentimiento. Lo que están haciendo es distinto e importante, y uno de sus méritos es haber sabido introducir en sus letras la inquietud social y la rabia de su generación sin que nos suene a manido y sin que haya que comprar un anticaspa, porque lo compatibilizan con un concepto y producción absolutamente modernos.
A todo ello hay que añadir que seguimos muy de cerca las evoluciones estéticas de Marc y sus distintos cortes de pelo -en la línea Perdidos en el espacio más que Star Trek diría yo-, y que desde Madrid agradecemos muchísimo el detalle que han tenido, siendo de Barcelona, de venir a currarse nuestra ciudad poco a poco, buscando un público de base y sabiendo amar y cultivar las dos ciudades a un tiempo, como chicos cultos y cosmopolitas que son -hace poco vi a Marc por el barrio, iba solo, pero no le dije nada, cada vez me cuesta más entrar a la gente-.
En la videoteca va su canción Cualquier otra parte, cuya letra también os transcribo aquí, con el consejo de que no dejéis de escuchar el disco último entero, o por lo menos estas otras dos canciones: Más problemas y El futuro no es de nadie.
En la dedicatoria de su disco incluyen esta frase de Santiago López Petit: "Que el "Poder" que todos los que sustentan y construyen el fascismo posmoderno, tengan que ver, día a día, minuto a minuto, que yo hago lo que me da la gana con mi vida".
Y como va de dedicatorias, pues yo dedico esta canción y la entrada del blog a mi amiga Branca.

CUALQUIER OTRA PARTE

Ver que ya no piensas en mi
Que ya no crees en la gente
Que tomas pastillas rosas
Y te has vuelto nihilista

Y sueñas con no soñar
Entraría en tu luz
Con una canción sencilla
Tres notas y una bandera
Tan blanca como el corazón
Que late en tu cuerpo de niña

Estaría tan lejos de ti
Que ya no recuerdo el momento
En que te dije por última vez
Que el cielo se está abriendo
Y se abre bajo tus pies

Y quiero que vengas conmigo
A cualquier otra parte
A cualquier otra parte
A cualquier otra parte

Ver que no sabes decir que no
Que vivo en pisos oscuros
Y tengo 2.000 razones
Para olvidarme de todo
Y no pensar más que en tu voz

Entraría en tu luz
Con una canción sencilla
Tres notas y una bandera
Tan blanca como el corazón
Que late en tu cuerpo de niña

En las sombras
Te recuerdo
En las sombras
Te recuerdo

jueves, 5 de julio de 2007

TRES PELÍCULAS RUMANAS Y UN REMAKE



((Hola. Vamos a dosificar el Orgullo, que queda mucho por contar y algunas fotos por colgar -¿a que os gustó la de los guiris de abajo?: ilustran bien el europride, porque eran anglos, creo; es verdad que enfocar con la cámara es un poco hacer el amor, por eso este año con la excusa del blog me dediqué a inmortalizar a algunos alegres grupos de chicos que festejaban por la calle -y ellos encantados, eh-.))

Ya sabéis que este año la Palma de Oro de Cannes se la ha llevado una película rumana, Cuatro meses, tres semanas y dos días, que aún no se ha estrenado aquí. El cine rumano, en poco tiempo, está empezando a verse en festivales y a ser apreciado en los círculos cinéfilos, y yo me alegro de esta incipiente moda porque me simpatiza ese país y su gente, que tanto está luchando por salir adelante,y porque las películas -tres- que he visto de su reciente cinematografía me han parecido más que interesantes.

LA MUERTE DEL SEÑOR LAZARESCU, Moartea domnului Lazarescu, de Cristi Puiu (2005).
La vi el año pasado en la Casa Encendida, y me pareció extraordinaria, sutil y contundente al tiempo. A pesar de ello, y de que ha tenido una buena carrera festivalera, no se ha estrenado comercialmente en España. Aunque lo que se narra son las vicisitudes de una agonía, la cinta respira vida por los cuatro costados: no sabría clasificarla, tiene retazos de neorrealismo puesto al día, de surrealismo buñueliano, de cinema verité a la francesa, de cine social británico, y hasta de sorna del género hospitalario tan en boga... pero todo muy personal y a la rumana: si vas a visitar Bucuresti, más que consultar una guía de viajes te aconsejaría que vieras estas película...
El argumento: un anciano estrafalario que vive solo con sus gatos -fatalmente vistos en el vecindario, las mascotas son odiadas en los contextos de pobreza- se encuentra mal y duda sobre ir o no al hospital a que le hagan un chequeo: a la hora de pedir ayuda ha de recurrir a la fauna y flora que habita en su humilde bloque de viviendas; una vez sorteados los múltiples escollos planteados por los vecinos, le espera una auténtica odisea sanitaria en una tournée por los diferentes hospitales de la ciudad...

AMOR ENFERMO, Legâtur Bolnâvic Oase, de Tudor Giurgiu. 2006.
La vi hace poco en los Princesa en un ciclo de películas europeas que no se estrenan en España. Al pase vino una de las chicas protagonistas, Maria Popistasu, quien nos habló sobre lo importante que ha sido esta película en su país, ya que aborda por primera vez dos asuntos tabú como la homosexualidad -femenina, en este caso- y las relaciones incestuosas. Originó una gran controversia, porque en Rumanía la homofobia y lesbofobia está absolutamente anclada y casi institucionalizada, aunque comience a atisbarse una lenta normalización tras la entrada en la UE. De todos modos Maria -que hace una pareja bellísima con Ioana Barbu, la otra actriz principal- nos explicó que los rumanos en general pasan mucho de su cine, y que sólo acuden en masa a los blockbusters americanos -¿os suena?-. Completa el trío un actor turbador, Tudor Chirila, tercero en discordia en la historia y que protagoniza una intensísima escena en una cena familiar. Aunque el público en el coloquio reprochó que no había un mensaje claro, yo si lo vi, y me gustó. Lo que no se puede es forzar un happy end en busca de una salida políticamente correcta que hubiera sido totalmente irreal en la Rumanía de hoy.

12:08 AL ESTE DE BUCAREST / A fost sau n-a fost? Corneliu Porumboiu, 2007.
Todavía en cartel en los Princesa madrileños e imagino que en otras ciudades en el circuito de versión original, la película está funcionando bien aquí, a pesar de la absoluta radicalidad de su propuesta -dos terceras partes de la misma transcurren en un plano fijo único, en un debate televisivo que sucede en directo, con un presentador y dos invitados friquis, que discuten sobre si hubo o no revolución en Bucarest en el 89 cuando Ceaucescu abandonó la ciudad-. El resto de la peli son los preliminares del debate... Me pareció surreal, socarrona, berlanguiana.
Y me ha confirmado que el cine que se hace ahora en Rumanía merece estar de moda, porque está en ebullición, como debe estarlo el país entero, y porque tiene muchas cosas que comunicar y maneras originales de hacerlo, y lo que se debería potenciar por parte de tantas autoridades y ministerios y entidades culturales que tenemos en la Unión es que todo el mundo tenga acceso a ver estas películas, que son una llave para entender y acoger mejor a tantas personas que procedentes de aquel país han venido a vivir y a trabajar en nuestras ciudades y pueblos.

Esta tarde he visto en DVD Remake, de Roger Gual -Smoking Room- con Silvia Munt, Juan Diego, Alex Brendemühl -me encanta-, Gustavo Salmerón, ... "La primera parte de la vida te la amargan tus padres; la segunda, tus hijos". Ese es el lema de una película de las del tipo reencuentro colectivo y terapia posterior, con ácidas críticas a la generación del mayo del 68, y que está bien para pasar una tarde en casa, sin más pretensiones. Besos.

lunes, 2 de julio de 2007

POSTAL DESDE EL OESTE



Queridas asiduas y seguidores ocasionales de Tiburones en Korador, de Europa y América -la página ya ha cruzado, aunque tímidamente, el charco-: el pasado sábado nuestra comunidad arcoiris llegó, por fin, al Oeste soñado que cantaran Village People -y de manera más decididamente melancólica y post-sida Pet Shop Boys-, tras una larga travesía que se ha prolongado durante las últimas décadas, siempre guiada por los haces de luz emitidos desde el cielo por Judy Garland y que culminó esta semana en Madrid con nuestras amadas fiestas que este año han superado todo lo imaginable y nos han cargado las pilas de la emoción para una buena temporada. Como lo que aquí ha acontecido merece una reflexión un poco más reposada y en este momento, por cuestiones de trabajo, no dispongo de tiempo para ello, os envío al menos esta feliz postal desde el Oeste como anticipo e inserto los primeros párrafos de ese uno de nuestros himnos, que también tenéis ya abajo, en la videoteca. Hasta muy pronto.

GO WEST

(Together) We will go our way
(Together) We will leave someday
(Together) Your hand in my hands
(Together) We will make our plans

(Together) We will fly so high
(Together) Tell all our friends goodbye
(Together) We will start life new
(Together) This is what we'll do

(Go West) Life is peaceful there
(Go West) In the open air
(Go West) Where the skies are blue
(Go West) This is what we're gonna do

(Go West, this is what we're gonna do, Go West)

(Together) We will love the beach
(Together) We will learn and teach
(Together) Change our pace of life
(Together) We will work and strive

(I love you) I know you love me
(I want you) How could I disagree?
(So that's why) I make no protest
(When you say) You will do the rest

(Go West) Life is peaceful there
(Go West) In the open air
(Go West) Baby you and me
(Go West) This is our destiny (Aah)

(Go West) Sun in wintertime
(Go West) We will do just fine
(Go West) Where the skies are blue
(Go West) this is what we're gonna do